Capítulo 6

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Al llegar a la terraza Luke estaba fumando un cigarrillo apoyado en la baranda mirando hacia la nada, su saco colgaba de ésta. Me paré a su lado y él giró la cabeza sonriendo. 

—Pensé que no vendrías. —murmuró en un tono triste.

—¿Por qué no lo haría?

—Porque me conoces hace poco, Vogler. ¿Confías en mí? —preguntó atando el saco a su cintura, pero sin quitar sus ojos de los míos.

—No.

Tomó mi mano haciendo que por todo mi cuerpo corriera una sensación de escalofrío, bajamos corriendo las escaleras, mis pies ardían, entre que no sabía caminar con los tacones mucho menos podía correr con ellos. Salimos por una puerta que daba a la calle; por supuesto que no podían faltar mis momentos de hacer el ridículo, tropecé y me torcí el pie, me quité los zapatos y los llevé en la mano todo el camino. Llegamos a una casa bastante grande, desde la puerta se podía sentir el retumbe de la música, Luke entró sin soltar mi mano y caminamos entre toda la gente que había; el lugar olía a alcohol, sudor, cigarrillos, y puede ser a droga. No me imaginaba que él asistiera a fiestas así, por su forma de ser podía admitir que creía que él no era de aquellos chicos que iba de fiesta en fiesta todos los días. Un chico de pelo rubio se acercó al rubio y lo saludó. Él solo lo miró serio. 


—¿De dónde vienes hermano? —se burló el chico—¿Otra vez tu padre te obligó a ir a una gala? 

—¿Dónde está tu hermana, Neisan? —indagó el ojiazul de mala gana. 

—En su cuarto supongo. —respondió aquel chico levantando sus hombros.


Luke volvió a tomar de mi mano, que ni siquiera me había dado cuenta que la había soltado. Subimos otra vez escaleras, este chico iba a matarme. Entró sin siquiera preguntar si podía pasar y la dueña del cuarto pegó un pequeño grito, para luego sonreírle al rubio y apretar sus cachetes con fuerza, admito que tuve que apretar mis labios para contener la risa, pero también me sentía incómoda. 


—¿Tienes ropa para prestarle a ella? —me señaló levantando su mentón hacia mí. La chica entrecerró sus ojos mirándome, creo que hasta me escaneó con la vista. 

—Sí. —se dirigió al armario y sacó una remera con una carita y letras amarillas, y un short. Muy corto. Demasiado corto. Podría jurar que se me vería todo el trasero. —Yo te dejo cambiar tranquila...—dejó al aire las palabras.

—Mía. —le sonreí, ella me señaló con su dedo índice y me devolvió la sonrisa. Una vez solos, me quedé mirándolo tratando de que pudiera entender que se volteara, pero no lo captó. —¿Piensas que me quitaré el vestido en frente de ti? ¡Volteáte! —Luke rodó los ojos al momento que formaba una sonrisa sin despegar sus labios, metió sus manos a los bolsillos de su pantalón y se giró. 

Sin tardar, rápido coloqué mis manos en mi espalda, intentado bajar el cierre del vestido. Era inútil. Escuchaba las carcajadas del rubio detrás de mí y lo miré entrecerrando los ojos.


—¿Puedo? —preguntó con una voz ronca que me estremeció. Relamí mis labios y los mordí. Asentí. Me giré y el colocó sus manos en la cremallera del vestido, mi corazón latía a mil por hora, al sentir sus tibias manos en mi piel por inercia cerré los ojos y él no podía torturarme más. Estaba bajando con lentitud aquel maldito cierre. —Listo, Vogler. —murmuró en mi oído de la misma manera que hace unos minutos y se volvió a girar. Rápidamente bajé el vestido y me vestí. 

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora