Capítulo 11

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El sábado cuando llegué a casa tenía varias llamadas perdidas de mi madre, quien me regañó por no haberle avisado que saldría y que no sabía a que hora volvía. Lo que significaba que ahora me encontraba castigada.

Pasé todo el domingo mirando series en Netflix con Alexa y Madison quienes habían decidido venir a mi casa; no lo entendía, pero últimamente ambas chicas estaban distintas, la reina A estaba más pacífica, no tan mandona como solía ser, ni tan arrogante y mucho menos narcisista, Madison ya no frecuentaba tanto con nosotras, pero en lo único que había cambiado era en su aspecto físico, estaba un poco más rellenita y las ojeras por debajo de sus ojos la hacía parecer muerta. Era demasiado imposible de creer que alguien como ella luciera así. 

Mi móvil sonó dejando a revelar el mensaje que hizo que sonriera ampliamente. 


"No escuches los discos sin mi presencia, Vogler. Es mala educación hacerlo sin el maestro."

 Suspiré sin poder quitar la sonrisa y respondí.

"No se preocupe señor Reinhard. Soy una muy buena alumna."

[..]

Era el tercer día en la semana que Luke no me hablaba, ni que tampoco lo había visto en el instituto, y comenzaba a odiar el sentimiento de necesidad. Necesidad de hablar con él, de escucharlo reír, de verlo, y verme a través de sus ojos azules.

Había estado evitando todo tipo de contacto conmigo, en las clases de Biología y Literatura, que eran las que coincidía con él, llegaba tarde para sentarse hasta el fondo del salón, no lo veía en la cafetería y lo más extraño es que tampoco en las gradas echando humo como chimenea.

Me quedé parada en el medio del pasillo viendo como cada vez se quedaba más vacío porque los estudiantes iban a sus respectivas aulas. Lo visualicé, al fin, después de días, en las gradas como siempre habituaba cada vez que no quería ir a una clase, caminé decisión hacia afuera y ahí estaba él. Tenía un ojo morado, y el tabique de la nariz cortado, y estaba complemente segura de que esta vez no chocó con la puerta.

—Buenos días, Luke. —sonreí amablemente sentándome unos escalones más debajo de él. 

—Vogler, ¿no deberías estar en clases?

—¿Y tú qué?

Él hizo un fruncimiento de labios y levantó sus hombros. Encendió un cigarrillo de joint, y sinceramente, al principio creía que a Luke le podría llegar a molestar el hecho de que lo viera consumir droga, quizá porque se sintiese incómodo o al menos tendría un poco de respeto, pero claramente me había equivocado, él lo hacía cada que tenía tiempo o simplemente cuando nadie lo viese, sin embargo, al parecer yo era nadie. 

Me encontraba de nuevo a su lado en las gradas en lugar de estar en una aburrida clase de Química la cual me iba bastante mal, pero no importaba ahora. Quería pasar más tiempo con él, que no me la estaba pasando del todo bien. Luke era demasiado insípido. No me quería quejar porque bien podría ponerme de pie e irme a la clase que me correspondía, sin tener que soportar más el olor de eso y su actitud irritable, pero no quería hacerlo. Quería seguir aquí hasta que pudiese comprender un poco del porqué era así y que había pasado con su vida para querer arruinársela de tal manera, o en qué momento sucedió. ¿Dónde estaban sus padres que no les importaba que su hijo se drogara tanto? 

—¿Qué es lo interesante de drogarte así? —pregunté apoyando mi cabeza en uno de los escalones mirando hacia el cielo. 

—Su efecto. Es estupendo. —habló obvio, sin ninguna sonrisa, como si sus pensamientos estuviesen fuera de lugar o lejos de la conversación en la que nos encontrábamos. 

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora