Capítulo 28

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Luke estaba apoyando en un auto conmigo entre sus brazos, me había engañado que iba a atarse los cordones y al momento de parar me tomó del brazo y me arrastró hacia él con la intensión de besarme, pero no pudo darse tal acto, ya que comenzó a sonar la alarma del auto. 

—¡Vogler, corre!

Tomando mi mano, Luke gritó aquello. Le di una mirada de susto, dejándole en claro que no entendía a qué venía todo esto, pero el en lugar de detenerse a explicarme la situación, solo volvió a escuchar entre risas. 

—¡Lo hice apropósito! Tendrías que haber visto tu cara.

Oh maldito.

—¡Estás demente, Reinhard! —reproché mientras comenzaba a correr lejos de aquel auto. 

Eso había sido tan infantil, sin embargo, era chistoso en algún ámbito, oír a Luke riendo hizo que yo lo hiciera de igual manera. Él, al ver que mi velocidad disminuía, volvió a tomar mi mano obligándome a ir más rápido, sentía como mis músculos empezaban a arder y tirarme al suelo era una de las ideas más destacadas en mi mente. 

Habíamos decidido ir al cobertizo, aunque el cielo comenzó a teñirse de un gris triste que preferimos ir a casa, fue tan estúpido el tan solo decidir venirnos caminando hasta mi casa, puesto que, estaba lo demasiado lejos, Luke venía haciendo bromas y fumando uno que otro cigarrillo. 

—No vuelvas a hacer eso nunca más. —reprendí al rubio una vez que comenzamos a caminar con paso normal.

—Dios, Vogler, fue muy divertido. —chasqueó con una sonrisa lobuna. 

Le lancé una mirada diciéndolo que no lo fue, y él alzó las manos en forma de inocencia. Empecé a caminar por la orilla del cordón mientras extendía los brazos, mi equilibrio no era para nada estable, pero hacía el más grande de mis intentos, escuché como Luke rió.

—Recuerdo que eso hacíamos mi hermana Chloe y yo, —susurró a mis espaldas. Me detuve, girando mis talones y lo miré. —Mi madre solía decirnos que nos caeríamos y que podríamos fracturarnos un hueso o algo así, siempre ha sido muy paranoica. 

Me sentí mal en ese momento por haberle hecho acordar aquellos momentos de su vida, su cara tenía una sonrisa, una melancólica, miraba hacia el fondo de la calle. Succioné mi labio inferior hacia adentro y traté de que sus ojos y los míos se encontraran.

—Lo siento, yo... no quise recordártelo. —murmuré apenada.

—No tienes que preocuparte, ya no duele como solía hacerlo, aprendí a sobrellevar las cosas de otra manera. —confesó y prosiguió. —En parte, te lo debo a ti, contigo a mi lado todo duele menos.

Mordí mis labios y bajé la mirada comenzando a sentir el ardor en mis mejillas. Me estaba sonrojando por dos cosas, una de ellas era por lo que había confesado, y la otra porque quería besarlo en ese mismo instante. 

Sentí las frías yemas de Luke rozar con la piel de mi barbilla, al instante que alzó mi cabeza, me sonrió, el hoyuelo en su mejilla apareció y no pude evitar devolverle la sonrisa. 

—Todo esta bien, ¿sí? —pronunció. 

Asintiendo lo rodeé con mis brazos mientras ocultaba mi cabeza en su pecho, pero tan pronto, ya nos veíamos corriendo de nuevo, la lluvia estaba empapándonos por completo, ambos nos enfermaríamos. Estaba lloviendo en invierno y el fresco clima no era para nada satisfactorio en estos momentos. De repente, el chico se detuvo y comenzó a palpar sus bolsillos.

—Mierda, ¡mierda carajo! —maldijo varias veces. —¡La caja de mis cigarrillos se mojó!

—¡Luke! —farfullé—Tranquilízate, puedes comprarte otra.

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora