Capítulo 25

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Las miradas de todos estaban sobre mí desde que llegué al instituto. Sentía la incomodidad apoderarse de todo mi ser, arrastraba con pasos flojos mis pies hasta llegar a mi casillero. Una vez que estuve en frente de éste, lo abrí detenidamente aún sintiendo varios ojos detrás de mi espalda por el rabillo del ojo vi varias personas mirándome sin disimulo alguno. 

Mordí mi labio con nerviosismo y comencé a guardar mis cosas, mis manos ya comenzaban a sudar y el ataque de pánico veía pronto. Al instante que quise tomar uno de mis libros, divisé como un papel de color rojo estaba perfectamente doblado a la mitad siendo acomodado en una esquina del casillero, mi entrecejo se frunció y lo tomé dudosa.

Lo desdoblé dejándome a la vista el contenido de su interior. Mi cuerpo se tensó. Me congelé y sentí como la pequeña sensación de presión en mi sien se hizo presente; mi boca se entreabrió haciendo que mi lengua se sintiera seca. Ahora entendía porque todos estaban mirándome. 

—Mierda. 

Era una foto de Luke conmigo besándonos en la biblioteca. 

Di un paso atrás y relamí mis labios, me di la vuelta para ver como algunos susurraban aún mirándome. De pronto me sentí aún más diminuta, obteniendo miradas de desaprobación, burlonas, sarcásticas y de otras maneras que quizá no podría descifrar en este momento. 

—¡Mía! —gritaron y miré a la dirección de donde provenía aquella voz. 

Nathaniel venía hacia mí con grandes zancadas, su rostro estaba serio, podía ver desde esa distancia como su enojo emanaba sus venas. Cuando estuvo frente a frente de mí pude ver como la vena de su frente resaltaba. Estaba hecho una furia, lo suficiente para poder intimidarme. De eso no había duda. 

—Nate...—no me dejó hablar, porque su voz ya estaba en un volumen muy fuerte.

—¡¿Qué mierda es esto?! —gritó con euforia golpeando el casillero, causando que yo diera otro paso hacia atrás.

Su mano se levantó mostrándome un sobre igual al que yo había recibido, pero de color amarillo, en donde, de igual manera estaba plasmada la foto de Luke conmigo. Me quedé muda ante eso, mis ojos solo viajaban de la imagen a sus ojos azules que ahora estaban oscuros, su mandíbula estaba muy tensa, ¿Cómo había sucedido esto? ¿En qué momento dejé que todo se saliera de mis manos? 

—Te hice una pregunta, maldita sea. ¡Contesta! —exigió duro acercándose peligrosamente a mí. Cada parte de mi cuerpo comenzó a temblar. —¡Explícamelo ahora mismo, carajo! 

—Yo...yo...—tartamudeé—No... no sé cómo ocurrió.

—¿Cómo que no sabes? ¿Solo lo besaste y ya? —inquirió con ironía pura desbordando sus palabras. —¿Desde cuándo me ves la cara de idiota? ¡Maldita sea, Mía! Me juraste que no debía preocuparme sobre esto. 

Todos a nuestro alrededor eran dignos de apreciar aquella escena que era un drama total. Me estaba gritando en frente de casi todo el instituto, la dignidad y el orgullo que tenía se murió aquel día, allí mismo, con los gritos del castaño, los susurros de ellos y las miradas de todos. 

—Nathaniel, lo siento, de verdad.

Quise tratar de sonar firme, pero fallé en el intento, no podía. Mis ojos comenzaron a arder y supe que pronto comenzaría a llorar, y así lo fue; no bastó menos de cinco minutos cuando las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas.

No sabía qué hacer, solo quería desaparecer, que todo fuera un sueño, ir con mi madre y llorar con ella, pero ésta era la realidad, mi realidad. La que tenía en ese instante en frente de mí, toda la escena desagradable. 

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora