Capítulo 8

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Estaba sentada en la cafetería con las chicas esperando a que ésta se llene de gente, incluyendo a Nathaniel a quien no veía desde hace días. Admito que estaba bastante nerviosa. Como todos los jueves, se suponía que estaba entrenamiento con su equipo, pero si nos los conociera también a todos, diría que estaban tirados en el césped bebiendo agua cansados y el profesor Lachlan regañándolos. 

Las puertas se abrieron revelando a los chicos, la mirada de uno de ellos estaba fijamente mirándome a mí. Nathaniel. Relamí mis labios y los mordí, y bajé la cabeza evitando su mirada. El perfume de Isaak hizo que levantara la vista, él estaba más indignado que Nathaniel a mi inasistencia al partido. 

—¿Por qué no viniste? —preguntó el castaño.

—En serio quería ir, pero las circunstancias me lo impidieron. —hice una mueca.


Después de decirle a Alexa que no podría ir, me arrepentí. Luke estuvo de un humor insoportable, sin embargo, lo que había dicho sobre el arcoíris era cierto, creo que era lo más hermoso que jamás había visto. Terminó contándome que el lugar solía llamarse Chloe, como su hermana menor, de quien no quiso hablar más. Luego comentó que tenía un pésimo gusto para la música y que un día de estos me llevaría a un recorrido musical, después de eso; su humor se puso terrible cuando me atreví a preguntarle por la cicatriz pronunciada que tenía en su muñeca. 

—¿Ganaron? —pregunté mientras tomaba un poco de agua. 

—Sí, por supuesto que sí. Somos los mejores. —respondió uno de los chicos y sonreí. 


Minutos después de charla y charla, el ojiazul castaño relamió sus labios mirándome e hizo una seña con su cabeza señalando hacia afuera, se levantó de su lugar e hice lo mismo tomando mi mochila colgándola de un solo hombro. Solté un suspiro a la sonrisa y alzamiento de pulgares de Alexa. 

En la puerta que daba al patio de la cafetería choqué con el hombro de alguien, quién me insultó y me miró con su semblante serio y sus ojos azules más potentes que cualquier día. Luke entreabrió sus labios después de mojarlos con su lengua y logré leer sus labios cuando pronunció aquello para luego irse. Ridícula.

Lo ignoré reboleando los ojos y salí abrazándome a mi misma por el frío que me provocó el viento. Nathaniel me miraba sin decir nada, y me ponía nerviosa. 


—¿Vas a decirme algo? Porque estoy muriendo de frío. —murmuré con frialdad. 

—Sí, disculpa. —suspiró. —Quería pedirte perdón por de hace unos días. ¿Puedo recompensarlo de alguna manera? 


Mordí mis labios y asentí. No sé porque lo hice, supongo que el aprecio que le tenía a Nate a pesar de las cosas malas que había hecho, creo que podía darle una oportunidad más. De verdad lo quería muchísimo como para perderlo así sin más. 


—Solo amigos, Nate. —extendí mi mano hacia él. 

Él agarró mi mano y me tiró hacia su cuerpo y me abrazó.

—Solo amigos, Mía. —Sonreí y lo abracé de vuelta. —Iremos a una cafetería nueva que abrieron hace poco y luego al cine, se estrenará una de Marvel. Solían ser nuestras favoritas.

—Perfecto. —sonreí y metí labio inferior hacia adentro, lo mordí y lo solté lentamente. 

—Te voy a buscar a tu casa cuando termine el entrenamiento de hoy. —mencionó pellizcando con ternura mi mejilla y, a la vez regalándome un guiño.

I M A G I N E [LIBRO 1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora