Capítulo 22.

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NARRA KENDALL.

Él inocentemente sigue preguntándome qué es lo que quiero sin ni siquiera darse cuenta de que lo único que quiero es a él, debe ser muy bruto para no vérmelo en los ojos.

YO: Olvídalo -Sonrío- Me cuidaré sin necesitar nada a cambio.
DANIEL: Mm.. bueno, está bien.
YO: Pero no vuelvas a reñirme.
DANIEL: Te reñiré las veces que hagan falta ¿Entendido?

Le hago burla, él ríe y me acaricia la cara.

Es como si los dos desprendiéramos magia cuando nos miramos, no sabría explicar pero... parece que conectamos a la perfección sin necesidad de utilizar palabras.

Alexa entra sorprendiéndose e intentando retroceder de puntillas.

YO: Te hemos visto.
DANIEL: Perfectamente.
ALEXA: No quería interrumpir.
DANIEL: No has interrumpido nada, ya me marcho -Me mira- cuídate ¿Si?
YO: Si.

Se va cerrando la puerta, Alexa se acerca a mi y pone cara de pillina avergonzándome.

ALEXA: Le gustas mucho.
YO: No sigas diciéndolo, no quiero crearme de nuevo ilusiones para nada, solo quiero disfrutar de los pequeños momentos que tengo a su lado.. no es mucho pero me siento bien teniéndolo cerca.
ALEXA: Deberías confesarle lo que sientes.
YO: ¿Estas loca? No, no pienso decirle nada y tú tampoco lo harás. -Advierto con el dedo-
ALEXA: Te lo prometo pero me da muchísima rabia que desde lejos se note y vosotros no seáis capaces de notarlo. -Resoplo-

NARRA DANIEL.

Me quedo en medio del pasillo, suspirando, recuperando la velocidad normal de mi corazón y recuperando mi respiración ¿Por qué siento esto? Ojalá lo supiera, Kendall es especial, jodidamente especial para mi.

ENFERMERO: Doctor.
YO: Dime.
ENFERMERO: Todo en las demás habitaciones está correcto, puede despreocuparse por ahora.
YO: Lo sé, he estado en cada una de ellas.

Entro en mi consulta, cierro la puerta y me siento en mi silla. En vez de revisar los pocos papeles que han dejado sobre mi mesa saco las fotografías del fotomatón de mi cartera.

La felicidad está en las pequeñas cosas, las que crees que apenas tienen importancia, una sonrisa, una caricia inocente, una conversación en la que no puedes dejar de reír. En todo este año viviendo con Rosanna, he vivido infinitud de momentos... pero lo más extraño de todo es que nunca me he sentido como aquella noche en el parque de atracciones con Kendall.

ENFERMERA: Doctor.

Guardo la fotografía lo más rápido posible y levanto la cabeza.

ENFERMERA: Perdón si interrumpo.
YO: Para nada.
ENFERMERA: Quería comentarte algo.
YO: Te escucho.
ENFERMERA: El paciente de la habitación doscientos veinte acaba de ingresar y quisiera saber si debe empezar la quimioterapia de inmediato.
YO: De inmediato, no podemos perder tiempo.
ENFERMERA: Vale, entonces se lo comunicaré.

Muevo la cabeza. Ella se sienta en la silla delante de mí y vuelvo a alzar la mirada.

YO: ¿Algo más?
ENFERMERA: ¿Tienes pareja? -Pregunta señalando el cuadro con la fotografía de Rosanna-
YO: Si.
ENFERMERA: Nunca la he visto por aquí.
YO: Vive en Inglaterra.
ENFERMERA: Oh, entiendo.

Se marcha cuando nota que la conversación no fluye.

Fijo la mirada en el cuadro y suspiro

¿Qué voy a hacer?

NARRA JESÚS.

Decido pasarme por el hospital para visitar a mi hermano. Pregunto a varias enfermeras que terminan confundiéndome con él y tomándome de loco por lo acordarme de donde está mi consulta.

ENFERMERA: Doctor, juraría que acabo de hablar con usted en su consultorio.
YO: No soy Dani, soy su gemelo.
ENFERMERA: Vaya -Ríe- que buenos genes.

Me hace reír porque su nerviosismo la está haciendo decir estupideces.

YO: ¿Podrías decirme cuál es el consultorio de mi hermano?
ENFERMERA: Si, no acostumbramos a tener visitas para los doctores -Bromea- Pero no diré nada.

Veo a Daniel salir, él se queda impactado al verme y sonríe tras reaccionar.

DANIEL: Hermano ¿Qué haces aquí?
YO: Pues nada, me he cansado de estar en casa escuchando como el teléfono no deja de sonar -Me rio-
DANIEL: ¿Rosanna sigue llamando?
YO: No, es algo para mi que prefiero no coger.
DANIEL: ¿Cómo qué?
YO: Ana.
DANIEL: ¿¡Ana!?
YO: Si, ella ha intentado comunicarse conmigo.
DANIEL: ¿Y por qué parece qué te escondes de ella?
YO: Porque me muero por ella.
DANIEL: Lo sabía.

Lanzo una mirada asesina mientras él ríe.

DANIEL: Sabía que no habías dejado de quererla.
YO: No, pero lo dejamos para poder seguir con nuestras vidas y ahora no quiero que vuelva.
DANIEL: Tal vez ella también te sigue queriendo.
YO: Tal vez.. pero las segundas veces no salen bien.
DANIEL: Las segundas, terceras, cuartas e infinitas veces salen bien si amas a una persona.

Inmediatamente cambio de tema dándole totalmente la vuelta.

YO: Entonces tú amas a Rosanna.

Él tose.

DANIEL: No intentes darle la vuelta metiendo mi relación.

Un sonido hace que Daniel se tense, poco después le informan que un paciente lo necesita y acelera el paso. Me quedo en la puerta mientras él lo atiende, observando como mi hermano hace su trabajo, cuando termina se quita los guantes y volvemos a caminar por el pasillo.

DANIEL: Quería hacerte una pregunta.
YO: Pregúntame.
DANIEL: Hoy he sentido un pánico que nunca antes en mi profesión había sentido, un miedo que casi me deja paralizado.
YO: Raro ¿No?
DANIEL: Ha sido justamente cuando Kendall se ha quedado sin oxígeno, pensaba que no sería capaz de salvarla.
YO: ¿La chica de las fotografías?
DANIEL: Esa misma.
YO: ¿Qué has sentido exactamente?
DANIEL: Cuando la he visto que no podía respirar y se ha desmayado en mis brazos.. -Cierra los ojos un instante- se me ha parado el corazón, tal vez porque nunca he tenido un paciente al borde de la muerte.
YO: Si, posiblemente.

Camina con las manos metidas en los bolsillos de la bata mientras la mirada la mantiene en el suelo.

YO: Debe ser una chica maravillosa si ha conseguido que le tengas aprecio.
DANIEL: Lo es, lo que más me sorprende de ella es que a pesar de saber que su enfermedad es complicada y que está caminando encima de una cuerda... sigue sonriendo, pese a que tiene depresión sigue luciendo una sonrisa y consigue contagiarte aunque tengas el peor día.
YO: Ahora quiero conocerla.

Me lleva hasta su habitación.

DANIEL: Kendall, él es mi hermano.
KENDALL: Que vergüenza -Ríe- No sabia que tenías un gemelo.
DANIEL: Prefiero mantener mi vida al margen, pero él se ha empeñado en conocerte.
KENDALL: ¿Por qué?
YO: Me dio curiosidad cuando vi unas fotografías en las que tú sales.
KENDALL: Claro, las del fotomatón. -Ríe-
DANIEL: Exacto.

Ella hace un gesto de dolor y él se acerca para revisarla.

DANIEL: No hagas esfuerzos.
KENDALL: Pero si no me he movido desde que tú me has echado la bronca. -Protesta-
DANIEL: Déjame oír tu pecho otra vez.

Su amiga y yo nos miramos.

KENDALL: ¿Y bien?
DANIEL: Me voy a enfadar como no te cuides, me lo has prometido.
KENDALL: Que si ¡Lo juro! -Exclama levantando la mano-
DANIEL: Pero mira que eres cría. -Ríen-

Después de que él la revise y yo la conozca un poco, salimos de la habitación y es curioso, mi hermano sigue sonriendo como un adolescente.

YO: Dani ¡Hey!
DANIEL: ¿Qué?
YO: ¿Sientes algo por ella? -Pregunto directamente-

Hasta el último suspiro. ®Où les histoires vivent. Découvrez maintenant