Capítulo 56.

7.4K 539 49
                                    

NARRA KENDALL.

Parece que me lo esté diciendo dormido y posiblemente mañana no recuerde nada de lo que acabo de decirle, que ni siquiera sepa qué lo he perdonado y que quiero estar con él.

Dejo las manos en su cabeza y me quedo dormida acariciándolo.
•••••••••
Al día siguiente despierto por un ruido que él hace intentando precisamente no hacer ningún ruido.

DANIEL: Perdón. -Dice tocando su nuca- No quería despertarte pero la bandeja se ha caído.

Es verdad lo que pensaba, él no recuerda lo de ayer por la noche. Empiezo a reír, alza una ceja y me mira sonriendo.

DANIEL: ¿Se puede saber de qué te ríes? -Pregunta con un tono gracioso en su voz-
YO: Ven. -Lo incito-

Confundido se acerca a mi, alargo la mano y él me la agarra segundos más tarde.

DANIEL: Esto es lo más raro que me ha pasado esta mañana.
YO: No te acuerdas de nada.
DANIEL: No entiendo. -Paso los dedos por su mejilla- Kendall ¿Te estas riendo de mi? No tiene gracia.

Lo beso. Queda asombrado, no se acuerda qué sucedió pero eso no es impedimento para seguirme el beso

¿Las enfermeras? ¿Los demás doctores? ¿Mis padres? Me da igual quien entre por esa puerta y nos descubra.

DANIEL: No dejes de besarme. -Murmura-
YO: Te he perdonado porque me has demostrado que me quieres, estaba ciega por no ver que no estabas durmiendo por mi, que llevas tres noches sin dormir en tu casa y que en ningún momento te has movido de mi lado, -Sonrío- me quieres.
DANIEL: Te amo.

Lo rodeo con mis brazos y él me abraza hundiendo seguido la cabeza en mi cuello.

DANIEL: Tengo que dejar a tus padres pasar -Me da un beso- después nos vemos ¿Vale?
YO: Vale.

Sale de la habitación, está sonriendo como un niño pequeño, me encanta tanto que su sonrisa sea por mi, que yo sea el motivo de tanta felicidad.. He decidido que es mejor olvidar para ser feliz.

Traen el desayuno al mismo tiempo que entran mis padres, no debería ser así pero parece que se han retrasado un poco.

NARRA DANIEL.

Aprovecho y voy a mi casa después de que uno de los doctores me lo pidiera un par de veces porque cree que necesito descansar.

JESÚS: Hermano.
YO: Me voy a duchar, aprovecharé para dormir un rato pero poco tiempo, solo la hora y media que tiene de visita con sus padres.
JESÚS: ¿Entonces está bien?

Su pregunta me baja totalmente el animo.

YO: Estoy luchando contra todo para que así sea, pero cuenta con su enfermedad y la infección en los pulmones -Digo sentándome-
JESÚS: Se pondrá bien.
YO: Eso me repito yo.

Pasa la mano por mi hombro.

JESÚS: Eres un gran doctor.
YO: Pero no soy el que decide si alguien vive o no, no soy Dios, no.. puedo hacerlo todo y me asusta perderla.
JESÚS: Te enamoraste de ella conociendo los riesgos.
YO: Si.
JESÚS: Pase lo que pase tú eres y habrás sido la felicidad de esa chica.

Me levanto, camino hacía mi habitación y me doy una ducha para relajarme.

De tan solo pensar que la enfermedad sea más fuerte que todos mis esfuerzos de mantenerla con vida y salvarla.. entristezco. Nunca, nunca estaré preparado para perderla.

NARRA JESÚS.

Dejo a Daniel solo en casa para irme con Ana, ella y yo hemos quedado para dar una vuelta.

ANA: ¿Almorzamos juntos? -Pregunta sonriente-
YO: Claro que si, decide dónde y después vamos. -Respondo-

Ella me habla pero no consigo estar atento a ella hoy.

ANA: Amor ¿Qué pasa?
YO: Estoy preocupado por Dani.
ANA: ¿Le ha pasado algo?
YO: No, me preocupa lo que está pasando con la chica de la que él está enamorado.
ANA: ¿Ha empeorado?
YO: Esta luchando contra una enfermedad y una infección grave en los pulmones que le puede llevar a un paro cardíaco.
ANA: No pasará, no pienses así.
YO: No quiero pensar así, no quiero ser el cenizo en todo esto -Suspiro- pero me da miedo que algo le pase porque mi hermano no podrá superarlo, aceptarlo ni perdonárselo nunca.

Ella me besa.

ANA: Te dije que debías dejarlo, él es feliz.
YO: Lo sé, amo verlo feliz, adoro a esa chica por hacerlo tan pero tan feliz pero.. ¿Y si.. -Me frena-
ANA: ¿Y si dejamos qué el destino decida? Con nosotros decidió, deja que decida también con ellos el camino que deberán llevar.

NARRA KENDALL.

Mis padres me hablan del instituto, de los alumnos que preguntan por mi, aquellos por los que me convertí en lo que juré nunca convertirme y también me hablan sobre mi doctor, sobre Daniel.

MAMÁ: Él se ha comportado de maravilla ¿Sabes? Día y noche a tu lado.
YO: Si, él es un gran hombre.
PAPÁ: Llegué a pensar que estaba enamorado de ti -Añade mi padre-
YO: Que tonterías dices papá.
PAPÁ: Enfurecí de tan solo pensarlo.
MAMÁ: Cariño que antiguo eres.
PAPÁ: No es eso, no sería visto por buenos ojos algo así, por dios Marta, es un hombre comparado con nuestra hija.
YO: ¿Podéis dejar él tema? No tiene caso.

Sabía que mi padre era un antiguo, pero no que podría llegar a ser tan estricto, tan de mente cerrada, será tan difícil que algún día llegue a aceptar a Daniel como mi novio.

ENFERMERA: La hora de visitas ha acabado. -Anuncia-
MAMÁ: Nos vemos después cariño -Deja un beso en mi frente-

Muevo la cabeza asintiendo. Ellos se marchan, me quedo sentada en la cama sin poder moverme, sin poder hacer nada, muerta del aburrimiento. Decido levantarme,  agarrar aparato del oxígeno y caminar pese a todas las prohibiciones.

De repente escucho una conversación entre una enfermera y un doctor, presto atención cuando escucho mi nombre y pongo la oreja cerca de la puerta.

DOCTOR: Daniel no puede mentirle, debe ser claro y conciso.
ENFERMERA: Entiende que quiere hacer todo lo posible para salvarla.
DOCTOR: La leucemia avanza a pasos agigantados y la infección de los pulmones es grave, más grave de lo que pensábamos ¡Claro qué puede salvarla! Siempre hay una posibilidad, pero en este caso hay más posibilidades de que alguna de las dos cosas termine matando a la paciente.

ENFERMERA: No podemos decirle algo así ¿Acaso no tienes corazón? Bastante tiene la chica como para decirle algo así.

Quedo impactada, claro que sé que puedo morirme pero oírlo, escuchar como los doctores lo dice es impactarte y doloroso porque no quiero morir.

Vuelvo a mi cama, me siento en ella y lloro desconsolada.

NARRA DANIEL.

El cansancio no me permite levantarme hasta las dos de la tarde, rápidamente me cambio de ropa y vuelvo al hospital.

ENFERMERA: Daniel.
YO: ¿Pasa algo?
ENFERMERA: Kendall está llorando desconsolada desde hace horas y no sabemos qué hacer, no la entendemos.
YO: ¿Qué?

Entro en la habitación, ella llora desconsolada y lo único que me sale no es echarle la bronca, si no abrazarla.

YO: Oye.. -Susurro- ¿Qué pasa?
KENDALL: Dani -Se aferra a mi-
YO: Dime que ocurre. -Susurro-
KENDALL: No quiero morir. -Solloza-

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now