Capítulo 44.

8.7K 563 82
                                    

NARRA DANIEL.

Ofrezco mi mano para que la agarre y sin dudarlo lo hace.

YO: Pañuelo nuevo -Susurro-
KENDALL: Si. -Susurra-
YO: Estas preciosa.

Salimos del hospital sin que nadie nos vea, la rodeo con mis brazos, echa la cabeza hacía atrás y sonríe.

KENDALL: Dime donde vamos.
YO: Ay mi niña, es una sorpresa.

Subimos al coche, está nerviosa, lo noto porque es incapaz de sostenerme la mirada, al contrario, ríe y mira a los lados para no cruzar mirada conmigo.

KENDALL: ¿Quieres dejar de mirarme? Nos vamos a chocar.
YO: ¿Tú puedes dejar de ser tan bonita?
KENDALL: Para. -Gira la cabeza hacía la ventana-
YO: Vale, eres una vergonzosa sin remedio.

La escucho reír, seguido golpea mi hombro y se cruza de brazos.

KENDALL: Estas arriesgando mucho por mi, yo no si quiera te lo he pedido. -Noto preocupación en su voz-
YO: Eso es lo que me gusta de ti, no me pides nada, no exiges, no pretendes que deje de luchar por mi sueño -Pone la mano encima de la mía-
KENDALL: Claro que no, yo no soy una egoísta que te pedirá que hagas algo solo para complacerme a mi ¡Nunca!

Esto es lo que siempre he querido, definitivamente Kendall es todo lo que siempre he necesitado en mi vida.

NARRA KENDALL.

Aparca a un lado de la carretera, mete la mano en la guantera y saca una venda de color rojo para taparme los ojos.

DANIEL: No me mires así.
YO: ¿Qué tramas? -Pregunto en medio de una carcajada-
DANIEL: No vas a chafarme la sorpresa. -Responde y cojo la venda-

La pongo sobre mis ojos, él me la ata y se asegura de que no veo nada.

YO: Apuesto que estás sacando los dedos para saber si veo algo, que típico y predecible.
DANIEL: ¡Oye!

Me da un beso, mordisquea mi labio hasta que se separa de mi y escucho de nuevo el motor arrancar.

YO: ¿Más camino?
DANIEL: Solo un poco más.

Espero impaciente, parece que estuvieran pasando años, ya, ya sé que soy una exagerada pero soy demasiado impaciente, demasiado nerviosa como para seguir aguantando sin ver nada.

DANIEL: Hemos llegado. -Evita que me quite la venda agarrándome las manos- Aun no.
YO: ¡Ag! -Me quejo-

Él me ayuda a salir del coche, deja mis pies en el el suelo y me agarra por la cintura desde mi espalda para asegurarse que de que no tropiezo.

YO: Voy a caerme.
DANIEL: Caeremos los dos entonces.
YO: Pensaba que ibas a decir la típica frase "no te dejaré caer" que decepción. -Él ríe y deja un beso sobre mi cuello-
DANIEL: No soy tan típico y enserio, si te caes caeré detrás de ti, es inevitable.

Me aferro a sus manos que rodean mi cintura, después de unos minutos más él se detiene deteniéndome a mi también.

YO: ¿Ya puedo quitarme la venda?
DANIEL: Si. -Susurra en mi oído-

Desato el nudo de la venda que tapa mis ojos y la dejo caer.

YO: Guau.

Quedo impactada. Estamos delante de una casita, decorada con margaritas, en la puerta dos camareros que nos guían hasta una mesa en medio de un jardín enorme decorado con velas.

YO: ¿Cuánto te ha costado todo esto?
DANIEL: ¿Enserio vas a preguntarme por el dinero? Olvídalo, céntrate en nosotros.
YO: Menos mal que no he cenado.
DANIEL: Menos mal. -Me rio-

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now