Capítulo 69.

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NARRA ALEXA.

El doctor se acerca rápido.

DOCTOR: ¿Oviedo tiene el mismo tipo de sangre? -Pregunta-
YO: Si.
RAÚL: ¡Por nada del mundo llamarás a ese hombre!
MARTA: ¡Mi hija morirá si no le hacen una transfusión! -Le grita dejándome sorprendida- Alexa llama a Daniel y aunque Raúl tenga que pedirle perdón de rodillas ¡Lo hará por nuestra hija!

Ni si quiera me paro a escuchar la discusión que de un momento causa Raúl. Marco el número de Daniel, lo llamo varias veces hasta que por fin coge la llamada.

LLAMADA TELEFÓNICA.

DANIEL: ¿Si?
YO: Daniel, soy Alexa, tienes que venir inmediatamente.
DANIEL: Yo también quiero verla pero en este momento están sus padres y siento que tengo la entrada totalmente prohibida.
YO: ¡Déjame hablar!  Kendall de nuevo ha tenido un derrame y necesita una transfusión urgente de sangre o morirá.
DANIEL: ¡Voy para allá!

CUELGA.

NARRA DANIEL.

Los dejo tirados, casi no doy explicaciones, subo a mi coche y sin pensármelo, voy al hospital pese a todo lo que voy a encontrarme allí. Me conozco a la perfección el hospital y se donde está Kendall, no me hace falta llamar q Alexa para averiguarlo.

ALEXA: ¡Daniel!
YO: ¿Cómo está?
RAÚL: No deberías estar aquí.
YO: ¿Cómo puede decir algo así? ¡Voy a salvarle la vida a su hija! Si a usted no le importa su salud a mi si me importa.

Entro sin ningún permiso.

MUÑOZ: Oviedo.
YO: No quiero preguntas, me importa poco que me miréis como loco, vengo a salvarle la vida.
MUÑOZ: Anabel, prepáralo todo.

Me siento en un sillón, pongo el brazo en alto y me preparan para hacer la transfusión.

YO: ¿Cómo está? -Pregunto llamando su atención-
ANABEL: Débil, necesita urgente esta transfusión.

Abre una cortina y ahí está, inconsciente, estabilizada pero al borde de la muerte, una vez más.

YO: Kendall.
ANABEL: Detente, sabes que lo tienes prohibido por la denuncia que su propio padre ha puesto contra ti.  -Advierte-
YO: Solo cinco minutos, lo prometo.
ANABEL: Perderé mi trabajo si permito que te acerques a ella.

NARRA JESÚS.

Paseo con Ana mirando escaparates de tiendas y decidimos entrar a una tienda de muebles.

ANA: Esto estaría genial para nuestra casa.
YO: Aún no la tenemos ni elegida -Sonríe-
ANA: ¿Y qué? Me gusta tenerlo todo preparado.
YO: Lo sé, eres tan maniática.
ANA: Esta podría ser nuestra habitación, me encantan los decorados grises, son tan bonitos -Le doy un beso en la cabeza-
YO: Tenemos que ir a mirar alguna casa.
ANA: Si -Se gira- pero te advierto que no permitiré ninguna consola.
YO: ¿Crees qué soy un crío? -Pregunto riendo-
ANA: Jesús, te conozco y he visto la play en el mueble junto la televisión.
YO: Bueno, de vez en cuando un poco.

Un señor se detiene con nosotros y nos enseña varias habitaciones, varios muebles y camas.

ANA: Y esta podría ser la habitación de nuestros futuros hijos.
YO: Dios -Me rio- primero quiero disfrutar de ti antes de que alguien más obtenga toda tu atención.
ANA: Serían amores diferentes, tú siempre vas a tener mi atención.
YO: ¿Te imaginas? Un bebé llorando, volviéndonos locos -Me rodea el cuello con los brazos-
ANA: Dentro de unos años.
YO: Muchos años.
ANA: Te asustan las responsabilidades Oviedo.

Los dos reímos, nos besamos y seguimos viendo muebles.
•••
Salimos de la tienda y nos cruzamos de golpe con los mejores amigos de mi hermano, Adam y Austin.

YO: ¿Mi hermano no estaba con vosotros dos?
ADAM: Saluda por lo menos tío.

Nos damos un apretón de manos.

AUSTIN: Estaba hace apenas media hora, salió con mucha prisa y no nos dijo donde iba.
YO: Qué raro.
ADAM: Fue después de una llamada, él salió como loco dejándonos en la terraza de un bar sin dar explicaciones.
ANA: Daniel es un hombre ocupado -Me dice- Ya lo conoces.
YO: Si, tal vez le salió una urgencia.
ADAM: Eso mismo pensé yo.
AUSTIN: Habéis vuelto. -Dice sorprendido-
YO: Si.
ANA: Nos reencontramos y nos dimos cuenta de que nos seguíamos queriendo, entonces nos dimos una segunda oportunidad, nuestra relación no acabó mal y no veíamos porqué no podíamos intentarlo.
ADAM: Cuanto me alegro.
AUSTIN: Y yo.

Nos despedimos. Ana estira de mi al darse cuenta de que tengo cara larga desde hace rato.

ANA: ¿Qué pasa?
YO: Austin nunca me cayó bien.
ANA: Porque salió conmigo antes que tú, eso fue hace años idiota -Ríe divertida-
YO: Aún recuerdo cuando te reclamaba y te trataba mal.
ANA: Éramos adolescentes, ahora está más centrado, dudo mucho que cometa los mismos errores con su novia.
YO: Te quiero ¿Sabes? Por elegirme.
ANA: Siempre te quise, solo que tú pasabas de mi.

La rodeo por la cintura.

YO: Tú pasabas de mi.
ANA: Mentiroso.

Nos besamos.

YO: Te quiero.
ANA: Y yo a ti. -Pasa el dedo por mis labios-

NARRA DANIEL.

Anabel se marcha unos segundos y aprovecho para acercarme a Kendall. La cojo de la mano, le beso los nudillos y acaricio su rostro.

YO: Bonita, te vas a poner bien, no voy a dejar que nada malo te pase ¿Me escuchas?

MUÑOZ: Daniel no es conveniente que te acerques a ella en estos momentos.
YO: No queréis que me acerque a ella por todo lo que su padre dice de mi.
MUÑOZ: No queremos que tengas más problemas.
YO: ¿Sabes lo qué quiero? Que dejéis de ponerle etiquetas al amor, la quiero, si, soy mayor que ella, si, no ha sido ético ¿Pero acaso el amor se evita? No me vengáis con lecciones de ética, no tenéis ningún derecho a juzgarme ¡No más!
MUÑOZ: Te agradecemos tu donación.
YO: No lo he hecho por obligación y tampoco por deber, lo he hecho porque yo no podría vivir sin ella.

Le sigo besando los nudillos.

MUÑOZ: Daniel, debes irte.
YO: No sin saber su diagnóstico.

Me pongo un pie, dejo un beso sobre sus labios sin importarme lo que Muñoz diga y me acerco a él.

MUÑOZ: Su diagnóstico es reservado, aún tiene que reaccionar bien a la transfusión y recuperarse, ha perdido mucha sangre.
YO: A mi no me vas a dar rodeos, dímelo.
MUÑOZ: Daniel por favor.
YO: Muñoz me queda poca paciencia, no me obligues a quitarte los papeles.

Él pasa los dedos por su barbilla.

MUÑOZ: Alejémonos.

Lo persigo hasta el pasillo.

YO: Quiero la verdad, toda la verdad.
MUÑOZ: Es una verdad cruel e injusta. -Advierte-

El corazón se me encoge.

YO: Por favor.
MUÑOZ: Esto debería estar contándoselo a su familia, no a ti.
YO: Que me lo digas de una maldita vez, joder. -Insisto subiendo el tono que a su vez aumenta mi preocupación-
MUÑOZ: La enfermedad está muy avanzada.
YO: Sigue.
MUÑOZ: Si no encontramos un donante de médula en menos de dos meses.. -Pierdo el equilibrio y me siento de golpe-
YO: Sigue. -Digo con la voz rota-
MUÑOZ: Kendall morirá.

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now