Capítulo 102.

6.1K 484 38
                                    

NARRA KENDALL.

Doy un golpe para llamar la atención de Daniel. Aparece deprisa, me agarra por la espalda y me lleva hasta la cama. Mantengo los ojos cerrados presa de los vértigos.

DANIEL: ¿Te ha pasado más veces? -Pregunta. No sé qué responderle, decirle la verdad solo causaría una discusión por no habérselo contado pero no contárselo traería más problemas-
YO: Me siento mal -Digo buscando su mano- ¿Podemos volver a casa?
DANIEL: Si, quédate aquí mientras cojo todo para irnos.

Muevo la cabeza. Si, definitivamente tengo que contárselo, mi cáncer es en la sangre y cualquier cosa relacionado con ello podría causar graves problemas en mi.

DANIEL: No te muevas, dejo las cosas en el coche y vuelvo por ti ¿Vale?
YO: Vale, no tardes.

Vuelve como una bala, como si ni siquiera hubiera pisado las escaleras al bajar. Me coge en brazos, dejo la cabeza en su hombro y suspiro.

YO: Tengo que contarte algo.
DANIEL: ¿Qué pasa?
YO: Mejor en casa cuando esté más descansada.
DANIEL: Vale, como quieras. -Me besa la frente-

NARRA ALEXA.

El doctor entra para revisarme. Al parecer tengo un brazo roto, hace como media hora no sentía el dolor pero ahora si.

YO: No tienes que ver esto idiota. -Le digo a Manuel-
MANUEL: Te gano en miembros rotos -Dice haciéndome reír- no me asustan un par de huesos fuera de su sitio.
YO: Ya bueno, creo que tienes razón -Me besa la mano- además no puedo echarte después de estar a mi lado todo el tiempo.

FERNÁNDEZ: Intenta caminar, ya hemos comprobado que las piernas las sientes, has estado varios días sin levantarte por el coma y ahora tienes que andar.

Manuel aparta la silla en la que está sentado. Saco los pies, poco a poco bajo de la cama y me pongo en pie.

YO: Duele.
FERNÁNDEZ: Es normal, agárrate -Pongo la mano sobre su hombro- solo tienes que caminar un poco más y ya está.

Camino bajo la mirada de Manuel. Es doloroso, como si la sangre estuviera bajando nuevamente por mis piernas. Vuelvo a la cama con la ayuda del doctor, él apunta algo en su libreta y me sonríe.

FERNÁNDEZ: Todo está correctamente. Temíamos que tuvieras alguna secuela.
YO: No tengo ninguna ¿Verdad?
FERNÁNDEZ: No, lo recuerdas todo, puedes caminar, ni tienes ningún tic, todo parece estar correcto. -Suspiro aliviada- Ahora sólo queda esperar unos meses hasta poder retirarte la escayola y sabremos si puedes mover el brazo libremente o con dificultad.

Manuel echa la cabeza en mis piernas y sonrío.

MANUEL: Recuérdame que nunca me suba a una moto.
YO: Yo me seguiré subiendo a la moto.
MANUEL: Alexa..
YO: ¿Tengo qué tenerle miedo toda la vida? No creo que esa sea la solución para que nunca me ocurra nada. Ya sé que tendré que discutir con mis padres para que la arreglen o me compren otra pero me da igual, la moto no tiene la culpa de nuestra irresponsabilidad.
MANUEL: Eres increíble ¿Lo sabías?
YO: Y tú -Le doy un beso- No le hagas caso a mis padres, digan lo que digan.
MANUEL: No entiendo porque no les he caído bien nunca.
YO: Porque de pequeña pensaban que me agredías -rio- se lo expliqué, les dije que no era así y que éramos pequeños, lo hacías para llamar mi atención.
MANUEL: ¿Me juzgan por cosas qué hacía con diez años y no por todo lo qué hago por ti ahora? -Pregunta dulce-
YO: Yo si veo todo lo que haces por mi ahora y no voy a olvidarme de ello nunca.

NARRA DANIEL.

Llegamos al apartamento. Ella asegura que puede llegar por su propio pie. La ayudo a sentarse en el sofá y le tomo la presión.

YO: ¿Te ha pasado más veces? No me has respondido.
KENDALL: No me he mareado más veces -Asegura- pero si me he estado sintiendo mal.
YO: ¿Cómo? ¿Y no me lo has dicho?
KENDALL: No quería angustiarte, habrías asegurado que es por haber mantenido relaciones pero no es así, antes de acostarnos ya estaba un poco mal.
YO: ¿Cuándo pensabas decírmelo? Pude hacerte daño ¿No te das cuenta?

Baja la cabeza.

KENDALL: Vale, lo sé. -Dice en voz baja. Le levanto la cabeza para mirarme a los ojos pero casi no puede avergonzada-
YO: No quiero que bajes la cabeza, quiero que estes consciente de que ha podido pasarte algo horrible.
KENDALL: Aún no lo sabes todo.
YO: ¿Cómo dices? -Pregunto sorprendido por sus ocultaciones- ¿Qué más te ha pasado?
KENDALL: Antes de que me odies por ocultártelo, quiero decirte que ha sido algo leve.
YO: Cualquier cosa puede ser grave aunque a ti no te lo parezca.

Espero unos minutos hasta que ella decide romper el voto de silencio. Suelta un suspiro, me agarra la mano y me mira triste.

KENDALL: ¿Prometes no odiarme?
YO: No te odiaré.
KENDALL: He.. -Traga saliva- estado sangrando.

No sé qué decir ¿Le he hecho daño? Eso me preocupa más que cualquier cosa en este momento y que me lo oculte.. no me parece nada bien.

YO: ¿Sangrado?
KENDALL: Espera, espera -Dice deteniendo mis teorías- no he sangrado porque me has hecho daño, ni siquiera ha sido de ahí. -Alzo la ceja- Me ha salido sangre de la nariz.
YO: ¿Qué?
KENDALL: No ha sido gran cosa, lo prometo, solo ha sido un poco.
YO: No es bueno. En este momento vamos de regreso al hospital.
KENDALL: No -Se levanta tropezando con todo- no quiero.
YO: No es cuestión de que quieras o no, es tu salud, tu vida, tenemos que estar seguros de que no ha regresado o de que la médula no está siendo rechazada.
KENDALL: ¿Y si es así? -Pregunta con un nudo en la garganta- No he estado ni tres días libre del cáncer -Dice y suspiro- podría ser solo un efecto secundario, anemia o no sé, las estúpidas pastillas para la sangre ¿Por qué tiene qué ser el cáncer?
YO: Porque todo podría ser el cáncer Kendall ¡Todo! Todo lo que te ocurra podrá ser el cáncer, aunque después sea una tontería.
KENDALL: Es cierto, nunca podré tener una vida normal porque cualquier enfermedad podría ser el cáncer.
YO: Vas a tener una vida normal -Digo poniéndole las manos en los hombros- pero siempre habrá que tener precaución.
KENDALL: Está bien. Iré al hospital pero hoy no.
YO: Kendall deja la terquedad.
KENDALL: Quiero una semana, dos como mucho, quiero disfrutar de mi tiempo contigo.
YO: Tendremos todo el tiempo del mundo.
KENDALL: Estoy bien -Asegura- sabes que los síntomas de la leucemia son mucho peores y no he tenido ninguno de ellos.
YO: En eso tienes razón.
KENDALL: Te prometo que si me pasa algo, cualquier cosa, te lo diré.
YO: ¿Sin secretos? -Pregunto-
KENDALL: Sin secretos.

La abrazo. Cualquier cosa que le ocurra tendrá mi corazón en vilo, no quiero perderla, no puedo perderla.

Hasta el último suspiro. ®Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ