Capítulo 82.

6.5K 519 53
                                    

NARRA KENDALL.

Lo apartó dándole un fuerte empujón que lo obliga a retroceder varios pasos. Paso la mano por mis labios limpiándome los restos de su saliva, lo miro entre sorprendida y asqueada.

YO: No vuelvas a tocarme nunca más.
DOCTOR: Discúlpame.
YO: ¿Cómo te has atrevido? Todos habéis juzgado a Daniel por enamorarse de mi y ahora tú me besas ¿¡En qué estás pensando!?

Él parece avergonzado por lo que ha hecho pero yo no dejo de estar furiosa.

De repente la puerta se abre a su espalda, es Daniel quien entra con un oso de peluche y un ramo de margaritas

¿Lo ha escuchado? Su seriedad me confunde, no sabría descifrarlo.

DOCTOR: Oviedo.

DANIEL: Quiero intimidad con mi novia. -Le dice- Fuera de aquí.
DOCTOR: Soy su doctor, yo podría echarte.
DANIEL: Inténtalo.

YO: Doctor váyase, quiero estar a solas con mi novio.

Él asiente con la cabeza y obedeciendo lo que acabo de pedirle se marcha. Daniel parece distante, serio y pensativo, creo que si ha oído todo y que está conteniendo su enfado intentando ser lo más maduro posible.

YO: Oye -Digo acariciándole la mano-

Gira la cabeza. Me sonríe y deja un beso sobre mis labios para hacerme sentir que todo está bien.

DANIEL: Feliz cumpleaños mi niña.
YO: ¿Es para mi? -Pregunto señalando el oso de peluche-
DANIEL: No hay nadie más en esta habitación. -Responde- Las flores también son para ti, estas cajitas también son para ti y los bombones también son para ti.
YO: No voy a preguntar como lo has traído todo. -Rio. Cojo las flores y inhalo el fresco olor que desprenden- Me encantan las margaritas.
DANIEL: Lo sé, también los bombones -Dice haciéndome reír-

Toca mis labios. Me siento en la obligación de contarle lo que ha sucedido con el doctor Muñoz, no puedo ni quiero ocultarle nada.

YO: Dani.. Tengo que contarte algo.
DANIEL: Cuéntame.
YO: Si lo has oído todo dímelo, suelta el enfado y no me trates como una niña ignorante.

Inclina la cabeza, deja salir de sus labios un suspiro fuerte y me mira fijamente.

DANIEL: Te ha besado.
YO: Yo no he aceptado el beso, lo he abofeteado.
DANIEL: No dudo de ti y no dudaré nunca.
YO: Tenía miedo de que pensaras que yo quiero cambiarte por él o que ya no te quiero.

DANIEL: He oído todo lo que ha sucedido, tenía pensado entrar y romperle los dientes pero me he tranquilizado porque tú necesitas tranquilidad. -Dice entre dientes-
YO: No quiero que busques ningún problema ¿Vale? -Pongo las manos en sus mejillas- Muñoz me da exactamente igual.
DANIEL: A mi también pero que esté besándote no me gusta, no me agrada que lo haga.
YO: Lo veo lógico.

Se sienta a mi lado, encoge los hombros y me da un beso en los nudillos. Admiro su estabilidad, su saber estar, a pesar de estar furioso por dentro me sigue tratando de una manera dulce y amorosa.

YO: ¿Qué hay en las cajas?

Sonríe. Abre una de ellas dejándome ver un colgante hermoso.

YO: Dios mío, te habrá costado muchísimo.
DANIEL: ¿Puedes dejar de hablar de dinero cada vez qué te regale algo? -Pregunta riendo- Me siento algo incómodo.
YO: Pero es que ¡Guau! Es precioso.
DANIEL: Hay algo más.
YO: Si, todavía no sé qué contiene la otra cajita.
DANIEL: Es algo mucho más especial.
YO: ¿Mucho más?
DANIEL: Ábrela.

Me la entrega. Deshago el lazo rojo que rodea la caja y la abro llena de nervios, emoción y curiosidad. Encuentro en ella unas llaves con un llavero con una de nuestras fotografías del fotomaton en miniatura, sonrío confusa y él ríe burlándose de mi.

YO: ¿Qué es esto?
DANIEL: Esto es las llaves de nuestro apartamento.

Doy un salto, lo abrazo con fuerza y rio alto llena de felicidad. Sin importar el dolor, sin importar lo reciente que está la operación y lo débil que estoy.

YO: ¿Lo estas diciendo enserio?
DANIEL: Te propuse venir a vivir conmigo cuando salieras de aquí, tú aceptaste días después y yo empecé a buscar un apartamento para nosotros dos solos, sin mi hermano, sin mi cuñada, sin ni siquiera la presencia de tus padres que ya saben donde vivo actualmente.
YO: Quiero ir a nuestro apartamento cuando salga de aquí, quiero ser una chica normal.

Lo beso.

DANIEL: Yo quiero que esto no implique que discutamos a cada rato -Bromea-
YO: No discutiremos, bueno, alguna vez, no podemos estar de acuerdo en todo.
DANIEL: Vamos a cumplir todos nuestros deseos juntos pero lo haremos sin prisas.

Hago una mueca con los labios que causa curiosidad en él.

DANIEL: ¿Qué pasa?
YO: Tengo médula nueva, es cierto, pero eso no quiere decir que esté fuera de peligro o qué el cáncer no vuelva -Le pongo el dedo en los labios interrumpiendo sus palabras- déjame acabar. Se que existen posibilidades de que vuelva incluso con el trasplante de médula, no soy tonta Dani y por esa razón no me quedaré esperando a que las cosas que siempre he soñado sucedan. Voy a vivir como siempre he querido vivir, voy a estudiar, a viajar, a comer todo lo que me de la gana -Ríe- No sé si el cáncer volverá o no, pero si se que voy a hacer todo lo que quiero hacer.
DANIEL: No te convenceré para que lo hagas sin prisas ¿Verdad?
YO: No.
DANIEL: Estas loca.

Le doy un beso más largo e intenso.

DANIEL: Te amo.
YO: Yo también. Ahora no van a poder prohibirte nada porque ya no decidirán sobre mi.
DANIEL: Mi chica se ha hecho mayor.
YO: Mm.
DANIEL: ¿Qué?
YO: Sigo siendo la misma.
DANIEL: La misma niña dulce y bonita de la que me enamoré. -Sonríe-

Entra Alexa. Se sorprende por la cantidad de regalos que Daniel me ha traído y se da cuenta de las llaves.

ALEXA: Wow.
YO: Iré a vivir con él a nuestro apartamento.
ALEXA: ¿Vuestro?
DANIEL: Nuestro.

ALEXA: Raúl se subirá por las paredes.
DANIEL: Raúl ya no podrá hacer nada para evitarlo.
•••
Daniel se marcha porque debe hacer varias llamadas e ir a su casa para organizar la mudanza.

NARRA DANIEL.

En el parking me encuentro a Muñoz. Él y yo nos miramos desafiantes.

MUÑOZ: Kendall ya tiene los dieciocho, felicidades a ti también.
YO: Que casualidad, su cumpleaños y tú aprovechas.
MUÑOZ: ¿Perdona?

No puedo contenerme y le doy un fuerte puñetazo.

YO: Es increíble como la gente que te juzga termina caminando por el mismo camino que tú. Has hablado tanto de mi con los demás doctores ¡Ética! Eso decías y ahora tú besas a mi novia, debería seguir partiéndote la cara pero prefiero mantenerme tranquilo, por mucho que intentes ser como yo, nunca serás como yo.
MUÑOZ: Solo ha sido un beso. No quiero ser como tú.
YO: Claro que no, tú no tendrás la suerte de que una chica tan increíble como Kendall te quiera.

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now