Capítulo 76.

6.9K 498 59
                                    

NARRA KENDALL.

Giro la cabeza cansada de sus ataques sin sentido. Odio que diga tantas sandeces sobre Daniel, que opine mal de él incluso cuando está haciendo tanto por mi ¿Acaso no se da cuenta de qué me ama? Lo demuestra con cada acto desinteresado, aún sabiendo las posibilidades que hay de que muera en cualquier momento. Mi padre no es consciente de ello porque no es capaz de ver más allá de sus prejuicios.

YO: Quiero que te largues de aquí. -Digo sin cruzar la mirada con él-
PAPÁ: Soy tu padre.
YO: Entonces acepta lo que me hace feliz.
PAPÁ: No consentiré ningún chantaje emocional, tampoco permitiré que intentes manipularme como lo hacías de pequeña.
YO: ¿Por qué no me intentabas detener cuando estaba tirando mi vida a la basura? Fumaba, bebía sin control y os trataba como desconocidos.
PAPÁ: Lo intenté pero tu rebeldía era incontrolable.

Suelto una carcajada. Acomodo la sabana y lo miro desafiante, tan llena de valentía que me importa muy poco lo que él piense.

YO: Entonces prepárate, porque si era rebelde luchando por aquello que no me hacía feliz solo para desafiarte, no sabes lo rebelde que seré luchando por lo que sí me hace feliz.
PAPÁ: ¿Llamas felicidad a esto? Ni siquiera lo conoces fuera de estas cuatro paredes.

Mi madre consigue echarlo de la habitación. Alexa me agarra las manos y yo la miro entristecida por no saber nada de Dani.

YO: ¿Puedes llamarlo? Quiero saber de él.
ALEXA: Claro.

Saca el móvil, marca su número y me lo da para que sea yo la que hable con él. Da el tono cuatro veces hasta que aparece el contestador.

YO: Joder.
ALEXA: Estará haciendo algo importante, tranquila -Sonríe dulce- después lo intentamos ¿Vale?
YO: Odio que él no sea mi doctor, lo veía diariamente, hablaba con él pero ahora por culpa de personas que no entienden lo importante que es tenerlo en mi vida, ya no trabaja aquí y hasta que no ponga un pie fuera de este lugar no podré verlo como me gustaría.

Mi madre me entrega mi móvil. El fondo de pantalla es una fotografía de Daniel y yo, la capturé de las fotografía del fotomatón.

MAMÁ: No se lo diré a tu padre. -Dice en voz baja-
YO: No pensé que.. -Me detiene para hablar ella y yo callo-
MAMÁ: Quiero ver esa sonrisa cada día. Extrañaba verte sonreír así.

Acaricio la pantalla y encojo los hombros.

YO: No hacía mucho que nos conocíamos, me llevó al parque de atracciones porque quería que viera el exterior, que me sintiera una chica normal porque según él lo soy. -Sonrío y seguido me muerdo del labio- Reí, comí todo lo que me apetecía, corrí, disfruté de lo que hace mucho tiempo no tenia y todo fue gracias a él, ahí supe que lo quería y que lo iba a querer muchísimo más. Entonces nos besamos, fue nuestro primer beso y se convirtió en la hora, en el minuto, en el segundo, en el lugar, en mi momento favorito y te juro mamá.. que si llego a morir después de aquello, habría muerto sintiéndome libre y feliz, no solo por el beso, si no porque con él pude volver a ser yo.

Emocionada me abraza. Me entiende, lo hace pero es incapaz de contrariar a mi padre por mucho que a veces logre sacar valentía de su interior para defenderme.

MAMÁ: Si a ti te hace feliz, a mi también.
YO: ¿Por qué papá no lo entiende si es mayor qué tú casi diez años? -Pregunto confusa. Pasa los dedos por mis mejillas secándome las lágrimas y se encoge de hombros-
MAMÁ: Porque es un imbécil. -Responde-

Me acomodo en su pecho como cuando era pequeña y por unos instantes vuelvo a sentirme esa niña risueña que pensaba que la vida seria fácil.

NARRA JESÚS.

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now