Capítulo 72.

7.1K 528 97
                                    

NARRA KENDALL.

No sé cómo lo hace, pero consigue llenar de felicidad un día gris, diría que es magia pero no, es sencillamente un don que solo tiene él.

DANIEL: ¿Por qué me miras así? -Pregunta tierno, mordisqueo mi labio y sonrío mostrándole la emoción que pretendía esconder para no parecer idiota-
YO: ¿Por qué tienes que ser tan dulce?
DANIEL: No lo sé, me sale solo. -Responde en uno gracioso que inevitablemente me hace reír-
YO: Me vas a salvar la vida Oviedo.
DANIEL: Otra vez.

Cruzo los brazos. Él me mira haciendo que por primera vez me avergüence y desvíe la mirada tímida.

DANIEL: Te salvaría incansablemente todos los días de mi vida. -Le da la vuelta a la cama y se sienta detrás de mi, desprendiéndose del miedo que ha tenido siempre a que nos descubran-
YO: El de la transfusión has sido tú -Susurro girando la cabeza hacia la derecha para mirarlo de reojo-
DANIEL: Si. -Siento sus dedos trepar lentamente por mis brazos hasta llegarme al cuello- Kendall.
YO: ¿Qué? -Pregunto nerviosa, pues sus dedos logran que apenas me salgan las palabras-
DANIEL: Cuando salgas de aquí.. después de la operación ¿Vienes a vivir conmigo? -Pregunta y  me delata la sonrisa que segundos después se dibuja en mis labios-
YO: ¿Lo estás diciendo enserio?
DANIEL: Si.

Quiero, claro que quiero, pero pienso que decirle que si al momento es un poco arriesgado. Dejaré que sufra un poquito.

YO: No sé -Juego con el camisón, conteniéndome para no gritarle un Si gigantesco que se escuche hasta fuera-
DANIEL: No tienes porqué responderme ahora, tienes todo el tiempo que necesites para pensarlo.
YO: Vivir en la misma casa y dormir en la misma cama donde ha estado esa mujer, no me gusta. -Digo en un tono exasperante. Él sin embargo ríe y pasa el brazo por mi hombro derecho para atraparme-
DANIEL: Quememos el colchón. -Bromea. Quiero hacerme la dura pero es inútil contra él, acabo riendo y girando la cabeza para recibir el beso que quiere darme desde hace medio minuto-

Creía que no había nada más bonito que él pero sí que hay. La risa en mitad de un beso, la demostración más pura y bonita de la felicidad, la felicidad que siento cuando lo tengo tan cerca que puedo sentir como el corazón me va a estallar.

YO: Mi padre debe estar odiándote.
DANIEL: Tiene que aceptarme, no le queda otro remedio.
YO: ¿Ah no? ¿Y por qué? -Pregunto y de repente siento mariposas en el estomago, mierda, no existe seriedad con este hombre-
DANIEL: Ya te lo dije, no voy a renunciar a ti.

Echo el cuerpo hacía atrás hundiendo finalmente mi cuerpo en el suyo en su pecho y la cabeza en su hombro. Con los dedos juego con su barba, me encanta, lo hace verse mucho más varonil, aunque bueno, sé que la prefiere más corta.

YO: ¿Después del trasplante me dejarán volver a casa? Quiero sentir de nuevo la libertad, ver más allá de la ventana de mi habitación.
DANIEL: Tendrás que estar en reposo y después te darán el alta si todo está bien pero tendrás que asistir a tus revisiones mensuales sin falta.
YO: Lo juro.
DANIEL: No hace falta que lo jures, yo mismo te atraeré. -Asegura en un tono autoritario irritante-
YO: Veo que van a tener que poner un cartel que prohíba tu entrada. Te echan por estar conmigo y tú pretendes venir conmigo a las revisiones ¡Qué rebeldía la tuya! —Exclamo. Pone la mano en mi barbilla, me gira la cabeza y mordisquea mis labios después de besarme como unas seis veces seguidas-
DANIEL: Se me ha pegado toda tu rebeldía.

Sonríe. Es un espectáculo precioso ver de cerca cómo se le achinan los ojos, no dejaría de contemplarlo nunca.

Entra el doctor que me ha atendido y supongo que será mi doctor hasta que esto acabe.

DOCTOR: Daniel, veo que no respetas las normas.
DANIEL: Ya no soy doctor, estoy visitándola como su novio ¿También hay problema en eso? -Pregunta serio-
DOCTOR: Prefiero no entrar en un conflicto inútilmente.
DANIEL: Mejor porque no pensaba dejar de besarla porque a vosotros no os guste.

Oh Dios.. está irreconocible, me encanta.

DOCTOR: Kendall, en una hora empezarán las pruebas de preparación y mañana la quimioterapia más radiación, tenemos que deshacernos de todas las células cancerígenas para poder realizar el trasplante.
YO: Vale.
DOCTOR: Tú también tendrás que realizarte algunas pruebas -Le dice a Daniel- así que te pido que vayas a la puerta del fondo del pasillo.
DANIEL: He sido doctor, sé perfectamente a que puerta tengo que ir.

Se pone en pie. Da la vuelta a la cama y se posiciona delante de mi.

YO: ¿Te veré más tarde? -Pregunto- Lo dejaréis pasar ¿Verdad?
DOCTOR: No es seguro.
DANIEL: Si, si lo es, no es conveniente contradecirla.
DOCTOR: No me des lecciones Oviedo.
DANIEL: Entonces apréndete bien las cosas necesarias para estas circunstancias.

Él vuelve a mirarme. Pone las manos sobre mi rostro y me besa.

DANIEL: Te quiero.
YO: Yo también.
DANIEL: Se buena -Advierte-
YO: Idiota.

Me besa de nuevo y se va. Minutos más tarde aparecen para llevarme a las pruebas de las que el doctor ha hablado.

NARRA DANIEL.

Salgo apretando el algodón de mi brazo. Después de unas pruebas necesito algo de beber. Paso por delante de Raúl que me persigue lo más rápido que puede.

YO: Si lo que quieres es discutir, no te complaceré.
RAÚL: ¿Piensas entrar de nuevo? -Pregunta serio- no lo permitiré.
YO: Kendall necesita tranquilidad, no la hagas sentir mal, no es conveniente.
RAÚL: Ya no eres su doctor.
YO: Soy su pareja, le guste o no, su hija y yo nos queremos.

Saco un refresco de la máquina y lo abro caminando de nuevo hacía la sala de espera.

MARTA: Daniel.
YO: ¿Si?
MARTA: Quédese.
YO: No me iré, le he prometido que entraría de nuevo a verla y lo haré, pese a todo.

Raúl se acerca a nosotros.

RAÚL: ¿Quieres a mi hija?
YO: Usted ya no sabe qué más preguntar. Claro que la quiero, sé lo he dicho mil veces pero se esfuerza en creer lo contrario y pensar que el imbécil de Mark la quiere más que yo -Pongo los ojos en blanco- pero bueno, no me importa su preferencia por él, yo estoy con su hija, acéptalo.
RAÚL: Aceptaré vuestra relación con una condición.
YO: Con condiciones o sin ellas no me importa si la aceptas o no.
RAÚL: Demuéstrame que lo que sientes por ella es real y que no vas a cambiarla por otra cuando tengas la oportunidad.
YO: No voy a permitir que sigas ofendiéndome. Lo creas o no la quiero.

RAÚL: Cásate con ella.

Lo miro rápidamente.

YO: ¿Perdona?
RAÚL: ¿De verdad quieres qué crea tu supuesto amor? Entonces cásate con ella en cuanto pueda salir del hospital.

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now