Capítulo 109.

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NARRA DANIEL.

Permanece aferrada a mi con la cabeza en mi pecho. No quiero soltarla, no quiero pensar que este será uno de los últimos momentos a su lado.

YO: ¿Quieres algo en especial de comer?
KENDALL: Me toca el especial hospital. Lo de siempre.
YO: Pídeme lo que quieras y yo hablaré con los doctores.
KENDALL: Quiero volver a mi hospital, quiero despedirme de mi hermano y de Alexa.

Se sujeta en mi hombro y yo la agarro por la cintura evitando que caiga.

KENDALL: Por favor.

Despedida. Odio oír esa palabra.

YO: Lo intentaré, hablaré con quien tenga que hablar y pediré tu traslado.

Me besa y le sigo el beso apasionadamente.

KENDALL: Quiero seguir bailando.
YO: Estas débil, sabes que no te hace bien ni te conviene cansarte. -Encoge los hombros-
KENDALL: ¿Qué puede pasarme?

YO: Esta bien. -Acaricio su rostro con los dedos. Sonríe dulce. Es increíble como puede actuar como si nada cuando está mal por dentro-
DANIEL: Oye -Susurro- se que no quieres que lo pase mal pero necesitas desahogarte. Llorar, gritar si quieres pero no actúes como si no te estuviera doliendo, por favor.

Ella me mira fijamente, callada y con la mirada fijada en mis ojos. Empieza a llorar dejando a un lado la falsa fachada y se abalanza sobre mi.

Siento desesperación, dolor e impotencia. Siento una tristeza que me agarra la garganta, me la aprieta e impide mi respiración.

La siento cada vez más débil y menos capaz de mantenerse en pie por sí misma.

YO: Ya has estado demasiado tiempo de pie, vamos, te tumbaré en la cama.

La cojo en brazos, echa la cabeza en mi hombro y besa mi cuello. Esto me hace recordar a la primera vez que la cogí en brazos, el día que escapó de su habitación para huir de su realidad. Me di cuenta que quería cuidarla, que sentía la necesidad de hacerlo y si, a pesar de saber que haga lo que haga no servirá de nada, quiero seguir cuidándola hasta su último suspiro.

DOCTOR: Dentro de unos minutos te traerán la comida, aunque no tengas apetito tienes que comer.

Kendall me mira con cara de suplica, es cierto, debo hablar con él sobre los trasmites de su traslado.

YO: ¿Podemos hablar fuera?
DOCTOR: Si.

Dejo un beso sobre la frente de ella y salgo fuera cerrando la puerta.

YO: Quiere que la trasladen a su hospital, allí está su hermano ingresado y su mejor amiga, quiere.. -Cojo aire- despedirse de ellos.
DOCTOR: Debo tramitarlo y hablarlo con sus padres.
YO: ¿Será posible?
DOCTOR: A estas alturas todo lo que pida es posible, queremos que nuestros pacientes se sientan bien hasta.. el final.

Muevo la cabeza. Él pone la mano en mi hombro captando mi atención y hace una mueca con los labios.

DOCTOR: No puedo imaginar lo duro que debe ser pero.. te deseo mucha fuerza.
YO: Gracias, supongo.

Él se va. Yo miro hacía la puerta, camino para atrás y me apoyo en la pared. Me doy golpecitos en la cabeza y lloro, no podía seguir fingiendo.

Raúl aparece, lógicamente para ver a su hija.

RAÚL: ¿Puedo?
YO: Si, dudo mucho que yo sea capaz de volver a entrar.

Agarra mi muñeca.

RAÚL: Siento mucho mi dureza, se que has hecho feliz a mi hija y aunque lo he entendido tarde.. te agradezco todo lo que has hecho por ella.
YO: Hazla sentir bien.. merece irse en paz.

Hasta el último suspiro. ®Where stories live. Discover now