1. |𝑩𝒖𝒄𝒌𝒚 𝑩𝒂𝒓𝒏𝒆𝒔|

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Salí de mi habitación rumbo a la cocina, miré mi reloj: 6:45am. Tenía un poco de tiempo antes de irme a entrenar con Steve.

Me dirigí a la cocina, me senté en un taburete, apoyé mi codo izquierdo en el mesón y mi palma en mi mejilla. Y con mi mano derecha la empecé a mover y de éstas salieron como una especie de humo amarillo.

Con mis poderes abrí la lacena, saqué un empaque de cereal y lo puse frente a mi, saqué un plato hondo y leche de del refrigerador.

-Eso es egoísta. -Volteé y miré a Nat con su traje de combate. Sonreí.

-Lo sé. -La examiné con la mirada.- ¿Hay una misión? No me avisaron nada...

-Oh, no. No es algo importante, iré con Steve. -Respondió

-¿Steve?

-Así es. Te toca entrenar sola. Nos vemos. -Besó mi mejilla, se dió la vuelta y se fue.

Suspiré y terminé de desayunar. Caminé hasta la sala de entrenamiento, y estaba perfecto, completamente solo.

Coloqué música y me dispuse a calentar primero. Comenzó una canción latina muy pegajosa, moví mis caderas al ritmo de la canción.

La puerta se abrió de golpe y solté un grito del susto.

-Lamento haber interrumpido tu sesión de baile. -Bucky entró a la sala con una leve sonrisa en sus labios.

-Casi me da un infarto. -Dije con la mano en el pecho.

-Si quieres puedes fingir que no estoy aquí. -Fruncí el ceño y no respondí. Mis mejillas estaban rojas de vergüenza.

Me senté en una banca y saqué unas vendas de mi bolso para colocarlas en mis nudillos y muñecas.

Luego de esto, con mis poderes logré levantar un saco y ponerlo en su lugar.

-¿Siempre usas tus poderes para todo? -Escuché la voz de Barnes al otro lado de la sala.

-No para todo, cariño. -Lo miré y le guiñé un ojo, un gesto que me caracterizaba. A veces lo hacía inconscientemente.

Comencé a golpear el saco, empecé con algunos golpes suaves, mi mente estaba en otro lugar como si nada existiera a mi alrededor, solo yo y mi consciencia haciéndome malas jugadas.

Traté de concentrarme en los golpes, pero comencé a pensar en mi familia. En las cosas que hubiese hecho para salvarlos, me culpaba a mi misma por la muerte de papá y mamá. Aunque no fueron perfectos no merecían morir a manos de HYDRA, me sentía furiosa, impotente, y frustrada.

Una ira incontrolable se alojó en mi cuerpo y antes de darme cuenta, el saco había volado varios metros lejos de mi por uno de los golpes que le propiné.

Salí de mi trance y abrí los ojos con perplejidad. Mi pecho subía y bajaba con rapidez. Observé la arena del saco esparcida en el suelo y comencé a dar pasos inconscientes hacia atrás, tratando de alejarme de mi desastre.

Me volví a sentar en la banca donde minutos atrás estaba, y coloqué mis codos en mis rodillas, hundí mi cara en mis manos, respirando con dificultad.

BUCKY BARNES-ONE SHOTS. |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now