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—Enciende la televisión, _____. — Frunciste el ceño y tomaste el control remoto e hiciste lo que te indicaron.
El móvil se resbaló de tus manos cayendo en el colchón del sillón.
—No puede ser... — Dirigiste tus manos a tus labios y el corazón comenzó a golpear fuerte en tu pecho.
Bucky había causado un ataque en Vienna donde estaban discutiendo los acuerdos, hubieron varios heridos y murió el Rey de Wakanda.
—¿____? ¿Te desmayaste? ¿¡Estás bien?! ¡Di algo, maldición! — La voz de tu hermano Sam se escuchaba desesperada.
Tomaste el móvil nuevamente y suspiraste.
—Estoy bien, Sam. Estoy aquí... —Ibas a pronunciar unas palabras que juraste jamás volver a decirlas.— Volveré al complejo.
—Espera, iremos por ti... Sólo debemos... — Sam dejó de hablar ya que alguien estaba diciéndole algo. Parecía Steve y una... Mujer.
Rodaste los ojos e hiciste una mueca de fastidio.
—Al parecer localizaron a Barnes... En Rumania, Bucharest. —Anotaste la dirección, ya que últimas se te dificultaba memorizar nombres de países, etcétera—. Pasaremos por ti.
—Bien.
(...)
Examinaste el lugar con la mirada, y era un completo asco.
—¿Estás seguro que es aquí, Steve? — Te acercaste a él y observaste que tenía en sus manos un pequeño diario.
—De hecho... Estoy cien por ciento seguro que sí. —Dijo mostrandote una fotografía tuya dentro del pequeño diario.
Tu corazón dio un vuelco y las ganas de llorar volvieron a aparecer.
Te diste la vuelta y te quedaste pasmada, luego de tanto tiempo, estaba nuevamente parado frente a ti.
—¿Me conoces? _Diste un paso hacia él y Steve tomó tu brazo con suavidad.
—Eres ______. He leído sobre ti en los periódicos. —Dijo mirándote.
—Fijaron el perímetro. —Avisó Sam a través del transmisor, se encontraba en el techo vigilando a Fuerzas Especiales.
