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— ¡Ha llegado Santa! ¡Ha llegado Santa! — exclamaba la menor de los Barnes.
James Barnes y su esposa, llegando a la sala de su hogar y encontraron el árbol de navidad lleno de cajas envueltas en papel navideño.
— ¡Wow! — exclamas fingiendo sorpresa, con una sonrisa en tus labios.
— Oh sí, "wow" — dice sarcástico tu hijo mayor.
— James. — le regaña su padre con voz dura, a lo que él chico titubeó y le dió la espalda rápidamente para buscar su nombre entre los regalos.
— No deberías hablarle así, te está cogiendo miedo. — le susurras bromeando a tu esposo.
Él te responde chasqueando la lengua y sonríe de lado.
— ¡El móvil que quería! ¡Gracias, Santa! — sueltas una carcajada por la ironía de tu hijo mayor de 14 años, que ya sabía que Santa no existía.
— ¡Unas pistolas Nerf! — Exclama tu segundo hijo de 10 años.
— ¡Una bebé!— Exclama la pequeña Barnes.
— Santa fue muy generoso este año. — dices riendo por la expresión de tus tres hijos.
— Papá, ¿Me ayudas a colocar las dianas para practicar mis disparos? — pregunta Ben a su padre.
— Claro, campeón. — Bucky tomó la diana en la pared y luego se alejó.
— Vamos Ben, enséñale a tu padre tu mejor tiro. — dices alentando a tu hijo mientras le sacabas de la caja la bebé a tu pequeña hija.
— Ok. — respiró hondo y colocó el dardo en el arma de juguete y la recargó. Apuntó hacia la diana y disparó, pero le dió lejos del punto medio.— Rayos, no sirvo para esto.
— Solo debes practicar. — le dice su padre y se acerca a él. Bucky toma otro dardo y lo coloca en el arma.— Solo debes... Concentrarte en el punto y... Dispara. — Bucky disparó y dió justo en el blanco.
— Wow, pa. — lo abraza.— Eres excelente, debes enseñarme.
— Claro que sí.
— ¿Mamá, tu puedes hacer eso también? — Pregunta James, despegando los ojos del móvil nuevo
— Por supuesto. — sonríes
— Debes estar muy oxidada, mi amor. — bromea Bucky con sarcasmo.
— ¿Eso crees? — elevas una ceja y te apartas un momento de la pequeña.
Le quitas el arma a Bucky y colocas un dardo en el arma.
— Ben, cariño. ¿Puedes quitar el dardo que tu padre colocó en el blanco?
— Sí, mami. — despega el dardo de la diana y se aleja para observarte con emoción.
— Tengo que grabar, ésto estará muy bien. — dice James Jr.
Apuntas hacia la diana y disparas.
— Uh, que mala suerte. — dice Bucky burlándose al ver que fallaste el tiro.
— Ay mamá. — dice Ben riéndose, le habías dado lejos del centro.
— Lo intentaré otra vez.
— ¡Ya resignate, cariño! — fulminas a Bucky con la mirada e intentas tu segundo tiro.
— Mierda. — susurras para ti, al fallar nuevamente.
— Ya sabemos quién es el mejor, ¿Verdad, niños? — dice Bucky pasando su brazo por tu hombros.
Ruedas los ojos con diversión y ríes.
— A ver, familia. ¡Una foto! — Dice James acercándose a ustedes.
— Estás super mono con el móvil nuevo, ¿Eh? — bromea su padre.
— Es la honda, pa. — le responde James.
Reprimes una carcajada y la familia se posicionó para una selfie.
— Bernie no sale en la foto, debes cargarla papá. — Bucky tomó a su hija pequeña en brazos y todos sonrieron hasta que el aparato emitió un sonido que la foto ya había sido tomada.
— Me reenvías la foto, James. — le dices a tu hijo y él asiente sonriendo.
Bucky se sienta en el sillón con su hija en el regazo.
— Papi, te amo. Eres el amor de mi vida. — Bernie la dice a su padre y tú ríes.
— Yo te amo mucho más, mi pequeña. Eres el sol que alumbra mis días. — le responde a su pequeña y ésta esboza una gran sonrisa y le rodea el cuello con sus bracitos.
— Y a mamá que la coma un tigre, ¿Verdad, Bernie? — te sientas al lado de Bucky
— A ti también te amo, mami. — te dió un beso en la mejilla y volvió a abrazar a su padre.
— Lo siento nena. — dice Bucky reprimiendo una sonrisa.
Sonríes negando con la cabeza y te levantas del sillón.
— Prepararé el almuerzo. Te encargas de recoger los envoltorios de los regalos. — le dices a Bucky y este asiente.
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— Tu nunca fallas un tiro. — Bucky cierra la puerta de su habitación y se acostó a tu lado.
— No sé si estoy preparada para mostrarles a mis hijos esa faceta de mi. — dejas el libro que anteriormente estabas leyendo y diriges tu mirada hacia el amor de tu vida.
— Ellos te aman tal cuál como eres. — dice en voz baja.
— Lo sé. Por eso no quiero que vean lo que soy capaz de hacer. James por ser mayor, empezará a cuestionarme.
— Puedes decirle otra versión de como aprendiste tus habilidades.
— Sabes muy bien que no le miento a mis hijos, Bucky. — lo miras con reproche y suspiras.
— Tienes razón. — asiente.
— Me conformo con que el único que sepa sobre mi pasado seas tú. Y me sigas amando sin importar qué. — Acaricias su mejilla y dejas un largo beso en sus labios.
— Así será, como en nuestros votos. — sonrió de lado.
— Hasta que la muerte nos separe.
¿qué tal sus navidades, linduras? ¿Les gustó el OS?
