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— ¡Hey, _____! ¿Qué tal todo? ¿Dónde está Bucky? —Preguntó Sam con una leve sonrisa en sus labios, ajeno a la situación que estaba sucediendo.
Y por quinta vez en el día, volviste a sollozar en los brazos de Natasha.
— P-pero, ¿Qué... Qué pasó? —Sam borró su sonrisa y se dirigió a Steve.
—Él... —Steve fue interrumpido
—Me miró a los ojos... Como si nunca me hubiese visto en su vida. —Secaste tus lágrimas con el dorso de tu mano.
—¿Te hizo daño? —Sam se acercó a su hermana y se sentó a su lado.
—Ni siquiera me importa el daño físico, Sam. — Dijiste con fastidio.
— ¿Saben donde está ahora?
— Escapó... — Respondió Steve, de pie frente a ellos.
— Lo encontraré. — Te levantaste del sillón.
— Es arriesgado, puedes dañar tu mente, _____. —Intervino Natasha levantándose también y mirándote con preocupación.
—Estaré bien. — Aseguraste mirándolos a todos.
—Buscaré una fotografía. — Dijo Steve dispuesto a irse.
—No. —Musitaste, y el ceño de Steve se frunció con confusión.— Lo tengo muy bien visualizado en mi cabeza.
Normalmente para encontrar a las personas, debías tener una fotografía, analizarla y detallarla muy bien para tener una buena proyección de su persona en tu cabeza.
Los tres asintieron y Natasha te tendió una venda. La tomaste y te sentaste en el suelo como indio. Vendaste tu ojos, y respiraste hondo.
Te concentraste en encontrarlo, pusiste en marcha tus poderes, en ese instante, sentiste el agua bajo tus pies, todo a tu alrededor era de color negro, a lo lejos visualizarse su espalda ancha, tu respiración se entrecortó, cambiaste hasta él y trataste de observar el lugar donde estaba, sin embargo, no conocías aquél lugar.
Pero lo que llamó tu atención fue el pequeño objeto que tenía entre sus manos, lo observaba con confusión. En el momento en que abrió la pequeña caja color vinotinto, tu corazón se estrujó, dentro tenía un anillo de compromiso con una linda perla, perfectamente pulida.
Tapaste tu boca reprimiendo un sollozo, aunque no tenía caso, él no jamás podría verte. Caíste de rodillas en el suelo, sintiendo el agua en tus piernas.
—¡_______! —Escuchaste que a lo lejos alguien gritaba tu nombre. Pero lo ignoraste, tu visión se volvió borrosa, y tu cabeza comenzó a darte vueltas. Por un momento, Bucky giró su cabeza hacia tu dirección pero se esfumó de repente como cenizas al viento.
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Abriste los ojos lentamente y una luz blanca te cegó, la luz se apagó y la Doctora Helen te miró con ansiedad.
—¿Por qué me miras así, Helen? — Preguntaste con la voz ronca y te sentaste en la cama.
—No sé cómo estás viva, _____... — Su cara era de completo asombro
— ¿De qué hablas? —Murmuraste.
- Estuviste al borde de padecer un derrame cerebral, tus neuronas... — Tragó saliva, y desvió la mirada de ti.— Voy por el Capitán Rogers. —Tomó la tabla médica que yacía a los pies de tu cama, y salió rápidamente de la habitación.
Rodaste los ojos con fastidio, y te arrancaste con brusquedad la intravenosa enterrada en tu brazo, al igual que la pinza en tu dedo índice, la máquina de pulso comenzó a pitar, te tapaste los oídos con tus manos, con irritación te bajaste de la cama y desconectaste la máquina.
La puerta se abrió de golpe y la Doctora entró con Steve y Sam pegados a sus talones.
—¡_____, vuelve a la cama! — Exclamó tu hermano.
La Doctora traía en su mano una jeringa y sabías que quería sedarte.
—No más drogas. —Gruñiste y extendiste tu mano hacia la doctora, gracias a tus poderes, la jeringa salió de sus manos y llegó hasta tu mano.
Estabas muy molesta por todo y con todos, pero estabas consciente que nadie tenía la culpa.
Tu mirada se entristeció, los dos hombres y la mujer te miraron estupefactos por tu reacción.
—Iba... Iba a proponerme matrimonio. —Tu labio inferior comenzó a temblar y tus ojos se llenaron de lágrimas.
—¿De qué hablas? — Cuestionó Steve acercándose con lentitud hacia ti.
—Lo vi. — Tus ojos se encontraron con los ojos azules del Capitán, ese color te recordaba a los de James.
—¿Sabes donde está? — Steve estaba frente a ti y quitó la jeringa de tu mano con suavidad, y la colocó en una bandeja.
—No, no pude reconocer el lugar, pero... Está muy lejos, lo pude sentir. — Los brazos de Steve rodearon tu diminuta figura y te aferraste a él con fuerza.
—¿Cómo sabes que quería proponerte matrimonio? —Preguntó acariciando tu cabello.
—Tenía el anillo en sus manos. — Aclaraste tu garganta alejando las ganas de llorar.— Ahora lo he perdido para siempre, Bucky no volverá. —Tus piernas se debilitaron y gracias a Steve no caíste en el suelo.
—Prometo traerlo devuelta, lo prometo. —Aseguró con tu rostro entre sus manos.
***
Sé que las fans de Stranger Things entenderán éste OS jsksjak.
Espero les guste, tengo el cerebro bien seco alv:(
