BUCKY BARNES-ONE SHOTS. |EN EDICIÓN|

48. |𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏 𝑺𝒕𝒂𝒏|

Sebastian.

Ambas entraron al lugar, y miraron encantadas la decoración del lujoso bar.

- ¡Carajo, _______! ¿Estás viendo lo mismo que yo? ¿O es que estoy soñando? - Leyla estaba conteniendo sus ganas de tomarle fotos a todo el lugar.

- Tu suggar daddy se lució al traernos aquí. - Murmuras mirando la cantidad de licores que se encontraban detrás del barman de la gigantesca barra. Habían alrededor de 200 botellas diferentes distribuidas en tres repisas.

- Silencio, perra. No le gusta que le digan así. - Dice mirando a lo lejos al hombre pelinegro de unos 40 y tantos años de edad pero que no los aparentaba en absoluto.

El novio de tu amiga le extendió una tarjeta de crédito al chico de la barra y se dirigió hacia ustedes.

- Pueden tomar los tragos que quieran, estaré con algunos compañeros de trabajo en la zona VIP, mesa 4. - Se acercó a Leyla y le susurró algo al oído, notaste como ella suspiró y luego soltó una risita.

Te removiste incómoda y decidiste huir de allí. Comenzando a inspeccionar el lugar, lanzaste la vista hacia arriba mirando las mesas VIP. Tal parece que en ese espacio solo había gente super importantes y artistas.

- ¡________! ¡________! - Layla abrió paso entre las personas y te tomó fuertemente del brazo.

- ¡Auch! ¡Suéltame! ¿¡Qué te pasa!? - Le cuestionas con enojo.

- ¡A qué no sabes quién está en el área VIP! - chilló. La miraste confundida y esperaste a qué te dijera el nombre.- ¡Sebastian Stan, joder!

- ¿¡Qué!? ¡No! - Una amplia sonrisa se iluminó en tu rostro y comenzaste a saltar junto a ella.

- ¡Vamos a pedirle una foto!
- ¡Vamos! - Ambas se tomaron de los brazos fuertemente sin contener la emoción.

Sebastian Stan era tu actor favorito, desde que lo viste actuar en The Covenant, te habías enamorado del actor totalmente. Sus ojos azules, su sonrisa, la blancura de su piel. Y cuando trabaja en Marvel, su cabello largo hacía que te mojaras las pantaletas.

Tu respiración estaba entrecortada, el corazón te latía a mil por segundo, tus manos sudaban, a medida que se iban acercando al Rumano, más te encantaba, ¡En persona era puto Dios Griego! La emoción no cabía en tu cuerpo.

Sebastian se encontraba sentado con sus amigos en una mesa, había sido arrastrado por uno de ellos, había tenido un pésimo día en el set. Olvidaba sus líneas cada cinco minutos, tenía problemas con el productor, problemas con el vestuario, y todo empeoró al entrar a ese maldito bar, la música taladraba sus oídos provocándole un asqueroso dolor de cabeza.

Dos chicas se acercaron a su mesa, Sebastian pensó que era una camarera pero al escuchar su nombre elevó la vista y las detalló, e inmediatamente supo que eran fanáticas.

"Lo que me faltaba" pensó sarcástico.

- H-hola señor Stan... E-es decir, Sebastian. Mi nombre es Leyla y ella es mi amiga _________. - Stan rodó los ojos y bebió de su trago.

- En verdad, disculpe por interrumpirlos pero queríamos saber si podríamos sacarnos una foto con usted. - Stan las escuchó pero las ignoró, hasta que uno de sus amigos lo codeó haciéndole derramar un poco su trago.

Y hasta allí llegó su paciencia.

- Escuchen... Señoritas... - Dijo entre dientes tratando de mantenerse sereno y elevó su mirada hasta ellas.- Tuve un día de mierda, y vine aquí contra mi voluntad, justo ahora no necesito la presencia de fanáticas locas... Así que, con toda la amabilidad y sinceridad del mundo... Váyanse por dónde vinieron. - Les sonrió irónico, apartó la vista y se acomodó en su asiento.