23. |𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏 𝑺𝒕𝒂𝒏|

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- ¡______!

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- ¡______!

Llegaste a paso apresurado a la cocina y permaneciste en la puerta.

- ¿Sí, señor? - Colocaste tus manos detrás de tu espalda.

- Volveré tarde ésta noche, te pagaré extra. - Dijo el hombre de ojos azules tratando de acomodar su corbata.

- ¿Necesita ayuda, señor Stan? - Preguntaste mirando el nudo mal hecho.

- Por favor. - Dijo en tono suplicante.

Frunciste los labios reprimiendo una risa y te acercaste a él. Colocaste tus manos delicadamente en el nudo y lo desataste, seguido de esto, comenzaste a hacer el nudo. Notaste que su mirada estaba fija en tu rostro, sin embargo en ningún momento elevaste la mirada.

- Listo. - Marcaste distancia entre sus cuerpos dando dos pasos hacia atrás.

- Gracias, ______. Iré a despedirme de Dianne. - Asentiste y salió de la cocina, al pasar cerca de ti, no pudiste evitar suspirar al sentirte embriagada por su delicioso aroma varonil.

Luego de salir de tu trance, saliste de la cocina y observaste a Sebastian bajando las escaleras con su niña en brazos.

- ¿Puedes traerme un chocolate? - Dijo la niña con su peculiar y dulce voz.

- Ya platicamos sobre los dulce, Didi. - Le respondió su padre.

- Por favoooooor. - Hizo un puchero y juntó sus manos.

Soltaste una risita por tal escena y te acercaste a ellos.

- Te llevaré al súper y podrás elegir uno. - Te dirigiste a la niña.

- La consientes demasiado. - intervino Sebastian mirándote.

- Es mi trabajo. - Te encogiste de hombros y bajaste a la nena de los brazos de su padre.

- Sí te comportas, _____ podrá darte los chocolates que quieras. - Sebastian se colocó las manos en los bolsillos con una sonrisa en sus labios.

- Siempre me comporto muy bien, ¿Verdad, ______? - La niña te miró con los ojos bien abiertos para que le siguieras la corriente.

- Oh, sí. - Asentí tratando de no reír.

- Muy bien. Adiós, cariño. - Se inclinó para besar su cabeza.- Llámame si sucede algo. - Te ordenó.

- Sí, señor.

Una vez que cerró la puerta, volteaste rápidamente hacia la nena.

- Hagamos un pastel. - propusiste con una amplia sonrisa.

- ¡Sí!

+++

Te llevaste la copa a los labios, y diste un largo sorbo. Sabías que Sebastian llegaría tarde de trabajar y a penas eran las 9pm. Dianne ya estaba dormida, luego de un día tan movido. La llevaste a un parque de diversiones, jugó hasta que se agotó y camino a casa se quedó dormida.

BUCKY BARNES-ONE SHOTS. |EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now