¿Qué ha pasado, Ashley?

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Pov Ingrid

El curso avanzaba a una velocidad vertiginosa, todo estaba cambiando de una manera tan drástica que casi no me daba tiempo a digerirlo. Quizá todo empezó el día en que Ashley me dio la razón.

Había pasado una semana escasa desde su última visita cuando volvió, en mitad de semana. Ese día estaba en la biblioteca buscando información para continuar con el trabajo cuando me avisaron de que a las ocho y media me pasarían a buscar. La sorpresa llegó cuando ella misma me vino a buscar en su coche blanco. Las conversaciones que tenía con ella siempre repetían un patrón: parecía que me las preguntaba alguien a quien hacía años que no veía, e iban desde cosas muy generales, como "¿qué tal te va el curso?" hasta que llegaba un momento en que se hacían íntimas, "¿tienes muchos amigos?" "¿y novio?" Y siempre las mismas respuestas: bien; no; ¡no!

A veces me daba mucha envidia que fuese la hija favorita. Papá y mamá nunca le habían exigido tanto como a mí, porque ella siempre había sido muy inteligente, y yo tenía que ser igual.

Pero esta visita fue completamente diferente. No solo no me chinchó ni una sola vez, sino que además discutió con ellos. Por mí. Por su extrema crudeza y la poca permisividad que tenían conmigo. "Por eso cuando estuve aquí la otra vez no salió ni un solo día con amigos. Porque no tiene. Porque no le dejáis" Clamaba.

Así fue como por gracia de Ashley mis padres me permitieron salir un día del fin de semana. Por fin podría apuntarme a los planes de chicas de María y sus amigas. O salir con el grupo de Erin.

Me asombraba cómo habían cambiado las cosas de un año al otro. Y con Erin me resultaba muy curioso. Siempre le había visto por el instituto acompañado de Logan, era su mejor amigo y este no pasaba desapercibido, pero este año había descubierto que era más que la lapa que se pegaba al chico deportivo; era muy divertido y trabajador, leal, parecía que se preocupaba por todo el mundo, además, le salía un hoyuelo muy salado cuando sonreía. Le veía además de en las clases, en los recreos en los que había reuniones, y los fines de semana que podía salir con su grupo.

Los recreos que no los pasaba con Erin los pasaba con Logan. Habíamos hecho un trato y gracias a él, mi nota de educación de física no parecía peligrar. Mientras, yo le ayudaba con inglés. A veces, cuando los conocimientos no le entraban a ese cabeza hueca tenía que pedirle ayuda a Erin. Me había hecho buena amiga de Logan y hablaba bastante con él.

Incluso había hecho buenas migas con el grupo de María. Había pasado algo más de un mes desde que empezó el curso cuando por fin pude asistir a una quedada de chicas en casa de Grace. Mientras elegíamos una película, acompañadas de comida basura por doquier, comenzaron a hablar de chicos.

-María, siendo tan echada para delante como tú eres no me entra en la cabeza que aún no salgas con nadie.

Todas asintieron, dándole la razón a Sara. María solo bufó, y soltó un "como si lo necesitase".

-Y tú, Ingrid, ¿sales con alguien? –las miradas divertidas de todas se posaron en mí, como si hubiese algo que yo no supiese.

-Pues la verdad es que no, nunca he tenido novio, mis padres nunca me han dejado salir mucho, asique está la cosa complicada.

-Pero...¿no te gusta nadie?-continuó Sara.

-Mmmm-mi mente vagó hasta los ojos castaños de Erin, pero sacudí rápidamente la cabeza, quitando ese estúpido pensamiento de mi mente. Está claro que Erin tenía su encanto, y su carácter además ayudaba, pero tan solo éramos buenos amigos.-Por ahora no.

-Te lo has pensado mucho. –María me dio un codazo.

-Eso es que sí le gusta alguien-apostilló Irina.

-A mí la verdad es que me parece muy mono Marco- dijo de repente Sara, salvándome.-¿Habéis visto que pelo rizado tan cuqui?

Sonrió hacia la pared y todas nos reímos. Comimos pizza, patatas, helado, hasta galletas. Y nos reímos hasta que nos dolió la cara y los abdominales.

Tras ese buen fin de semana, volver a la rutina se hizo cuesta arriba. Más despertador, más trabajo extra de delegado (cada vez que tenía que hacer algo no podía evitar poner los ojos en blanco y maldecir a todo), más quedadas de historia. El tiempo pasó lento hasta otra vez el final de semana, pero nadie parecía de ánimos para hacer nada. Una idea cruzó por mi mente, pero enseguida pensé ¿no quedará raro? ¿Querrá? No ha dicho nada aún por el grupo, quizá esté ocupado...

Decidí dejar de darle tantas vueltas al asunto, si tenía que decirme que no, que me lo dijese. Abrí la conversación con Erin y le propuse quedar.

DestinyNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ