Grandes problemas

9 0 0
                                    

Pov Ingrid.

A Erin le costaba arrancar, y miraba al cielo como en busca de una inspiración divina. Yo por mi parte me acomodé en el sitio que habíamos escogido, mirándole con atención. Tras unos segundos que me parecieron horas pero que no quise interrumpir, abrió la boca y suspiró.

-La verdad es que no estoy muy seguro de que ha pasado.

Bajó su cabeza apesadumbrado, y por un momento pensé que lloraría, pero se irguió, tras una fuerte respiración, y volvió a hablar.

-Ayer María y yo fuimos a hablar con él tras su entrenamiento, pero como ves, la cosa no salió muy bien. –señaló el moratón de su cara, que estaba de un tono morado oscuro. Le debería estar doliendo horrores.

-¿Nunca os ha pasado nada así?

Negó con la cabeza instantáneamente.

-Siempre hemos tenidos nuestros más y nuestros menos, pero nunca me ha pasado con él nada igual, y fíjate que lo conozco desde que éramos así de pequeños. –Bajó la palma de su mano hasta por debajo de la rodilla, mientras esbozaba una sonrisa.-Lo peor es que no sé por qué está así.

-A mí tampoco me ha dicho nada. A veces hasta parece que evita verme.

Sonó una corta risa sarcástica de su parte.

-Ya, no querrá preocuparte, pero está claro que la gestión de las emociones no es lo suyo. No deberías meterte en esto, Ingrid, es posible que hasta tú salgas escaldada.

Retorcí mis manos con más nerviosismo del que pretendía mostrar, pero por suerte, Erin miraba sus zapatillas. ¿Debería contarle lo que me estaba pasando? No, él ya tenía suficiente con Logan. Puse mi mano en su rodilla, esperando captar su atención, que parecía difusa.

-Si necesitas cualquier cosa, estoy aquí, ¿vale? O sea, no en este parque, si no, que puedes contar conmigo, me refiero –mi nerviosismo le hizo sonreír un poco.-Si me entero de algo te lo contaré enseguida, ¿vale?

Asintió con una sonrisa cansada y nos levantamos para irnos.

Verlos así de mal me dejó con mal sabor de boca, por lo que decidí ponerme también en contacto con Logan. Quizá Logan, tras insistirle un poco, acabase cediendo para arreglar las cosas. Le envié un mensaje para vernos esta misma tarde. Iba revisando los mensajes mientras iba a casa, pero no había respuesta de su parte. Comí tranquilamente y me puse a hacer cosas de clase. Tras unos minutos trabajando, me llegó un mensaje.

"Ando muy liado, hoy tengo partido." "¿Y luego? No me importa esperarte, Logan". "Termino a las ocho y media, quizá es muy tarde, ¿no?" "Para mí no, pero si no te apetece lo dejamos para otro día..." "No, nos vemos hoy."

Quedamos en una cafetería cercana a donde entrenaba. Hoy la noche había salido algo fresca, por lo que nos metimos dentro. Parecía algo más animado que otros días, pero sacarle el tema de sopetón me parecía tentarle demasiado a la suerte.

-¿Y qué tal el entrenamiento?

-Uf, estoy reventado. –dijo sonriente mientras se apoyaba en sus brazos.

-Qué envidia me das, los deportes se te dan genial, ojalá yo fuera la mitad de talentosa que tú.

Frunció sus cejas durante un segundo, como si mi comentario le hubiese molestado, pero volvió a sonreír mientras se estiraba.

-Son muchas horas de trabajar duro.

-Eso del deporte ha dejado de convencerme –dije antes de tomar un sorbo de mi bebida.

DestinyWhere stories live. Discover now