Chicos

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PoV Ingrid

Domingo de relax. Los nervios me estaban haciendo ya meya en el carácter cuando decidí que basta. Aquel día me lo dedicaría a mí misma. Intenté no despertarme muy tarde, pero tampoco tan temprano como hacía normalmente. Esa mañana mis padres no estaban en casa, asique nadie tuvo que extrañarse por este nuevo horario. Pasé la mañana ordenando tranquilamente el cuarto, que a pesar de no estar hecho un desastre, tampoco estaba en sus mejores días.

Estuve hablando con Carol, parecía que ella también se había tomado el día para vaguear. Ella era mi mejor amiga desde que íbamos al colegio, pero era cierto que desde que nos habíamos separado, la relación a veces parecía que se iba a pique. Cuando pensaba en eso, los ojos se me humedecían sin querer. Le conté qué tal con las chicas, y luego le hablé de Logan. Casi podía ver su expresión de asombro, sus ojos desorbitados de más, y su boca en forma de o. Exageradamente dramática.

'Me voy y tú ya empiezas a ligar. Si con la cosa al final me perderé tu primer beso'. Sonreí. 'Carol, no va así. Solo somos amigos.' '¿Te acompañó a casa?' 'Sí, ¡pero eso no tiene nada que ver!' 'Ya...si no tuviese nada que ver, habría salido con otra gente' 'Estaría todo el mundo ocupado' 'Logan no parece ser del chico al que le falten los buenos planes'

Le puse una carita y procuré cambiar de tema. Por una parte, me emocionaba el pensar que Logan, el apuesto y guapo chico de la clase, estuviese por mí, yo, una don nadie, pero por otra parte, sentía que algo no encajaba.

La tarde la pasé entre la cama calentita y el sofá y un buen partido de baseball.

Nada más entrar por la puerta de clase al día siguiente, las chicas del grupo me señalaron un asiento reservado entre ellas. Cómo les iba el cotilleo. La sonrisa que tenían todas en el rostro se me acabó contagiando. Relaté, otra vez, lo que había contado la mañana anterior, en un tono confidencial. Quién sabía lo que haría Lexie si me escuchase hablando y se imaginaba cosas raras.

Cuando fui a sentarme a mi sitio, los chicos ya estaban colocados y charlando animadamente. Apoyé mi mano en la cabeza de Logan y pasé por detrás de su asiento, para colocarme a su lado.

-Ingrid, podíamos quedar hoy. Todos, claro. Para el trabajo, me refiero.

El gesto de Erin de llevarse la mano a la cara y rodar sus ojos no nos pasó desapercibido ni a Kenzo ni a mí, que reprimimos una sonrisa.

-Mmm, yo creo que tengo la tarde libre. ¿Vosotros podéis? –dije dirigiéndome a los otros dos integrantes.

-Sí. Lo habíamos hablado antes los tres.-Dijo Kenzo.

-Pero aquí el amigo se nota que no es de letras, porque no sabe ni expresarse –apostilló Erin.

Logan puso un gesto de ofendido mientras miraba hacia otro lado, los demás nos reíamos.

Habíamos quedado a las cinco y media en la biblioteca del instituto. Aún faltaban cinco minutos cuando llegué. Al final siempre me pasaba lo mismo, por no llegar tarde, acababa llegando siempre demasiado temprano. Avisé a los chicos de que les esperaba dentro, mientras les guardaba sitio. Al poco rato, cuando ya me había acomodado y sacado mis cosas para empezar en cuanto llegases, la silla de enfrente se movió y Logan se sentó.

-¿Has leído el grupo?-negué-Kenzo ha dicho que tardaría algo en llegar, y a Erin le ha surgido una cosa con su hermano y también llegará algo tarde. Podemos ponernos tú y yo, si quieres, y avanzamos algo.

Nos pusimos a trabajar en silencio. Nos habíamos repartido parte de las cosas que quedaban por hacer. Logan parecía muy centrado, y aunque había cosas que no entendía, se veía que trataba de esforzarse.

-¿Qué estas mirando tanto?

-No estaba mirando nada. –mentí sonrojada mientras desviaba la mirada.

Lo cierto es que me había quedado como tonta mirándole. El golpe seco de un montón de libros estrellándose contra la mesa me asustó.

-Más trabajar y menos charlar.

Erin y Kenzo habían llegado. Les sonreí, agradecida porque hubiesen cortado aquel momento. Pillaron los dos sitios libres, Erin a mi lado y Kenzo al lado de Logan, y nos pusimos manos a la obra los cuatro.

Tras un par de horas trabajando minuciosamente, decidimos tomar un pequeño descanso y salimos fuera a disfrutar del aire libre.

-Qué tostón de trabajo. –Logan fue el primero que le puso voz a nuestros pensamientos.

-Y que lo digas, tío. –le siguió Erin. Kenzo y yo asentimos.

-Al menos queda poco-pus un poco de optimismo el asiático.

Y todos suspiramos. Era cierto, debíamos enfocarnos en que quedaba poco. Tras unos minutos charlando, volvimos a nuestros asientos. Me acomodé en la silla, viendo el espacio de trabajo de Erin. Era algo desordenado, pero parecía que sabía encontrarse en su desorden. Frunció levemente el ceño y tamborileó sus dedos, como intentando buscar algo que se le escapaba. Tras unos minutos así, desistió y se echó hacia atrás, frustrado con algo que no alcanzaba a ver. Cerró sus ojos y se rehízo la coleta, provocando que unos finos mechones de pelo cayesen hacia su cara, tapando sus ojos y sus pecas. Sonreí mientras volvía a mirar hacia mi propio trabajo, mientras me cruzaba con la mirada de Kenzo. Era ya la segunda vez que me sonrojaba aquella tarde. ¿Dónde tienes la cabeza hoy, Ingrid? El siguiente descanso que hicimos ya fue para irnos a casa.

Las primeras horas de la mañana se me pasaron en un suspiro, hasta que después del recreo la tutora nos avisó de que esa misma tarde había reunión de delegados. A partir de ahí pude sentir la mirada asesina de Lexie clavada en mi espalda, como un puñal. Su despedida, cuando pasó por mi lado, fue un "que te lo pases bien esta tarde, pringada", acompañado de un bufido.

A las cinco y media estábamos ya ambos entrando por la puerta del instituto.

-A por la aventura.-intentó animar las cosas Erin.

DestinyWhere stories live. Discover now