Capítulo 2 | Andrew

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‹‹Andrew›

Despego mi vista de la laptop. Observo la habitación y me doy cuenta que ya es tarde. Miro la hora en el reloj que adorna mi muñeca, son las 5:40. P. M.

Bufo. Me llevo la mano a mi cabeza y revuelvo mi cabello en un gesto de exasperación.

El día ha ido como siempre. Nada diferente, solo... La misma mierda de siempre; trabajar todo el día, porque es lo único que me aleja del mudo exterior. Y lo que me gano son; dolores en los hombros, en la espalda, en el cuello por estar con la vista en los papeles y la laptop. Y estos dolores no son nada comparado con los putos dolores de cabeza.

Llevo más de dos años con esta rutina de mierda. Y ya estoy harto. Harto de estar todo el tiempo entre estás cuatro paredes. Pero al mismo tiempo creo que es mejor estar aquí, es mejor estar solo, que estar rodeado de personas que sólo le interesan tu posición económica.

Es mejor así...

Como dice mi mamá; nadie querrá estar con alguien como yo... Solo doy lástima. Y lo peor es que ya lo comprobé sé.

Duele saber eso, pero es la realidad.

No sé qué carajos hacer. Sé que para Papá esto no es normal. Y ya he empezado a preocuparlo en realidad siempre ha estado preocupado por mi—, cosa que no me agrada. Pero también me molesta que insista en que debo de salir; a divertirme, hacer amigos o salir con alguien. Como si eso fuera tan sencillo, y es algo que no me interesa en absoluto.

La última vez que traté de salir con alguien me fue de la mierda. Y no estoy dispuesto a que otra persona más me juegue el dedo en la boca con sus mentiras.

Los amigos que creía tener, eran una bola de idiotas, que estaban conmigo con un sólo propósito; que yo les hiciera sus tareas, que les diera dinero. Dinero que nunca nadie me devolvió.

Ahora no me interesa tener amigos y ni mucho menos tener una relación amorosa.

Salí de mi ensimismamiento. Giro mi cuello de un lado a otro, haciendo un medio círculo. Y me froto el mismo lugar con las manos, tratando de hacer unos masajes para relajar los músculos.

Estoy tenso, no solo por el trabajo. Es por toda la mierda con la que cargo: los jodidos dolores de cabeza, las malditas píldoras que no hacen efecto.

¿Hasta cuándo podré soportar todo esto?

¿Hasta cuándo seguiré con está vida de mierda?

¿Cuánto tiempo más?

Restriego mis manos en el rostro en un gesto de frustración.

Después cierro ambas manos haciendo puños y le doy golpes bruscos al escritorio.

—¡Joder! —exclamo. 

Doy unos cuantos golpes más al escritorio, descargando mi furia en él.

Miro a mi alrededor. Mi oficina parece un lugar pequeño. Me quedo paralizado por el cambio que percibo. ¿Qué...? ¿Pero qué mierda?

Parpadeo. Vuelvo a pasar la vista por toda la habitación. Y sigue igual de pequeño.

Y por primera vez siento que ya no puedo más...

Es como si estuviera en un cajón sin salida. Atrapado. Siento que me asfixio. Que me falta el aire.

¿La habitación se estaba volviendo más pequeña?

De pronto mi visión se vuelve borrosa. Me empieza a doler el estómago y siento nauseas.

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora