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Capítulo 28 | Andrew

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Esto lastima, quema como el jodido infierno.

Mis lágrimas siguen deslizándose incontenibles por mis mejillas; por enojo, frustración, tristeza… por todo, maldita sea, por todo.

Mis dedos se aferran con fuerza a mi cabello. Nunca en mi vida he llorando tanto, a pesar de las mierdas por las que he pasado.

—¡Maldita sea! —grito— ¿por qué? ¿Por qué? ¡¡Carajo!! ¡¿Por qué?!

Rebecca...

Observo hacia el pasillo por donde Rebecca se fue, y sin pensarlo dos veces, me levanto y corro rápidamente hacia la puerta del departamento. Pero, me detengo a unos pasos antes de llegar, al darme cuenta de que Rebecca ya no esta, ya se ha ido. Ya han pasado varios minutos desde que se fue.

Y me siento un estúpido, un idiota por querer seguirla, cuando ya vi las malditas fotos. Mi Rebecca besándose con otro imbécil. Mi Rebecca tiene a otro... Mientras yo creía que ella me ama de verdad.

Aun no puedo creer que me haya engañado en todo este tiempo. Yo la sentía tan sincera… ¿cómo fue capaz de hacerme esto? ¿Cómo? Pero sobre todo, ¿cuándo sucedió todo? Soy un imbécil ¿Cómo no me di cuenta?

Me acerco a la pared, apoyo mi frente en él. Mi manos también se apoyan en la pared, quedándo a cada lado de mi rostro, y unos segundos después mi puño derecho se impacta contra la pared, y lo hago varias veces más, también mi puño izquierdo se impacta con fuerza, con la intención de sacar mi enojo, pero eso es en vano. Más que enojo, tengo el corazón destrozado. Hecho añicos. Estoy herido, triste… miles de sensaciones me atraviesan el maldito corazón.

¿Por qué?, ¿por qué? ¡Joder! ¡¿Por qué?!

Sigo repitiendo la misma pregunta, pero sin ninguna respuesta.

Me deslizo contra la pared y caigo al suelo. Veo mis nudillos desangrarse. Y la sangre se esparce por el suelo.

Pero eso, no es nada comparado con lo que estoy sintiendo en mi interior.

Y mi mente me tortura más, recordando los momentos en los que la pasé con ella. En el club, nuestras primera salida a la cafetería del bosque... nuestro primer beso, cuando nos hicimos novios, cuando le hice el amor por primera vez.

Y en todo este tiempo ella se estuvo burlando de mí, seguramente se reía a mis espaldas.

Rebecca tiene a otro. Tiene a otro...

Mi puño ensangrentado se impacta contra el suelo un par de veces, y luego lo hacen contra mi pecho, ambos puños.

Me doy un tirón de cabello.
Duele, maldita sea, esto duele. Mis malditos dolores son nada comparado con toda esta mierda.

¡Mierda, mierda y más mierda!

Me levanto del suelo. Me pongo de pie y camino nuevamente a la sala.

Específicamente hacia el mueble que esta junto a la pared.

A la mierda el no puedes beber alcohol.

Ya estoy harto de todo, joder.

De los putos dolores de cabeza.

De las jodidas píldoras.

De los malditos rechazos.

De que me juguen el dedo en la puta boca.

¡Ya, ya, ya!

¡Basta!

Necesito dejar de sentirme tan mierda por un rato. Necesito olvidar todo esto. Y sin importarme una jodida mierda la consecuencia que esto pueda tener, empino la botella de tequila.

**

Sé que ya he bebido demasiado, y sé que debería de no hacerlo más.
Pero los recuerdos siguen y siguen, y la imágen de Rebecca besando a otro tipo no se va de mi mente.

¡Maldita sea!

Tiro la botella de tequila contra la pared y ésta se hace añicos mientras el líquido se esparce por el suelo.

—¡Jodida mierda! —farfullo, sentado en el suelo. En la esquina de la sala—. Rebecca... ¿Por qué me hiciste esto? ¡¿Por qué?!

Observo a la estancia, veo un poco entre borroso y doble, creo que bebí demasiado.

Apoyo las manos en el suelo y trato de levantarme, pero lo único que consigo es caerme, y golpearme la cabeza, y todo pierde enfoque.

Todo es negro ahora.

Negro.

————

Mi bebé... 😢