Capítulo 6 | Andrew

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Andrew››

Trato de moverme de lado para acomodarme mejor, pero no puedo: algo me lo impide. Siento un peso encima de mí. Pero no me molesto en averiguar qué es. Así que me quedo como estaba y me llevo el antebrazo a la cara.

Pero minutos después.

Ese algo que está en mí torso, a mí lado, se mueve. Y se acurruca más en mí.

¿Qué mierda?

Abro los ojos. Parpadeo un par de veces a causa de la luz diurna. Veo el techo. Y cuando quiero ver qué es lo que me aplasta, qué es lo que se mueve, veo el cabello… que me cubre el pecho. 

Rebecca.

Y uno de mis brazos la tiene envuelta, en un abrazo.

Trato de moverme de nuevo pero, lo pienso mejor y no lo hago, porque no quiero despertar a Rebecca. No aún.

¿Cómo mierda terminé durmiendo con ella?, ¿no se supone que solo venía a dejarla y yo me quedaría a dormir en el sofá de la sala?

Me tallo los ojos.

Espera… ¿dormí?

¡Joder, dormí!

Ya no sentí los putos dolores en la cabeza.

¡¿Pude dormir?!

Y la sonrisa se extiende en mi rostro.

Llevo la mano a la cabeza de Rebecca, que descansa en mi pecho, en una caricia suave y lenta para no despertarla.


Ayer cuando bajé. La encontré durmiendo en el sofá, con la televisión encendida.

Me acerqué hasta donde ella se encontraba. Me quedé durante unos minutos de pie a contemplarla. Con las manos en los bolsillos de mi pantalón de pijama. Se veía hermosa. Me pareció tierna e inocente. Pero a la vez sexy. Pero sobre todo bella.

Minutos más tarde.

La tomé entre mis brazos y la traje a mi habitación, a mí cama, para que durmiera más cómoda. Pero, me quedé como en la sala; a contemplarla. Y para poder verla bien, me acerqué a la cama; a ella. Y también para quitar el mechón de cabello que le tapaba la cara. Y sin darme cuenta, yo también me acosté en la cama y me quedé dormido.

Me quedé dormido. Y se siente tan bien poder dormir.

—Rebecca —Mi voz es un susurro  apenas audible.

Ella mueve la cabeza.

Ya la desperté. Alejo mi mano.

Pero ella se mueve y en un movimiento brusco, ella me golpea el estómago con su brazo. El golpe es duro. Y hago todo lo posible para no quejarme.

Así que la alejo unos centímetros tomándola de los brazos.

—Rebecca, despierta.

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Where stories live. Discover now