Capítulo 22 | Andrew

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‹‹Andrew››

Escucho a Rebecca cantarme el “Feliz Cumpleaños”, estoy boca abajo en su pequeña cama, me volteo quedándome boca arriba, la miro entrecerrando los ojos. Ella me mira con una sonrisa en el rostro.

—¡Feliz cumpleaños, amor! —dice—. ¡Te hice un pastel! 

Observo el pastel en sus manos, color chocolate y una velita en medio de ésta y, esta vestida con mi camisa, solo cubriéndole un poco los muslos y se ve jodidamente sexy.

—Gracias, cariño —me acomodo junto a la cabecera, Rebecca toma asiento al borde de la cama.

—Pide un deseo antes de soplar la vela.

—Esta bien —Cierro los ojos y digo—: Mi deseo es estar siempre contigo, amarnos y envejecer juntos.

Soplo la vela. Ésta se apaga y Rebecca lo quita dejándolo en el buró.

—¿Una mordida? —sugiere con una sonrisa.

Acepto y lo deja también en el buró. Se deja caer hacia a mí, abrazándome.

—Esta riquísimo, gracias.

—Me alegro que te haya gustado.

Nuestros labios se encuentran en un beso lento, suave y mojado.

—Oye…

—Mmm…

—Te ves tan sexy con mi camisa puesta.

Rebecca ríe y esconde el rostro en mi cuello.

—Feliz cumpleaños numero veintiuno amor.

—Gracias… es la primera vez en mi día de cumpleaños que no me siento tan solo, estoy contento de tenerte a mi lado amor.

—Nunca más vas a sentirte solo, yo siempre voy a estar contigo.

Tomo su rostro, y la beso.

—¿Pasamos a mi departamento en la tarde?

—Si, yo también he dejado mi vestido ahí.

**

Después de haber bajado a la sala en busca de mi celular y ponerme la corbata. Ahora subo nuevamente a mi habitación, cuando abro la puerta de ésta, Rebecca esta de espaldas. Con un vestido color rojo que le llega hasta los tobillos.

—¿Aun te falta? —le pregunto.

—No —contesta, a la vez que se voltea.

Mi mirada se posa en ella por unos momentos, su escote en forma de V, las tiras delegadas en sus hombros, una abertura en el muslo izquierdo, su cabello ondular que cae a cada lado de su rostro, sus labios rojos, y esos ojos que me encantan.

—Estás bellísima amor —Me acerco a ella, la tomo de las manos y las guío a mis labios para besarle ambos nudillos, y posteriormente le doy una vuelta—. Me gusta tu vestido. El rojo siempre te queda perfecto.

Sé que Rebecca siempre se ha sentido insegura de la cicatriz que tiene, y me alegro tanto que use vestidos.

—¿Te gusta?

—Me encanta. Te pongas lo que te pongas siempre te verás hermosa.

—Tu también estás guapísimo, novio.

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Where stories live. Discover now