Capítulo 9 | Rebecca

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‹‹Rebecca›

Cierro la puerta de un portazo. Me apoyo en él. Estoy con la respiración agitada. Porque desde que puse un pie afuera del ascensor, me vine corriendo a mi departamento.

Soy una idiota.

Prácticamente salí huyendo de Andrew.

No tenía por qué comportarme de esa manera con él…

Él quería invitarme a comer, se quedó afuera esperándome. Y yo… lo que hago es huir de él.

Pero tenía miedo…

Tuve pánico…

Y no sé exactamente por qué…

Cuando debería de emocionarme; de que le gusto. Porque el gusto es mutuo

¡Le gusto, le gusto, le gusto! 

Las comisuras se me alzan en una sonrisa.

¡Joder, le gusto!

Dije que me iba a olvidar de él. Pero me es imposible hacerlo.

¡No puedo hacerlo!

No voy a negar, que cuando me dijo que le gustaba sentí una sensación de alegría, de felicidad. Hasta sentí un cosquilleo en el estómago. Pero eso desapareció tan pronto como llegó, cuando el miedo se apoderó de mí.

Cuando el miedo me llevo a salir corriendo como una cobarde.

¡Maldito miedo! ¡Maldita…!

No, no, no, no, no. 

—No pienses en eso —susurro.

“No puedes dejar que el miedo sea más fuerte que tú”

“Pero, y si me rechaza…”

“Y si no”

¡Maldita sea!

Tengo que… Tengo que ir.

Camino rápidamente hacia la sala y lanzó mi bolso, hasta el sofá.

Entonces, salgo corriendo de mi departamento.

Ojalá que todavía esté afuera, por favor, por favor, por favor.

Cuando llego cerca de la entrada. No lo veo. No está donde estábamos hace unos minutos.

Bajo los escalones, hasta salir del edificio. Mi vista barre todo el lugar de la derecha. Algunos choches transitan por la calle. Pero no lo veo.

Se fue.

Alzo la vista al cielo, el sol ya se metió, en unos minutos más será de noche.

Soy una tonta, una estúpida.

Mi vista se dirige a la izquierda. Y segundos después, lo veo, está a unos pasos de llegar a su coche.

—¡Andrew! —grito.

Se detiene. Se voltea y, me ve. No dice, no hace nada. Se queda parado.

Igual yo. Lo miro. Me mira.

Mete las manos en los bolsillos de su pantalón.

Le hago un gesto de cabeza indicándole a que entremos al edificio. Pero él no hace nada. No mueve ni un pie. Esta como estatua.

¿Qué hago?

¿Me acerco a él?

Estoy a punto de caminar, hasta donde él está.

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Where stories live. Discover now