NO ME DEJES IR © COMPLETA✅

Capítulo 37 | Rebecca

‹‹Rebecca››

—No puede ser —Dice Andrew, deteniéndose. Y lo veo con una mano metida al interior del bolso de su saco.

—¿Qué pasó? —también me detengo, a lado de él.

—Olvidé mi celular —contesta—. Tengo que ir por él.

—Aquí te espero —le digo, cuando se da la vuelta en dirección al elevador.

Avanzo hacia el vestíbulo y sonrío como una colegiala, al recordar lo sucedido hace un mes. Porque es exactamente un mes desde que regresamos de México. Y lo recuerdo encima de mí, mientras me hacía el amor. Me muerdo ligeramente el labio inferior, al recordar también que le toqué el miembro erecto. Mis mejillas me arden ligeramente cuando también se me pasa por la mente que hice lo mismo hace unos días y, me lo llevé a la boca. Para chupárselo y lamerle. Y, me gustó hacerlo, me gustó ser yo quien le provocó esos gemidos y los gestos de placer.

Andrew intentó no correrse en mi boca sacándolo rápidamente, pero, me machó la comisura y parte de la mejilla.

Mi imaginación crece al desear volver hacer eso. Entonces, se me ocurre que eso puede ser hoy, en la noche.

Con una sonrisa estampada en el rostro salgo hacia la acera. Estoy tan contenta. No puedo con la emoción.

¿Ya han pasado un mes de que volvimos de México? Vuelvo a repetir, a pesar de que ya lo sé. Justamente mis papás se fueron ayer, estuvieron de visita para pasar navidad y año nuevo con nosotros. Han sido días felices e inolvidables. Y cada día más, Andrew y yo estamos felices y muy enamorados.

De hecho, ayer mismo me propuso buscar un nuevo departamento. Uno más grande, dijo. Y yo le dije ‹‹No necesitamos uno más grande. Ésta, ya esta bien, es cómoda y solo somos nosotros dos, por ahora››.

No puedo imaginarme una vida sin él. Siquiera puedo estar lejos de él. Cada día tenemos que llamarnos o mensajearnos estando en el trabajo. Algo que Jhulie no deja pasar y aprovecha la oportunidad para molestarme y decirme que somos un par de adolescentes empalagosos.

Andrew por supuesto no deja de llevarme y pasar por mi al trabajo. Aunque vayamos en taxi, como en ésta ocasión.

Con una sonrisa giro el rostro a mi derecha cuando escucho como las llantas chirrían. El coche viene a toda velocidad, y justo, en mí dirección. Sin darme tiempo a reaccionar, sube a la acera e impacta conmigo.

Siento que me elevo al aire y que doy volteretas o algo así, que mi cuerpo es lanzado como si de un costal de papás se tratase.

Y, caigo al suelo. Aturdida. Por un momento, todo es inconexo, y tengo la visión borrosa. Parpadeo un par de veces, giro el rostro tratando de comprender qué fue lo que pasó. Pero lo único que veo es el cielo azul, las nubes y una parte del edificio en el que vivimos. Trato de moverme pero no puedo, el dolor que empiezo a sentir en mis extremidades me lo impide. Trato de emitir alguna palabra, pero sólo boqueo.

De pronto, el dolor es asfixiante, intenso. No puedo más.

Andrew aparece en mi campo de visión. Habla, sé que está diciéndome algo, me doy cuenta por el movimiento de sus labios. Pero, no puedo siquiera escuchar lo que dice.

Me toma de las mejillas, a la vez que sus ojos hermosos, esos, que tanto amo, se llenan de lágrimas. El movimiento rápido de sus labios y el gesto en su rostro me hacen dar cuenta de que está gritando.

—¡Rebecca! —grita, y yo sólo puedo escuchar un susurro de mi nombre.

Siento que la cabeza me va a estallar. Parpadeo un par de veces más. Hasta que todo, se torna de negro.

Pero, por mi mente se pasa una vez más, el rostro de la persona que venía detrás del volante.

Y ya no siento nada.

———

Wey, no!!!! :'(