Capítulo 7 | Rebecca

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‹‹Rebecca››

Cierro el grifo de la ducha. Hago ademán de salir de la regadera pero el recuerdo de hoy en la mañana me asalta y me quedo quieta, recordando como Andrew tentó mis labios... Él quería besarme y yo quería que me besara. ¿Por qué no dejé que me besara?

Por inercia me toco los labios.

Recuerdo esa mirada, su olor, sus labios, sus ojos... su cercanía.

Cuando estoy con él me olvido de los cosas tristes y malas que me han pasado en mi vida. Pero me hace pensar en cosas que no debería.

Recuerdo la primera vez que lo vi. No fue de la mejor manera. Pero después se porto tan bien conmigo. Al igual que ayer. Cuando se ofreció a que me quedara en su departamento. Me doy un golpe sordo en la frente, por haberme quedado dormida en el sofá.

También me reprendo haberme exaltado de esa manera, cuando me di cuenta que habíamos dormido juntos. Creí... creí que...
Niego con la cabeza ahuyentando los malos recuerdos.

Exhalo todo el aire fuera de mis pulmones, lentamente.

También recuerdo lo de ayer en la tarde. Pensé que me quería secuestrar o algo. Soy una paranoica. Lo sé. Cuando en realidad solo me llevó a la cafetería del bosque. El lugar es hermoso.

Me he perdido de tantas cosas buenas. Hago un mohín por eso.

Sonrío al recordar su sonrisa, sí, su sonrisa. Me gustaría verlo sonreír más. Está mañana no lo hizo. Y hago un puchero por eso.

Andrew es guapísimo no lo niego y, sé que siento algo más que solo atracción física. Sé que lo conozco de hace pocos días pero es inevitable dejar de pensar en él. Y sé que no debería de sentirme así ni emocionarme como una maldita adolescente. Pero lo hago, lo hago. Sé que no debería de sentir nada por él. Porque, porque al final, el resultado va hacer el mismo, me va a rechazar.

Me va a rechazar.

Pero la vocecilla en mi cabeza, la ingenua y tonta no deja de susurrarme lo contrario. Niego con la cabeza.

"No" musito.

Pero la vocecilla no se calla y canturrea de manera positiva.

Y, quiero creerle, quiero creerle porque ya estoy harta de sentir miedo. Miedo a que alguien más me rechace por algo que es imborrable. Por algo que yo no pedí tener. Yo era una niña. Yo solo quería jugar. Yo no quería que esto me pasará... pero y, si el no siente lo mismo. Si solo siente atracción física por mi, si solo quiere sexo.

Pensar en esa posibilidad me hace sentir mal.

"Deja de pensar en cosas que ni siquiera sabes si van a pasar o no" me reprendo mentalmente.

Las lágrimas se agolpan en mis ojos. Pero está vez no quiero llorar. No más.

Ya estoy harta de llorar y llorar,
de ser débil.

El sonido de mi móvil me saca de mi ensimismamiento, así que corro hacia afuera y tomo una toalla para envolverlo en mi torso, agarro otra más para tratar de secarme el cabello. Camino a paso apresurado hasta mi habitación.

Tomó mi móvil que está encima del buró. Contesto cuando veo el nombre del remitente en la pantalla.

-Bueno -contesto, pero mi voz suena ronca e inestable por la emociones.

-Hija... -habla mi mamá, pero la forma en que lo hace, sé que ya se ha dado cuenta-. ¿Pasa algo? -pregunta-. ¿Te encuentras bien?

Alejo el móvil y tapo con mi mano la bocina y me aclaro la garganta.

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Where stories live. Discover now