NO ME DEJES IR © COMPLETA✅

Capítulo 18 | Andrew

‹‹Andrew››

Siento un cosquilleo en mi mejilla, como si alguien me estuviese acariciando. Parpadeo un par de veces a causa de la luz diurna. Y cuando puedo enfocar bien la vista. Veo a Rebecca, que está de lado, observándome con una sonrisa en el rostro.

—Buenos días —dice y deja un beso corto en mis labios.

—Buenos días —digo, y es mi turno de acariciar su mejilla. Y a causa de mi toque ella cierra los ojos—. ¿Te gusta observar chicos semidesnudos? 

Asiente divertida a la vez que murmura un—: sí.

—¿Ah, sí?

—Pero solo a uno —dice rápidamente y yo me río—, solo a ti Andrew.

—Bueno me alegra escuchar eso. ¿Desde hace cuánto me estabas observando? —inquiero segundos después.

—Solo unos minutos. También acabo de despertar.

—¿Qué hora es?  —pregunto. Pero esa pregunta es más para mí mismo que para ella. No obstante Rebecca se encoje de hombros. Entonces alargo mi mano hacia el buró y tomo mi reloj. ¿Son las 10:46 A. M?—. ¿Son las 10:46 A. M? —pregunto, en voz alta.

Rebecca me quita el reloj para comprobar.

—Sí —dice—, ¿por qué? ¿Te sorprende haber despertado a está hora?

—Supongo que si... —Digo. Entonces la beso. Para evitar que haga otra pregunta. Y cuando me separo de ella prosigo—. Es que sólo contigo puedo dormir tan bien —deposito otro beso corto en sus labios—. Quiero despertar todos los días así; a tu lado. Que seas lo primero que vea al despertar.

Ella sonríe y me abraza. La envuelvo en mis brazos.

—A mi me gusta estar en tus brazos —dice, cuando me besa el hombro.

—¿Solo eso?

Alza la vista al escuchar mi pregunta y se muerde el labio inferior.

—Me gusta que me beses y... —pasa sus dedos por mi mejilla— me encantó como me trataste anoche —finaliza.

—¿Ah sí? ¿Te encantó cuando te toqué? —alzo la comisura derecha y me acerco a su oreja para susurrar—: puedo hacerlo de nuevo.

—N-no... —se sonroja.

—¿No? —Alzo una ceja—, a mí me pareció que si cuando te restregabas en mi mano.

—No me refería a eso, bueno eso también —dice rápidamente. Me río—. Pero me encantó más cuando besaste mi cicatriz. ¿De verdad te importo?

—Más de lo que te imaginas. Eres lo mejor que me ha pasado. Y te he dicho que te quiero tal y como eres. Para mi eres perfecta. Eres hermosa. ¿Cómo por qué no iba a besar tu piel hermosa?  —contesto.

—Tampoco exageres.

—No exagero, es la verdad. Y aun me falta por besar cada parte de tu cuerpo —Entonces acerca sus labios a los míos—. ¿Por qué no te vienes a vivir conmigo? —le sugiero segundos después de habernos separado del beso.

—¿Qué?

—Que vengas a vivir conmigo.

—¿No te parece que es muy pronto?

—No —bueno tal vez si—. Además podríamos dormir juntos todas las noches. O si quieres también en tu departamento.

—No sé...

—Piénsalo.

—Vale —dice— Oye... ¿puedo pedirte algo? —prosigue unos segundos después.