Capítulo 24 | Andrew

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‹‹Andrew››

Observo a la mujer que se encuentra entre mis brazos. A la mujer que ahora sé que amo como a nadie más.

Su rostro hermoso, sus labios carnosos. Mi dedo índice se pasea por su labio inferior, y está tan bella como siempre. Su respiración es acompasada. Paso mis dedos por su hombro y beso su piel apiñonada.

Se remueve y se acurruca más en mí, buscando calor, y se la doy. Tomo la sábana que solo cubre nuestro cuerpo inferior y la tapo hasta los hombros.

Sus senos se aplastan contra mi pecho, y beso su cabeza por encima de su cabello castaño. Depósito otro beso más en su nariz, y la arruga. Sonrío al ver su gesto.

Sé que ya es tarde, pero no quiero despertarla. Después de lo que pasó anoche, ahora quiero que Rebecca descanse lo necesario.

Recuerdo cuando le hice el amor. Cuando hicimos el amor.

Nunca imaginé poder conectarme de esa manera con alguien. Y, Rebecca, ¡por dios! con esta mujer siempre descubro cosas nuevas.

Mi mujer. El amor de mi vida.

Ahora sé, que no quiero separarme de su lado nunca. No la quiero dejar ir nunca.

En mi mente aparecen imágenes de la primera vez que la vi entrar al club nocturno. La forma en que me acerqué a ella. Cuando la vi de cerca por primera vez. Cuando la llevé a su departamento y, todo eso pasó hace un mes y medio.

Y ahora me doy cuenta que me enamoré de ella; desde el primer momento en que la vi.

Con Rebecca descubrí cosas nuevas, he estado bien y feliz a lado de Rebecca.

Sonrío cuando también se me vienen imágenes de Rebecca regañándome por no querer tomarme las píldoras. De hecho, ella siempre me recuerda tomarlas. Los dolores siguen apareciendo, pero no con la misma intensidad de antes. Y tampoco es a diario. Rebecca es uno de mis medicamentos que necesito para seguir.

Segundos después, ella parpadea. Lo hace un par de veces, hasta que se despierta del todo.

—Buenos días, amor —le digo, sonriente. Y depósito un beso corto en sus labios.

—Buenos días —dice, con voz un poco ronca. Y bosteza.

Se queda boca arriba y se talla los ojos.

Apoyo el codo sobre la almohada y sostengo mi mejilla sobre mi mano. Tomo la mano de Rebecca y dejo un beso por el dorso de la misma. Y me quedo como un tonto estúpido a observarla.

—¿Qué?, ¿por qué me ves así? —chilla—. ¿Qué tengo? —me río por sus comentarios— ¡no te rías!

Alza la sábana y se cubre hasta la cabeza.

—Amor, amor… —la llamo, tratando de quitarle la sábana pero no se deja.

—¿Qué? —deja ver su rostro.

—Solo estaba mirando lo hermosa que eres —lentamente se le alzan las comisuras. Y le acaricio la mejilla.

Rebecca hace lo mismo conmigo y me da un beso rápido.

—Oye…

—mmhn…

—Tu también estás guapísimo, ¿ya te lo había dicho?

—Mmm… creo que no…

—Estás guapísimo —dice, y la tomo de la nuca y comienzo a besarla y tiro de su labio inferior.

—Estamos siendo muy cursis —le digo refiriéndome a lo anterior.

—Sí, pero te amo, asi quiero ser un poco cursi.

—Yo te amo más... ¿Qué haremos hoy? —le pregunto, segundos después.

—No sé… salir a cenar… —se muerde el labio. Y mi dedo se lo libera.

—¿A cenar? ¿Hasta en la noche?

—Tenemos que ir a trabajar.

—Es tarde para eso.

—¿Qué?  —Chilla, se acerca al buró, y toma mi reloj—, ¡no! ¿Por qué no me despertaste antes?

—También acababa de despertarme —me defiendo— ¿Y si nos bañamos…? —le pregunto, y le beso la punta de su nariz.

—Otra vez falté al trabajo —hace un puchero.

—¿Y? —toco su nariz, y me río.

—¿Cómo que, y?

—¿Es lo que te preocupa? —inquiero, me mira unos segundos sin decir nada, pero luego tuerce los labios.

—Es que...

—Nada, ¿Vamos a bañarnos?

—¿Los dos?

—Ajá —Se queda en silencio por un momento— Di que sí… por favor.

—Está bien.

Se aleja, pero se lleva consigo la sábana envuelta a su cuerpo, pero hace una mueca al quedarse de pie. Y sé perfectamente el porqué, asi que, me bajo rápidamente. La tomo de las piernas y de su espalda. Rebecca chilla, cuando la alzo, y yo me río por su reacción y, la llevo cargando hasta el baño.

**

—¿Y tiene que ser hoy? —le pregunto a mi papá.

—Sí, a las 20:30 horas.

—¿Y por qué no me habías dicho nada?

—Todo fue de último momento y, no te había querido molestar con nada.

Bufo.

—No quiero ir.

—¿Por qué no? —le hecho una mala mirada por su pregunta— ¿Por Rebecca?... Puedes llevarla contigo —sugiere.

—La conozco y sé que no irá —recuerdo, lo de ayer en la mañana, se sentía mal por faltar al trabajo y ni que decir con ir de viaje conmigo, rechazará la idea tan pronto como le diga.

—El fin de semana pasa rápido.

Enfoco la vista en mi papá, después de unos segundos de silencio. Él me observa medio divertido.

—¿Qué pasa?

—Es bueno verte enamorado.

—¿Esta es mi cara de enamorado? —señaló mi rostro

—Esa es tu cara de que no quieres estar lejos de Rebecca y que si por ti fuera te la pasarías todo el día con ella, ¿no es así?

Me dan ganas de poner los ojos, porque todo lo que dijo es verdad.  Pero en lugar de eso, observo la hora en mi reloj.

—Creo que debo irme —Tengo que avisarle a Rebecca de esto.

Me levanto, y sin más, me encamino hacia la salida de mi oficina.

—También me alegro que ahora ya casi no quieras venir a la oficina.

—¿Lo dices en serio? —le pregunto, tomándo el pomo de la puerta.

—Bueno, me alegro que aparte de trabajar también salgas y hagas tu vida de joven, tener amigos,  divertirte y tener a alguien a quien amas. Eso es muy bueno Andrew.

—Gracias, papá. Te quiero.

—También te quiero, hijo.

Me quedo quieto unos segundos, con la vista fija en mi papá pero mi mente en otra parte, con una pregunta rondando por mi cabeza, pero finalmente salgo de la habitación, sin decir nada más.


———
¡Holi!

Mis bebés se van a separar por un fin de semana y, todo puede pasar... 😁

Por cierto, cumpleaños de Andrew: 14 de Octubre 😉

NO ME DEJES IR © COMPLETA✅Where stories live. Discover now