Capítulo nueve: no estoy celosa

2.2K 194 15
                                    

-Entonces... Se besaron -dijo Bibi desde la cocina.

-No...Bueno si.

Era fin de semana y mi jefe se había ido de viaje después de "eso". Iba por mi segunda copa de vino blanco y eran apenas las doce del mediodía.

No es que hubiese sentido nada, por supuesto, pero de alguna manera, el recuerdo seguía siendo vergonzoso. Era mi jefe, mi pálido y flacucho jefe.

Había sentido curiosidad después de ver que había decidido seguirme en mi instagram privado, realmente había sido una cosa estúpida el haberlo aceptado, pero de alguna manera, mi jefe y yo habíamos compartido cosas que una empleada y su jefe no compartirían normalmente.

Además él ya me había visto, no es cómo si mi cuerpo lo llevase tapado cuándo salía de la oficina, por lo tanto tampoco se asombraría de ver mis fotos.

-¿Entonces si te gustó?

-¿Qué? -dije saliendo de mi burbuja alzando mi cabeza.

-Ya sabes, que besa bien el flacucho... ¿Ahora puedo llamarte Ann la fea? ¿Él sería Don Armando? ¿Somos el cuartel de las feas?

-Já, que chistoso eres... No. Fue un beso soso y aburrido y fue por una necesidad.

-Claro, cómo es una necesidad que me la metan por el culo religiosamente después de la primera cita... ¡Cállate!

-¡Ughh no! O sea en verdad fue algo chiquito y estás haciendo un mun...

-¿TE BESASTE CON TU JEFE ZORRA?

Stefy entró gritando en la entrada dejando su maleta a un lado mirándome con sus largas pestañas mattel.

-Si bueno tenía que decírselo, es muy fuerte -dijo Bibiano sin ninguna pena.

Rodé mis ojos mientras intentaba explicarle a mis dos compañeros que no había significado nada.

Lo cuál era dificil con ellos haciendo preguntas por todos lados.

-Creo que es acoso laboral... Podrías demandarlo.

-O acostarte con él, ven al maravilloso mundo de los penes internacionales...

-No voy a acostarme con él...

El teléfono de Stefy sonó y ella frunció su ceño.

-Es la bestia de nuevo.

-¿Es el deportista? -Dije sonando casual mientras terminaba mi copa.

110 kilos de puro músculo.

-Si bueno él no entiende la palabra no.

-¿Qué hizo?

-Mandarme flores y acosarme básicamente, incluso recibí un desayuno. Todos los días.

-Suena muy aterrador, igualito que un asesino serial -dijo Bibi rodando sus ojos terminando de desayunar mojando su croissant en café con leche para hablar con su boca llena-. Ya me gustaría tener esos acosadores a mí.

-No lo entiendes. Es un maldito freak. Le dije mil veces que no quería saber nada de él.

Stefy tomó jugo de la heladera mientras caminaba sacándose sus zapatos. Realmente parecía muy alterada.

-Para variar el hombre parece tener sentimientos genuinos por ti Stefy...

-¿Se dan cuenta que están romantizando el acoso?

-Acá apoyamos el maldito Christian Grey, y sus 50 sombras... Tu discurso feminista no nos llega -se burló en español Bibi.

-¿Has hablado con él?

-No...Bueno con sus asistente. No sé de donde sacó mi número y sabe donde estoy... Es espeluznante.

Rodé mis ojos.

-Stefy usas instagram para todo, pones ubicación no es dificil saber dónde carajo estás a cada puto segundo...

-¡Gracias por nada!

Abrí mis ojos al escuchar a Stefy gritarnos mientras pasaba cómo un torbellino directo a su habitación, ¿qué carajos...? Stefy jamas gritaba.

Bibi me miró y alzó una ceja y ambos pensamos lo mismo...

Estaba sola en la oficina, literalmente, ya que Suni, la secretaría y prima de mi jefe, también se había marchado con él para ser su asistente. No veía demasiado sentido el trabajar desde la oficina si nadie estaba en ella, pero desgraciadamente, mi jefe no me había dado instrucciones de que pudiese trabajar desde casa y desviar las llamadas de la empresa a mi teléfono del trabajo, por lo tanto, estuve acudiendo allí los cuatro días que duró su viaje de negocios, durante el fin de semana, tampoco se comunicó conmigo, lo cuál en cierta manera era raro.
Suspiré mirando hacia la pared, después de cuatro días usando mis jeans y zapatillas para ir a trabajar, volver a utilizar mi traje, me estaba incomodándo. Además estaba inchada porque los días rojos empezarían pronto, por lo tanto mi humor no era el mejor tampoco al tener que meter mis pies inchados en aquellos zapatos preciosos pero incómodos como el infierno.

Después de una estresante mañana de martes, mi jefe había salido de su oficina diciendo que volvería después del almuerzo.

Había estado muy raro, cuándo había llegado ayer, ya estaba en su oficina y había pedido que no transfiriera llamadas a menos que fuese urgente, que estaba muy ocupado. No había salido en todo el día y cuándo Ann se había marchado, aún seguía allí dentro.

Tampoco parecía estar de humor el día de hoy.

Coloqué más alto la música, suspirando mientras comía en silencio, me había acostumbrado a la música coreana, de alguna manera lejos de los grupos k-pop del momento, había muchos otros estilos musicales que me llamaban la atención... Tomé una captura de pantalla de mi canción favorita de 10cm y lo subí a instagram masticando lentamente el pedazo de pera enlatada que había decidido traer de postre.

Bibi estaba fuera de la ciudad de nuevo, mostrando fotos hermosos de sitios que nunca podría ir. Sonreí negando varias veces curioseando los perfiles que seguía de algunos conocidos. Recordé que mi jefe no había posteado nada desde ayer cuándo había subido la foto de que estaba volviendo a Nueva York, decidí entrar en su cuenta, al fin y al cabo era mi responsabilidad el mantener sus redes sociales activas, una notificación de que se lo había etiquetado en una foto llamó mi atención.

 Recordé que mi jefe no había posteado nada desde ayer cuándo había subido la foto de que estaba volviendo a Nueva York, decidí entrar en su cuenta, al fin y al cabo era mi responsabilidad el mantener sus redes sociales activas, una notificación d...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oh bueno, ahora sabía dónde había estado almorzando.

Pinché sobre la persona que lo había etiquetado y fui redireccionada hacia un perfil de una modelo coreana. Oh bueno, ella no me pareció gran cosa, realmente era una coreana más pero tenía una buena legión de seguidores y sus fotos eran todas glamurosas y bonitas, por supuesto, ella delgada cuál palillo chino.

Espera, ¿Lee era su apellido? ¿La misma Lee que había llamado hacía unas semanas a la oficina...?

Era increíble que pudiese recordar esos detalles pero no que debía lavar la ropa de colores claros separada de la de colores oscuros...

Cerré su sesión y me quedé mirando mi pantalla apagada, viendo mi propio reflejo.

¿Y a mí que más me daba?

Volví a mi trabajo, concentrándome en hacer la agenda de mi jefe un poco más miserable de lo normal, la semana siguiente no podría respirar, pero eso no era mi problema.

Skinny love ♡Where stories live. Discover now