-¿Quién es...?
Hayden abrió la puerta mientras miraba el reloj, eran casi las cuatro de la mañana.
Del otro lado Angélica se veía muy borracha y apenas se podía sostener en pie.
-¿Angélica? ¿Qué haces aquí?
-Ups... Me confundí de piso... Yo...
Ella tropezó con sus tacones. Hayden rápidamente salió al recibidor privado que tenía y la tomó entre sus brazos.
-¿Cuántos has tomado? ¿Te encuentras bien?
-¿Te parezco sexy? Oí que le dijiste eso a Kumiko... ¿Es cierto Hayden?
-¿Qué...? -Hayden sintió su pulso acelerarse.
-¡Qué si soy sexy Hayden!
-Vamos a llevarte a casa... -Murmuró él colocándose sus zapatos de la calle mientras ella se movía borracha en su recibidor.
-¡No! ¡Dímelo!
-Angélica estas borracha...
Entonces ella se le abalanzó encima y sus cuerpos chocaron. Sentía sus grandes pechos cómo dos globos de helio en sus pectorales y podía ser consciente de cada parte del ajustado vestido de ella.
-Dime la verdad Hayden... -Ella alzó su cara envolviendo sus brazos en su cuello y lamiendo sus labios cereza.
-Yo...
-Bésame Hayden... Bésame si soy sexy -dijo ella arrastrando las palabras de forma extraña, hizo que sus pantalones de pijama se sintieran ajustados de repente.
-Angélica...
Ella arañó suavemente su mandíbula con sus uñas mientras sonreía ampliamente con sus ojos brillosos.
-¡Dímelo Hayden! -Su voz se volvía chillona con el alcohol.
-E-eres sexy Angélica...
Entonces ella se puso de puntillas y unió sus labios despacio. Un beso sabor a cereza mientras lamia y chupan su labio inferior, aún sin separarse lo miró completamente ebria.
-Lo sé Hayden... Sé que soy sexy... Sólo quería que me lo dijeras... -dijo repartiendo pequeños besos en sus labios finos, contra los suyos llenos.
-¿Para...? -Susurró él aún con sus labios pegados.
-Para poder besart...
Hayden tomó de la nuca a Angélica de golpe uniendo sus labios en un beso pegajoso y húmedo mientras ella abría grande sus ojos.
Puede que esté muy hija de puta hoy...upppsss!
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Skinny love ♡
RomanceÉl parpadeó varias veces mirando a la chica que se le presentaba delante. Por su mente habían pasado muchos prototipos de mujer pero quizás no esperaba encontrarse a una mujer así al otro lado de la puerta. Ella era la chica dulce gorda. Y Angélica...