Capítulo dieciocho: un nuevo contrato

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-¿Hm...?

-Buenos días señorita Colard, soy la señorita Shin, la asistente del señor Kiongnam.

-Oh si... ¿Señorita Lisoo...?

-Sí, llamo para avisarle no se reporte hoy en la oficina.

-¿Ha ... pasado algo?

Miré el reloj de mesa intentando ahogar un bostezo.

-El señor Kiongnam no va a asistir a la oficina...Hmm... Me temo está hospitalizado.

-¿Qué?

Abrí mis ojos incorporándome de golpe en la cama sintiendo un gruñido a mi lado.

-¿Él está bien?

-No puedo decirle eso... El señor no me tiene permitido hable de su estado de salud.

¿Qué? ¿Era el jodido presidente de Estados Unidos?

-Está bien... Gracias por avisarme.

-Considere tomarse el día libre, cualquier cambio será notificado por mail. Buenos días.

-E-está bien...

Miré mi teléfono un momento, ¿estaría bien mi cheque...? Mi jefe.

-Nena...

La gran mano de Javier se movió hacia mi vientre desnudo intentando volverme a acostar.

¿Tendría una intoxicación?

-¿Quién era...?

-Debo irme -me levanté de golpe buscando mi ropa en el suelo.

-¿Qué...?

Rodé mis ojos colocando mi culotte de encaje y mi sujetador mientras caminaba hacia el baño.

-¿No era que no trabajas...?

¿Por qué carajos escucha mi conversación? Psicópata.

-Mi jefe está internado -dije en español mientras me sentaba a hacer pis cerrando ligeramente la puerta.

-Eso suena a que tenemos tiempo para otra ronda...

HOMBRES.

Me miré en el espejo comenzando a lavar mi cara, mi pelo lucía como si hubiera tenido sexo hasta las 3 de la mañana, lo cuál era así.

Necesitaba ir a casa, bañarme e ir al hospital.

-¿Y qué si tu jefe este internado? Dices es un dolor de culo... ¿Por qué vas?

Salí ya cambiada mientras le sonreía con una mueca.

-No deja de ser mi jefe, debo ir...

-Quédate nena...

Miré al gran macho de 100 kilos en la cama con su pecho desnudo y peludo , y su piel bronceada a juego con espesa barba.

No gracias.

-No, sabes que no me gustan estas cosas...

-¿Estás cosas...?

-Las rutinas, los besos post cogida, los desayunos al dia siguiente... Y todo eso.

Él comenzó a reír.

-Mujer sólo quiero coger no que vengas a vivir acá...

-Lo siento Javi, pero en verdad tengo que irme.

Él se levantó aún desnudo con su pene endurecido y suspiré caminando hacia el pasillo.

-Vamos Ann... Uno rápido -pude sentir su miembro pegado a mi culo refregándose mientras me rodeaba besando mi cuello.

Skinny love ♡Where stories live. Discover now