Capítulo veinticinco: sushi para llevar

2.5K 221 33
                                    

Un teléfono sonando en la lejanía me hizo abrir mis ojos con pereza, estaba oscuro y me costó un momento acostumbrar mi vista, despegué mi mejilla del pecho caliente de Hayden que dormía pegado a mí con uno de sus brazos alrededor de mi espalda. No pude evitar bostezar suavemente y giré mi cabeza viendo el reloj de la mesita de noche marcar las doce de la noche.

¿Dónde estaba?

Bostecé despacio desperazándome y me levanté rápidamente notando como Hayden bostezaba despertándose también.

—¿Qué pasa?

—Nos hemos dormido...

El asintió mirando su reloj levantándose desnudo hacia el baño, al mirar su teléfono frunció el ceño para luego mirarme.

—Se supone que debía tener una reunión  hace veinte minutos... —Comenzó a buscar sus bóxer mientras yo me dirigía al baño aún adormilada.

Cuándo salí Hayden ya no estaba, me cambié rápidamente y baje las escaleras.

—Tengo algo de sushi... ¿Te apetece eso?

Todo se sentía muy natural.

Era esa parte de ÉL que no conocía lo que me hizo sentir en confianza y segura, él sonreía, él reía a cada rato y se formaban esas pequeñas arruguitas alrededor de sus ojos tan graciosas, él comenzó a preparar la mesa y me senté de nuevo frente a él.

— ¿Y qué haremos ahora?

— ¿Con qué?

Con el mejor sexo de mi vida.

—Con lo nuestro en la oficina.

—Bueno, a decir verdad no lo había pensado... ¿Tú cómo te sientes?

—A decir verdad, tengo mi culo puesto sobre una silla que debe de valer el sueldo de un mes entero pero bueno, podría ser peor, ¿verdad? —Su cara confusa con una ceja levantada me hizo echarme a reír.

—También para mí es repentino, no estaba en mis planes... Esto. Y no costó tanto...

—Pues te has adaptado muy bien diría yo... —Tomé un sushi y lo llevé a mis labios, comiendo ante el sabor.

Tenía tanta hambre, me sentía saciada y ahora necesitaba comida para estar completa.

—Tus labios están violetas... voy a subir la calefacción.

Realmente no me había dado cuenta de tan siquiera ese detalle, mi piel estaba erizada y de repente sentía el frío a mi alrededor.

—Ten, ponte esto. —Hayden rápidamente trajo una manta del sofá pasandomela por los hombros.

—Gracias...

🏯🏯🏯

—Te has acostado con tu jefe, eso es como… más excitante, ahora habrá momentos de tensión sexual cada vez que os veáis.

—No ha sido solo sexo... Se sintió distinto —Murmuré.

—No lo entiendo. —Bibi me miraba pestañeando varias veces aún con el pincel del pintauñas en alto sin llegar a tocar su uña.

— Espera…creo que yo sí… — Stefy fruncía el ceño haciendo una graciosa mueca, mientras miraba las uñas de sus pies recién pintadas.

Al volver a casa después de la cena, habían insistido por saber porque lucía cómo si me hubiera cogido muy bien. Luego de muchas negativas verbales, habían terminado viniendo a mi habitación.

Los tres estábamos dignos de revista adolescente, con nuestros pijamas , sin una gota de maquillaje y haciéndonos la mani y pedi las uñas... Cómo si hace tan sólo unas horas atrás no me hubiese acostado con mi jefe.

Skinny love ♡Where stories live. Discover now