"El sueño de un Ángel"

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Cabe mencionar que años atrás Maya tuvo la oportunidad de practicar un deporte única y exclusivamente para personas con parálisis cerebral, llamado boccia.

Un deporte exclusivamente paralímpico que tiene su origen en la Grecia clásica, en el siglo xvi, recuperado en los años setenta por los países nórdicos con el fin de adaptarlo a las personas con minusvalías. En él únicamente participan personas en silla de ruedas, con graves afectaciones por parálisis cerebral u otras minusvalías físicas severas.

Es un juego de precisión y de estrategia, con sus propias reglas recogidas en un reglamento internacional. Ofrece a personas con grandes discapacidades acercarse a la práctica deportiva, no sólo como disfrute de su ocio y tiempo libre, sino también al máximo nivel de competición.

Los elementos de este deporte son seis bolas rojas y seis azules (un color por competidor) y otra blanca ("diana") de 8.3 cm. de diámetro y un peso de aproximadamente 270 gr. En cada partido, el objetivo de cada deportista es acercar sus bolas a la bola "diana" intentando sacar la máxima ventaja (puntuación) a su contrincante.

Los partidos constan de cuatro o seis parciales en función de que se juegue individualmente, por parejas o equipos. El terreno de juego mide 12.5 x 6 m y el suelo preferentemente es de madera o sintético, materiales habituales en los polideportivos.

Las únicas categorías lo son en función del grado de discapacidad que padezcan los deportistas. Todos ellos, gravemente afectados y por tanto sentados en sillas de ruedas, lanzan las bolas con sus manos (categoría BC1), o con los pies (categoría BC2). Los de la clase correspondiente a la discapacidad más severa juegan con la ayuda de un asistente, el cual no debe voltear a ver el juego, ni expresar al jugador palabra o seña alguna durante el partido.

También cuenta con el apoyo de una canaleta, sobre la que su asistente deposita la bola una vez escogida la dirección por el deportista (categoría BC3).

Existen pruebas individuales, por parejas y de equipos, siendo un deporte mixto en el que los hombres y las mujeres compiten entre sí. Boccia, se convirtió en deporte paralímpico en 1988, en los Juegos de Seúl.

Maya, en el 2004, empezó a formar parte de una asociación deportiva ADDEPPAC, y aunque al principio no le agradaba mucho la idea de practicar dicho deporte, al darse cuenta de la facilidad y audacia con la que podía jugar, poco a poco se fue interesando más y más en los entrenamientos y competencias a las que asistía.

Los entrenamientos eran los fines de semana en el Centro Paralímpico de la ciudad de México. Sus compañeros eran muy amables y atentos con ella, entre todos se apoyaban y solían darse consejos para obtener un buen desempeño en el deporte.

Continuamente, jugaban partidos amistosos, con el fin de motivarse unos a otros y estar preparados para los encuentros con integrantes de otras asociaciones que pudieran presentarse.

También, de vez en cuando organizaban reuniones y convivios para festejar el cumpleaños de algún integrante de la asociación, el haber
ganado una competencia, o simplemente para distraerse y pasar juntos un momento alegre y divertido.

En abril de ese mismo año, tuvo la oportunidad de participar en las olimpiadas nacionales en la ciudad de Tepic, Nayarit, obteniendo el primer lugar en la categoría BC3. Sus entrenadores decían que tenía un gran futuro en el deporte, ya que era muy hábil para ello y siempre obtenía los primeros lugares en competencias.
Esto hizo a Maya muy feliz, pues le permitió viajar a lugares nuevos en compañía de su madre y sus amigas.

Por desgracia, al obtener la oportunidad de escribir Angelitos en la tierra en la revista, Maya dejó de practicar boccia, pues debía dedicar la mayor parte de su tiempo a la revista y a la redacción de su primer libro. Sin embargo, al seguir en contacto con sus amigos, se ha enterado de que han tenido la oportunidad de viajar a participar en olimpiadas de países como Brasil y Alemania, tal como ella lo hizo en algún momento.