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Como imaginaban, a lo largo del día el teléfono de casa de la escritora suena cada quince minutos, al igual que su celular. Yibrán, Cata, Dulce, Luis Miguel, Saray, entre muchos otros, se comunican con su amiga Maya para confirmar lo que dicen los periódicos del día.

Ana, Sandra, Susana, Lorena, Roxana, Daniela y muchas admiradoras más llaman al codiciado doctor para comprobar por ellas mismas la noticia publicada esa mañana.

Ambos repiten una y mil veces la misma historia y la misma respuesta para cada una de esas personas.

Al atardecer, Santiago visita a su novia tal como lo acordaron horas antes.

-Amor, ¡qué bueno que llegas! -recibe Maya a Santiago.
-Hola, mi vida -exclama él, dándole un beso.
-¿Cómo has estado? -pregunta ella con amor.
-Contestando el teléfono cada cinco minutos -responde él, al sentarse en el sofá.
-¡Uf! Yo he estado igual -cuenta ella.
-¿Quién te ha hablado? -pregunta él.
-Mejor pregúntame quién no me ha hablado, amor. Todo mundo se acordó de mí hoy -responde ella.
-¿Y a ti quién te habló? -pregunta también ella.
-No, amor. Es mejor que no responda tu pregunta -se disculpa Santiago, tomándola de la mano.
-¿Por qué lo dices? ¿Quién te habló? -insiste ella.
-Mi cielo, no insistas. En serio -responde un poco nervioso.
-Dime quién te habló -repite Maya, molesta.
-Ok. Me han hablado muchas amigas -contesta Santiago.
-¿Qué amigas? -quiere saber ella.
-No las conoces, mi vida. No vale la pena hablar de ellas -se disculpa él.
-¿Te acostaste con ellas alguna vez? -pregunta Maya, viéndolo a los ojos.
-Mariela, no empecemos, por favor -advierte él, sin ganas de discutir.
-No, no empezamos. Sólo contéstame lo que te estoy preguntando -insiste Maya seria.
-¿En verdad quieres saber? -pregunta él.
-¡Claro que quiero saber! ¡Necesito saber! -afirma ella.
-Mariela, no entiendo. ¿Adónde nos va a llevar esto? -cuestiona Santiago, agachándose ante a ella.
-Dime lo que te estoy pidiendo, por favor -exige Maya.
-Ok. Sí, me fui a la cama con cada una de las mujeres que me han hablado el día de hoy -confiesa furioso él, levantándose.
-¿Y qué te han dicho? -sigue interrogando ella, tratando de no exaltarse.
-Me han dicho que cómo es posible que haya cambiado tanto en tan poco tiempo. Me piden que les explique cómo pude cambiar todo lo que hacía con ellas sólo por estar contigo. Y me preguntan una y mil veces si es por ti que desde hace meses dejé de buscarlas y seducirlas para acostarme con ellas... ¿Contenta? -responde Santiago alzando la voz, enojado.
-Tampoco tienes por qué gritarme -levanta la voz Mariela.

La discusión entre la pareja es interrumpida por una inesperada llamada al celular de Santiago, que atiende sin siquiera ver quién es.

-Bueno -exclama él, mientras Maya permanece callada.
-Hola, Santi. Soy Sofía, ¿te acuerdas de mí? -pregunta una sensual voz femenina.
-Sí, dime, ¿qué necesitas? -pregunta cortante Santiago.
-En realidad sólo quería saludarte y...
-¿Preguntarme si es verdad lo de la nota del periódico?... Pues sí, es cierto. Mariela Valencia es mi pareja, estamos juntos y la amo como nunca he amado a nadie más -dice Santiago repentinamente.
-Santi, escucha lo que estás diciendo, ¡es una estupidez, mi vida! No puedes hablar en serio, ¡estás loco! -responde Sofía, pero él no expresa ni una palabra, lo único que hace es ver a Maya a los ojos.
-¡Santiago, reacciona!... O a ver, explícame. ¿Qué le viste? ¿Qué te dio que no tengan las miles de mujeres con las que has estado? -cuestiona indignada Sofía.
-Precisamente es algo que no encontré en nadie más, y por supuesto que nadie lo va a entender jamás... ¿Alguna otra duda? -contesta Santiago cortante.
-¡Eres un verdadero estúpido! -asegura groseramente ella.
-Ok. Cuídate. Bye, bye -cuelga el teléfono Santiago.

Mariela derrama unas lágrimas en silencio, mientras él se le acerca nuevamente.

Una vez más se agacha ante a ella, y en ese instante vuelve a sonar el celular. Esta vez Santiago rechaza la llamada y apaga de inmediato el teléfono.


 "El sueño de un Ángel"Where stories live. Discover now