23

202 34 2
                                    

¡Ya era hora! La cena debe de estar congelada -se queja Carmen, al verlos llegar.
-Mil disculpas, doña Carmen -dice Santiago.
-Amor, qué bueno que trajiste de cenar porque muero de hambre -comenta Maya, mientras Santiago la acomoda frente a la mesa.
-Sé que no puedes dormir sin cenar, por eso pasé por ellas -responde él, al besar sus labios y sonreír.

Durante la cena disfrutan de una charla llena de mimos, sonrisas y amor. Después pasan a la sala para continuar platicando.

Santiago toma entre sus brazos a su novia y con cuidado la sienta en el sofá, donde se sienta él también.

-Ahora tengo que hablar con mi mamá -comenta Maya.
-¿No le has comentado nada? -pregunta al abrazarla.
-No, pero sospechaba que algo estaba mal entre nosotros -responde ella, al tomar su mano y entrelazar sus dedos.
-Seguramente le parecerá buena nuestra decisión -comenta Santiago.
-Eso espero -agrega ella.
-Oye, ¿por qué no me avisaste de que venías? ¡Me encontraste toda fea, en pijama, sin maquillaje! -exclama repentinamente Maya.
-Tú eres hermosa sea como sea, y te amo tal y como eres... Además, me encanta verte así, ¡en pijama y despeinada! -asegura Santiago, deslizando sus manos por su cuerpo.
-¡A mí me encantan tus chinos! -dice ella, mientras juega con su cabello y ríe.
-¿En serio? -pregunta él, besando su cuello.
-Sí. Me gustan muchísimo. Mucho, mucho -asegura Maya riendo a carcajadas, pues Santiago ha comenzado a hacerle cosquillas.

Ambos comienzan a jugar y reír a carcajadas como si fueran dos niños pequeños.

Momentos después se escucha que alguien entra a la casa y se dirige hacia donde están ellos.

-¡Hola, hola! -exclama Cecilia, sentándose en un sofá.
-¡Hola, hermana! -responde Maya.
-¿Qué onda, Santi? -saluda Jorge, al sentarse con su esposa.
-Hola, ¿vienen de la escuela? -pregunta Santiago.
-Ay, sí. Fue un día horrible -comenta Cecy.
-¿Por qué? -pregunta Mariela.
-Porque la coreografía para el concurso es un caos. Cuando no se equivoca una, se equivoca otra y tenemos que empezar todo de nuevo -cuenta Cecy bastante cansada.
-Tranquila. Verás que poco a poco lo harán mejor. ¡Dales tiempo! -la anima Maya.
-Tiempo es lo que no tengo, Maya. Falta una semana para salir de vacaciones y cuando regresemos solamente tendremos tres días para ensayar -responde Cecy, desesperada.
-No te estreses antes de tiempo, hermanita -exclama Maya, y Jorge la apoya.
-¿Y cómo va Marijó? -pregunta de repente Santiago.
-Marijó va excelente. Es de las mejores de su edad. Y gracias a Dios la coreografía de las niñas ya está lista -asegura sonriendo Cecy.
-A mí me trae loco con el concurso -se queja Santiago y todos ríen.
-Bueno, ¿y tú por qué estás ya en pijama? -pregunta Cecy, dirigiéndose a su hermana.
-Porque no sabía que iba a venir Santiago, y ya estaba acostada -responde Maya.
-O sea que te vino a despertar -exclama Jorge.
-Algo así -dice riendo Santiago.
-¿Qué hay de cenar? -pregunta Cecy.
-Nada -contesta la escritora.
-¿No hicieron de cenar? -insiste Cecy.
-No, porque nadie iba a cenar aquí -explica Maya, mientras se escucha que alguien entra a la casa.
-Yo nunca dije que no cenaría aquí -aclara Cecilia.
-Hola, ¿cómo están? -exclama Sara, entrando con Fernando a la sala.
-¡Hola, má! -saludan Cecy y Maya al mismo tiempo.
-¡Santiago, qué gusto verte! -dice Fernando, al sentarse.
-Gracias, igualmente -expresa el doctor.
-¿Fueron a cenar? -pregunta Jorge.
-Sí, hay un nuevo restaurante cerca de la escuela y fuimos a ver qué tal está... y siendo sinceros, la comida está deliciosa -asegura Sara.
-Qué bueno que les gustó... Nosotros también cenamos delicioso, ¿verdad, amor? -dice sonriendo Maya, abrazando a su novio.
-Claro -afirma Santiago, al besarla.
-En vista de los acontecimientos... voy a la cocina a ver qué encuentro de comer -dice Cecilia.
-Voy contigo, amor. Yo también muero de hambre -agrega Jorge.
-¿Y tu hermano? -pregunta Sara a su hija.
-No sé, no lo he visto -contesta Maya, mientras Santiago la acaricia.
-¿No ha llegado de la escuela? -pregunta Fernando.
-No -dice Maya.
-¿Estás segura? -insiste seria Sara.
-Sí, mamá, he estado todo el día aquí y no ha venido para nada -confirma Maya.
-¡Ahorita mismo me va a escuchar! -exclama Sara, tomando el teléfono.


 "El sueño de un Ángel"Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ