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Con gran alegría, las hermanas suben a la segunda planta de la casa y comienzan los preparativos para que Maya luzca radiante esa noche.

En primer lugar, la escritora toma un relajante baño, y después eligen juntas los accesorios que acompañarán su nuevo vestido.

Como es obvio, Maya estrena la ropa interior que compró el viernes por la tarde con su prima Andrea.

-¿Pasa algo? -pregunta Mariela, al notar que su hermana la ve de una manera distinta a la hora de vestirla.
-No, sólo que se me hace raro verte con este tipo de ropa interior. ¡A ti nunca te había gustado! -responde Cecy.
-No es que me guste pero Andrea insistió en que la comprara, y si ya la compré, ni modo de no usarla. ¿No crees? -comenta Maya tranquilamente, al verse en el espejo.
-Eso sí -dice la Morena, sin sospechar nada.

Luego pasan al maquillaje, y Cecilia se esmera para que el rostro de su hermana se vea más bello que nunca. Y el alaciado del cabello resalta la belleza de Mariela.

Santiago también toma un baño y se arregla para llegar puntual a la cita.

Luego de platicar con Marijó un momento, el doctor Carmona sale al encuentro de su pareja.

-Buenas noches, Santi -saluda Jorge, al recibirlo.
-Hola, Jorge. ¿Y mi Mayita? -exclama Santiago.
-Tu Mayita te está esperando en la salita -indica Jorge, y se dirigen hacia allá.
-¡Hola, guapo! -exclama Mayita al verlo.
-¡Estás preciosa, amor mío! -expresa Santiago al verla hermosa y radiante.
-No pensarán salir, ¿o sí? -comenta Sara, bajando las escaleras.
-Mamá, no arreglé a tu hija para que cene aquí -aclara Cecy, y ríen todos.
-¡Pero va a llover! ¿Están locos? -dice seria Sara.
-Mamá, no va a llover. ¡No exageres! -responde Maya, al tomar su bolsa de mano.
-Señora, no se preocupe, vamos a estar bien -promete el doctor.
-Tal vez lleguemos un poco tarde porque después de cenar iremos al antro -comenta Maya a su hermana.
-¡Que descansen!... Los quiero -se despide la escritora.

Los Valencia desean a la pareja una buena noche, sin imaginarse que al regresar a casa la escritora ya no será la misma...

-Amor, no me habías dicho que querías ir al antro -comenta Santiago.
-Porque era una sorpresa -explica ella.
-Y ¿a qué antro quieres ir? -pregunta él, tomando su mano.
-Eso te lo diré en la cena -contesta misteriosamente Maya.
-Eres rara -comenta él y ríen ambos.

En el restaurante, una amable señorita los lleva a la mesa reservada para ellos en un discreto lugar; está adornada con flores y una botella de vino.

Durante la cena, Maya y Santiago disfrutan de su amor y de una plática a la luz de las velas. Él la consiente a cada instante y le demuestra lo feliz que es a su lado, mientras ella goza de su compañía y atenciones.

Transcurren dos horas, y los besos son cada vez más frecuentes e intensos, y llega un momento en que Maya lo único que quiere es besar y sentir cerca a su pareja.

-Andamos muy apasionados, mi vida. ¿A qué se debe? -pregunta Santiago, notando algo diferente en los besos de Maya.
-¿No te lo imaginas? -le dice ella, con una caricia.
-No -responde él desconcertado.
-Santiago, lo de ir al antro fue algo que inventé en mi casa para justificar que esta noche llegaré tarde -dice ella.
-Eso lo entiendo, mi vida, pero entonces ¿adónde quieres ir? -pregunta él con amor.
-Quiero que vayamos a ese lugar mágico y especial que me prometiste hace tiempo en la alfombra de tu casa -susurra Maya, al oído de su novio.
-¿Es en serio? -pregunta Santiago sin poder creerlo.
-¡Ya no tengo miedos, mi amor, ni dudas!... Hoy sé que te amo más que a mí misma. ¡Por eso, quiero hacer el amor y ser tu mujer el resto de mi vida! -confiesa Maya sonriendo y viéndolo a los ojos.
-¡Y yo te juro que no te vas a arrepentir! -promete Santiago y besa sus labios lentamente.
-¿Me dejas hacer una llamada y vuelvo enseguida? -dice de pronto él.
-Claro, amor -responde Maya sonriendo.


 "El sueño de un Ángel"Where stories live. Discover now