14.

1.7K 124 32
                                    

𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗𝚐𝚘 8 𝚍𝚎 𝙼𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎𝚕 2020

𝓒𝓮𝓵𝓲𝓷𝓪

Así como había acordado con Guchi, Caro y Jorge, hoy íbamos al José Fierro en busca de una nueva copa, una más para la vitrina llena de alegrías de, para mí, el mejor director técnico de toda América.

La condición para entrar a la cancha, era no gritar los goles, en caso de que haya y, obviamente respetar al equipo rival.

Teníamos una vista privilegiada al campo de juego. Veíamos a los chicos entrar en calor bajo las estrictas órdenes de Biscay y Gallardo.

- Me encanta porque Nacho no le da ni bola a la entrada en calor por mirarte de vez en cuando- Me dice Guchi. Yo levanto la vista de Mía, con la que estaba jugando en mis piernas para mirar a la madre dea nena con una ceja levantada.

- ¿Porque tu mamá dice tantas boludeces?- Le pregunto con voz de bebé a Mía y ella ríe.

›››

Empezamos el partido por puteadas al árbitro, ya vamos un penal no cobrado. ¿Hace falta decir para que equipo está inclinada la final?

Diecinueve minutos del primer tiempo y llega el primer gol de Atlético Tucumán y las esperanzas de salir campeones bajaron considerablemente, no estaban jugando buen los pibes.

- SOS EL UNO ARMANI- Le grito al mejor arquero del fútbol argentino- La re putísima madre que me re parió- Puteo en voz alta.

El equipo estaba raro, y Gallardo no hacía más los cambios. ¡Que bronca me da este hombre cuando hace los cambios cuando faltan cinco minutos para que termine el partido! Mirá que yo a Gallardo lo banco fuerte, pero esas cosas me dan por las pelotas, no me imagino a los jugadores.

A eso de los veinticinco minutos, al parecer River cambio el chip que tenía y empezaron a jugar a lo River. Me encantaba ver a Nacho gambetear, a Montiel con la seguridad de avanzar y retroceder, al Sicario Rojas, siendo el uno en la defensa y ¿Qué decir de Enzo? No es porque sea mí mejor amigo, pero Enzo es el "¡Que viva el fútbol Enzo!" personificado.

A los treinta y cinco minutos llega el gol, con una calidad de la puta madre de Suárez. Recordamos el hecho de no poder gritarlo, por lo que miré a Carolina y sonreí.

Por ahora éramos campeones nosotros.

Otro penal sin cobrar, ya vamos dos. No quiero exagerar, pero si digo tres tampoco estoy tan errada, el arbitraje era nefasto y si, un jugador del equipo visitante se quejaba, amarilla directa, y no estabamos para esto.

Tranquilamente podríamos ir dos, tres o hasta cuatro a uno, si no fuese por los goles que se comió Borré y por los penales no cobrados.

Gallardo llamó a Ignacio y, la ilusión que había perdido, había renacido con él. Digamos que la especialidad de Nacho es liquidar un partido liquidado o darnos la seguridad para seguir jugando tranquilos.

"Gol de boca" Escuché a lo lejos y la cara de Gallardo me lo decía todo. Boca había echo el gol y, por ahora, era el campeón de la Superliga del Fútbol Argentino.

El equipo seguía jugando de lo más bien, daba una cátedra de lo que era/es jugar al fútbol, pero no se le daba el gol que haga que me desgarre la garganta.

Reina ; Nacho ScoccoWhere stories live. Discover now