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𝚅𝚒𝚎𝚛𝚗𝚎𝚜 5 𝚍𝚎 𝙹𝚞𝚕𝚒𝚘 𝚍𝚎𝚕 2020

- ¿¡Y le cerraste la puerta en la cara!?- Me pregunta del otro lado de la linea mi amiga. Creo que quedé aturdida. 

- Sí- Comento yo sin darle mucha importancia y le pongo dulce de leche a una tostada que acompañaba a mí café. 

- Y después andas llorando porque el otro te boludea- Me dice, y si, tiene razón. 

- No te voy a decir que no, porque es verdad- Levanto mis hombros y observo por la puerta para ver si otro colega no llega y me interrumpe mi charla entretenida con mí amiga- Pero también entendeme a mí- Digo y agarro el siguiente cuaderno para corregir sus tareas y pegar alguna notita en su cuaderno- Hizo que el inicio de mí cumpleaños sea el peor, me hizo sentir lo más insuficiente del mundo, porque me sentí una boluda al darle cabida a él siendo que todavía había un capítulo sin cerrar en su vida, con su ex y la madre de su hija. Y yo como pelotuda, me ilusiono con eso- Comento y le pongo un sellito de carita feliz debajo del "Muy bien" con marcador verde- Y cuando por fin creo que puede haber algo lindo con Miqueas, viene este gil a volver a tener el control, más de lo que yo querría igual, y a hacerme dudar y a hacerme sentir mal que forro- Comento cansada. 

- Te juro que te entiendo, pero te voy a pedir que por primera vez en tu vida, hagas lo que vos quieras y no lo que esté necesariamente bien o mal- En mi mente quedan esas palabras y ya me imagino miles de posibilidades, lo que puede pasar y hasta lo que no puede llegar a pasar. 

- Veré que hago, no prometo nada- Digo y suspiro. Después de una despedida corta, finalizamos la llamada con Carolina porque mis alumnos ya estaban llegando al aula. 

--✨--

- DIOS NO QUIERO RECORTAR MAS PALOMAS CELESTES Y BLANCAS- Grito a la nada misma básicamente, ya que estoy mas sola que no sé.  Me paso las manos por la cabeza de lo exasperada que estaba y eso hace que mi flequillo se descontrole completamente. 

Lo único bueno que rescataba de esto, es que estaba tomando una birra bien fría y comía pizza vegana, un viaje de ida.

Además de tener que cortar la paloma con su forma, tenía que hacerle detalles, como el pico o los ojos con marcador. Lo peor de todo es que no tenía que hacer diez, tenía que hacer minimamente cincuenta, ya que iban a estar pegadas por todos lados, la ultima vez que me comprometo en hacer las decoraciones para el acto, y también que me encargo de la dirección del mismo. 

Tomé un trago de cerveza, procuraba no tomar mucha ya que iba a empezar a ver borroso, y las palomas no iban a tener forma de lo feo que las iba a recortar. Mi cabeza repasaba mil veces las cantidades de cosas que tenía que hacer, y quería tirarme abajo de un tren. Mientras prendía mí computadora para volver a leer las palabras alusivas que tenia que decir para el acto, escucho que tocan el timbre. Medio raro, miro la hora, once menos diez de la noche, y no había pedido comida ni nada.

Con un poco de miedo, ya que no esperaba a nadie, me levanto de mí asiento y voy para la puerta. Trato de mirar por un aujerito que hay en la madera, pero no se ve nada porque en el pasillo está extremadamente obscuro. 

Abro un poquito y me relajo al ver a Nacho. Abro completamente la puerta y con una sonrisa lo hago pasar, pero rápidamente me acuerdo que yo con el estaba "enojada" y borro mi sonrisa. Sí, una pelotuda. 

El pasa y me saluda con un beso en mí mejilla, todavía nadie hablaba. Mientras el se desabriga, yo cierro la puerta nuevamente con llave.

- Sentate- Digo- ¿Querés algo para tomar?- Pregunto y el analiza su respuerta unos segundos, hasta que ve mí vaso con cerveza. 

Reina ; Nacho ScoccoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora