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𝙹𝚞𝚎𝚟𝚎𝚜 19 𝚍𝚎 𝙼𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎𝚕 2020

𝒞ℯ𝓁𝒾𝓃𝒶.

"¿Qué estoy haciendo?" Retumbaba por mí cabeza una y otra vez al ver la puerta del departamento al que estaba por tocar para que el dueño del mismo me abra.

¿Y si me voy y le digo que pase a buscar el cuaderno él por mí casa? ¿Y si le digo que le vine a dejar el cuaderno de Eva, pero me tuve que ir porque me vino y no tenía toallitas a la mano? Quedaría muy cagona ¿No? Y sería bastante explícita la excusa para mí gusto.

No, no, no y no, esta es la peor idea, ¿Cómo voy a venir a la casa de un papá de mí alumna a "devolverle el cuaderno"? Lo cual es mentira, es porque siento necesidad de verlo, pero obviamente esta semana no hubo clases por la cuarentena, pero creería que el lunes arrancamos de nuevo las clases. Entonces, si el lunes "arrancarían las clases" nuevamente, tranquilamente se lo podrías dar ahí a la misma Eva ¿No?. ¿Y pero si no empiezan? ¿Y yo cuándo les mande la tarea que les digo que la tienen que hacer en su cuaderno y ella no lo tiene y no vamos a poder salir?.

Creo que es una estupidez lo que estoy haciendo.

Así que, así como llegué sin hacer ruido, me doy media vuelta y emprendo camino al ascensor, a pesar del miedo que me genera subirme a eso, prefiero hacerlo a que bajar los diez pisos en escaleras que acabo de subir. Escucho una puerta abrirse y cerrarse, pero no le presto atención, podría ser un vecino de Nacho.

- ¿Qué haces acá?- Me pregunta la persona que quería que ahora, no apareciera. Cierro los ojos y la boca con fuerza, como si eso hiciera que desaparezca- ¿Me venías a ver?- Pregunta nuevamente canchero.

Doy vuelta la cara y lo miro, anteojos de sol negros, campera finita, Adidas por supuesto, y una bolsa de compras en la mano.

- ¡Hola Nacho! Todo bien, gracias por preguntar- Simulo una conversación conmigo misma, ya que el no saludó- ¿Vos cómo andás? ¿Bien? ¡Me alegro que bueno!- Termino y aprieto nuevamente el botón llamando al ascensor, no quiero bajar diez pisos por escalera.

- ¿Me venías a ver?- Pregunta nuevamente.

- Nop, lamento romper tu ilusión- Digo y él esboza una sonrisa.

- ¿Entonces que haces acá?- Pregunta- Si se puede saber, obvio- Acota al ver mi ceja levantada hasta el cielo aprox.

- Vine...- Dale Celina, pensa una excusa rápido, como cuándo te rateabas del colegio y te decían que iban a llamar a tus papás- Vine a visitar a un amigo- Como se nota que la cosa esa de mentir no se va con el tiempo.

A penas puedo ver como levanta una ceja
Y para salvación mía, o de él, o no sé, llega el ascensor, y tengo que bajar por ahí, y él también.

- ¿No es que le tenes miedo a esto?- Dice y yo asiento. No pienso hablar, voy a respirar. Me voy a concentrar en mí respiración.

Parecía que el ascensor bajaba a dos por hora y ya me estaba empezando a sentir mal.

- ¿Cómo está Eva? Ya que estamos- Pregunto con los ojos cerrados concentrandome en respirar profundo.

- Bien, con su mamá, justo ahora la iba a buscar- Mucho no entiendo esta relación, a veces es "Su mamá", otras veces es "mamá". A veces es "Su casa", a veces es "Casa".

- Tené cuidado, Evita no puede andar mucho por afuera- Le digo- Fuera de joda.

- ¿Entonces que haces vos acá?- Me dice- Y por lo que veo en Uber o caminando- Dice.

Yo suspiro, tenía razón no tendría que haber salido, pero aproveché que tenía que ir a la Farmacia a comprar pastillas para el dolor de ovarios y de paso, dejaba el cuaderno.

Reina ; Nacho ScoccoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora