Capitulo 2

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Chris.

— Su madre quiere verlo.
— Estoy ocupado, Melody.
— Insiste.
— qué pase.

Despache a los demás con la mano y salieron en silencio, mi madre entró con su postura pulcra.

— ¿Sabes que el amigo de Amelia se fue a vivir con ella al departamento?
— Sí.
En realidad no lo sabía, pero no quería actuar como de que no estaba enterado.
— ¿Cómo lo permites?
— Madre, es gay.
— Lo que sea, no se ve correcto que la futura reina viva con un hombre y en el departamento que le diste.
— Es el departamento de Amelia, si ella quiere que viva su amigo ahí es su decisión.
— Pero no es correcto, Charles.
— Madre, tranquila, tengo pensado que Amelia puede empezar a acompañar a Daniel en los eventos.
— no creó que esté lista.
— se la ha pasado yendo a clases todos los días y Edith dice que lo hace bien.
Ella lo pensó unos minutos.
— Si es lo qué decides Charles, está bien solo que no lo estropee, sabes lo que algunos piensan.
— no es necesario que me lo recuerdes.

Me daba dolor de cabeza cada vez que me informaban de las cartas que llegaban al palacio de odio hacia Amelia.

— Le informaré a Daniel sobre mi decisión y a Amelia.
— Bien.

Salió de la oficina sin decir nada más, Melody entró con su iPad.

— Háblale a Daniel y dile que lo quiero ver por favor, hablaré con Amelia.
— Enseguida.
— cuando termine te aviso para que la reunión se reanude.
— Si, majestad.

Le marqué a Amelia qué tardó en contestar.

— Hola, Chris.
Automáticamente escucharla me pone de buenas.
— Hola, cariño.
— ¿A qué se debe el placer?
— no me habías dicho que Drew se iría contigo.
Hubo un pequeño silencio al otro lado.
— Lo siento, amor. Olvide decírtelo cuando nos hemos mensajeado, pero es solo por un tiempo, es que su vecina está de molesta.
— No te preocupes, es que cuando me lo dijeron no sabía.
— Lo siento, debí decirte.
— No pasa nada, me gusta que estés acompañada.
Sabía que todo esto se le había muy difícil a Amelia, muchas reglas para ella.
— tengo tareas para ti.
— ¿Tareas?
— si.
— ¿para qué soy buena?
— Quiero que acompañes a Daniel en los eventos.
— ¿Puedo hacerlo?
— Yo lo estoy diciendo.
— Me gusta cuando te pones en modo rey, con que no sea la misma hora de mis clases.
— Si tienes eventos puedes saltarlas.
— ¿En serio?
— Si quiero.
— excelente, lo más seguro que el asistente de Daniel se comunique con Sandra.
— Bien, ya podré estrenar la ropa que me dieron.
— ¿Estás ansiosa?
— obvió, es ropa de diseñador, hasta siento que mi piel se quema al usarlas, es que no está acostumbrado a ropa de alta costura.
Empecé a reír.
— ¡No te rías!
— Lo siento, pero los afortunados son los diseñadores de que uses su ropa, te amo cariño
— yo más, ¿si te dijo Melody que mañana en la noche nos veremos para decidir lo último de la boda?
— Si, ya sé.
— Bien, entonces supongo que te veré mañana.
— Lo siento.
— No te preocupes, entiendo. Eres el rey, tienes obligaciones y no vivimos juntos.
— pero cuando nos casemos podré despertar contigo todos los días, ya quiero que seas mía.
— ya lo soy.
— No si no puedo verte todos los días.
— Dos semanas, cielo, solo dos semanas.
— ¡adiós soltería!
Tocaron la puerta.
— Tengo que irme.
— Bien, cuídate.
— tu igual. Te amo.
— yo más.

Había olvidado que me estaban esperando así que le avisé a Melody que podían volver a pasar, pero él que apareció fue Daniel.

— Aquí me tienes, majestad.
— ¡Qué gracioso!
— ¡Es broma! ¿Para qué soy bueno?
Tomó asiento enfrente de mí.
— Le he dicho a Amelia que puede acompañarte a los eventos que tengas.
— ¿Por qué? Digo no es que no quiera es más por curiosidad, pensé que no podría.
— es que madre se volvió loca porque Drew se fue a vivir con ella.
— Ya veo.
— aparte es bueno para ella, digo así se va adaptando.
— Está bien, hermano.
— Gracias.
— Tengo que irme, iré a una fiesta.
— ¿Fiesta?
— Si.
— Daniel...
— Si, si, no necesito sermones, Charly.

Daniel había cambiado un poco desde la muerte de mi padre, iba a fiestas y regresaba borracho o casi cayendo de borracho, lo fotografiaban estando de fiesta con mujeres y amigos, un día discutimos porque había estropeado un jarrón de hace años, él decidió mejor mudarse a su casa, así que también a él no lo veía tanto, ahora estábamos bien.

— Está bien.

No quería pelear con él, suficientes problemas tengo y confío que es solo una etapa por la que está pasando.

— Solo cuídate ¿Está bien?
— Si, no te preocupes.
— te quiero, Dani.
— Sayonara.

— ¿Cuánto tiempo tengo antes de la reunión?
— Tiene 15 minutos su majestad.
— Bien, no me molesten.
— Claro, majestad.

Todos se dispersaron a unos metros menos los guardias que tenían que estar en la puerta, entre sin hacer ruido. Estaba tratando de caminar con unos libros en la cabeza, se veía hermosa incluso verla de espaldas, el vestido que traía era suelto lo que hacía que no se le marcará nada ni su hermoso trasero que casa vez que la veo me dan ganas de nalguearla, aunque eso no sea muy propio de un rey, pero Amelia provoca cosas en mí que no soy propias.

— Debe pararse más derecha.
Edith la reprendió.
— Es difícil cuando las zapatillas cansan.
Me gusta cuando Amelia no se deja.
— deberías darle un descanso — dije.
Las dos se dieron cuánta de mi presencia, Amelia sonrió y corrió hacia mí y yo gustoso la recibí, el olor de Amelia me llegó a mi nariz, amaba todo de ella.

— veo que me extrañaste.
Me gustaba eso.
— Más de lo que piensas.
Nos separamos, ella miró alrededor me imaginó para ver si estábamos solos.
— Pensé que no te vería hasta en la noche.
— Tuve un pequeño tiempo libre y sabía que estabas aquí.
— ¿Así que estoy vigilada?
— Algo así.
No aguante y le di un beso, haciendo que se acerque más a mí, necesitaba sentirla, ella me daba energía.
— Tengo menos de 5 minutos.
La miré sonriendo y casi suplicante.
— Alguien puede entrar — Dijo apenada.
— he ordenado que nadie entre.
Me miró levantando una ceja.
— ¿Dando órdenes su majestad?
— Quítate tus bragas — dije enseguida, no podía aguantar más.
— Lo que órdenes.
Se quitó las bragas, mientras yo me desabrochaba mi pantalón para luego bajarlos con todo y bóxer.
— Ven aquí.

La jale hacia mí, le subí ese vestido que ansiaba quitárselo, pero era demasiado, la cargue y ella puso sus piernas alrededor de mí, la penetre. Estaba muy excitando, ya que tenía tiempo que no habíamos hecho el amor por mi agenda ocupada, sabía que los dos podíamos llegar al clímax juntos porque ella también me deseaba y necesitaba, tuve que ser rápido, pero llegamos al clímax, la bese para que no haga ruido, lo cual sé que se le hacía difícil, justo cuando terminamos tocaron la puerta, me subí rápido el pantalón y ella desesperada bajo su vestido.

— Su majestad es hora — dijo Melody al otro lado.
— Un momento.
— mi braga.
Recogí su braga que estaba en el suelo y me la metí a mi saco sonriendo.
— ¡Oye dámela!
— Será un recuerdo tuyo.
— No voy a andar sin bragas, Chris.
— No pasa nada.
Le di un beso y antes de que me pudiera decir algo abrí la puerta guiñándole un ojo juguetón, iba a decir algo, pero guardo silencio al ver a todos afuera.

Ahora así estaba listo para el resto del día.

Majesty [EN CORRECCIÓN]Where stories live. Discover now