Capitulo 29

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Amelia

El viaje de Chris se había alargado más de 3 días y lo bueno que según Scott nos aplazó los días porque Chris estaba de viaje, Daniel y yo habíamos estado juntos ideando un plan de cómo decirle antes que Scott.

— ¡Hola, querida! — dijo la reina entrando a la sala.
Me encontraba sola leyendo un nuevo libro, aprovechando que Chris no estaba y para no pensar en todo lo que puede pasar cuando llegue. Había acabado mis uñas por completo.
— Buenas tardes ¿Se le ofrece algo?
— Solo venía a saludar, tenía mucho que no nos cruzamos a pesar de vivir bajo el mismo techo.
Bueno, no es coincidencia.
— Tal vez podríamos tomar el té.
Miré mi reloj, pero en realidad buscaba una excusa, en eso entró alguien con un carrito con un par de tazas, tetera y pequeños postres, empezó a servir las tazas.
— Gracias, puedes retirarte — le dijo y está hizo reverencia y se fue.
— Dime ¿Cómo lo llevas? — se llevó la taza a la boca.
— Bien
— Bueno... Aún hablan de ti sobre lo que dijiste en tu ciudad.
— No creó haber dicho nada malo.
Ella suspiró.
— cuando pienso que le estás agarrando a estas cosas, fallas.
— No creó...
Ella alzó un dedo para que guardara silencio.
— Tienes que aprender a comportarte y guardarte todo tu educación de...— hizo una pausar buscando las palabras — gente común, pero no te culpo tal vez tus padres no tuvieron dinero suficiente para eso.

¡Ouch!

Pero si piensa que me voy a quedar callada, está equivocada, más si se mete con mis padres, me levanté enojada

— mis padres me educaron como ellos pudieron a sus condiciones y si cree que me ofende lo que me diga, no lo hace, pero no le voy a permitir que ofenda a mis padres, a ellos los respeta.
— Son los más beneficiados, me he enterado de que les has regalado muchas cosas.
— Es algo que no debe importarle, es mi dinero.
— Corrección querida, dinero de la corona que se te otorga.
— porque ahora la reina soy yo, ahora sí me permite me voy.
Antes que abriera la puerta, habló.
— A ver cuánto te dura.
La miré y me sonrió, me fui de ahí molesta.

¿Quién se creía que era?
Ella necesita educación.
¡Maldita vieja!

Fui a mi habitación para cambiarme por un pantalón y mis tenis, quería un poco de aire fresco, así que fui por Bailey y lo saqué a pasear, empecé a correr para jugar con él.

— Hola.
Daniel apareció con su caballo.
— ¿A dónde vas?
— a cabalgar, de hecho, iba por ti, no puedo concentrarme en nada.
— Así estoy yo.
Ayer también habíamos ido a cabalgar, como yo no tenía caballo, agarré el de Chris.
— ¿Quieres venir?
— No sé, no estoy vestida.
— Vamos, es bueno para pensar, lo sabes. Aparte traes pantalón.
— Está bien.
Me ayudó a subir con él.
— Vamos Bailey.

Bailey nos empezó a seguir a las caballerizas, ahí me ayudaron a bajar.

— ¿Pueden preparar el caballo del rey? — le dije al muchacho que se encargaba de eso.
— no — dijo rápido Daniel.
— ¿No que iremos a cabalgar?
— Si, pero ven tengo una sorpresa para ti.
— ¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?
Entramos a los establos y me llevo a un corral dónde estaba un hermoso caballo blanco.
— Está hermoso.
— Es tuyo.
Lo miré sorprendido.
— ¿No es real?
— sí, lo es.
— No.
— Sí.
— Gracias — le dije emocionada abrazándolo — ¡no lo creó! ¡Tengo un caballo! — aplaudí como niña chiquita.
— Ya tienes a tu Maximus tiró al blanco — dijo riéndose.
— no te burles.

Ayer que habíamos salido le comenté que quería un caballo para nombrarlo como había dicho.

— Es un buen nombre ¿verdad? — dije acercándome al caballo para acariciarlo — estoy lista para montarlo.
— Vamos entonces.
Él le hizo señas al señor para qué lo sacará y pudiera montarlo, ya tenía su silla y todo, Daniel me ayudó a subir al cabello, ya que no tenía aún mucha experiencia.

— ¿Lista?
— Si — dije emocionada.
— Vamos.

Cabalgamos despacio, ya que aún tenía miedo de caerme y no sabía cómo reaccionaría Maximus tiro al blanco conmigo, aunque me había dicho Daniel que era muy manso y era verdad, Bailey nos seguía y tuvimos que parar un rato para que descanse.

— ¿Cuándo llega Charly?
— Mañana en la noche a las 7.
— Entonces mañana le diremos.
— Sí.

Suspiramos al mismo tiempo.

— Estoy contigo pase lo que pase.
— Tal vez mañana tenga que irme de aquí.
Otra vez tenía ganas de llorar.
— No digas eso, Charly te ama a pesar de todo, sería un idiota si te deja ir.
— No digas eso.
— Es verdad Amelia, yo ya quisiera tener a alguien como tú.
— Sé que lo dices solo para hacerme sentir bien.
Él se acercó a mí, tomo mi mano.
— superaremos esto — me miró a los ojos.
— sigamos cabalgando.


Extrañaba a Chris y quería que ya llegará, pero por otra parte no quería porque sabía que el día en que él llegará teníamos que decirle. Hoy era el día, hoy por fin vendría, así que fui a la cocina a prepararle algo de cenar, todos se sorprendieron al verme.

— majestad.
— Hola — saludé a los cocineros y cocineras — Hoy haré la cena para recibir al rey.
— Pero majestad...
— No quiero oír quejas.
— Para eso estamos nosotros.
— Hoy me apetece cocinarle a mi esposo ¿Me van a negar eso?
— Por supuesto que no.
— Gracias, eso sí tendrán que aguantar mi música porque cuando cocinó, me gusta escuchar música.
Ellos me sonrieron, en mi celular puse mi playlist no tenía ganas de escuchar música melancólica, así que puse algo movido.
— ¿Le gustan las spice girls? — preguntó una muchacha que era un poco más grande que yo.
— Solo he escuchado wannabe.
— Son buenas.
— ¿a todos les gusta spice girls?
— Son de aquí — dijo otra.
— sería delito que no, es como los Beatles — dijo un muchacho.
— A ver si es verdad — les dije.
Agarré mi celular, puse la única que conocía wannabe y era seguro que ellos conocían porque todo el mundo la conoce, la música empezó a sonar, agarre mi cuchara y simule que era un micrófono y empecé a cantar, me acerque a la que me preguntó y le puse la cuchara micrófono para qué cantará conmigo, ella sea avergonzó y no quiso.
— Si no cantan, los corro a todos — dije en broma, ellos rieron y empezaron a cantar, la que era fan cantó la parte media de la canción.
— Todos.
Los demás y yo incluida cantamos el coro, todos reímos cuando termino la canción, de ahí les puse más música de las que me decían, cantaban y bailaban un poco, no tenía idea de cuanta gente trabajaba en la cocina y me sentía mal nunca haber venido aquí, hice buenas migas con todos les pedí que cuando estemos solos me trataran normal, ellos aceptaron, pero sabía que no iba a hacer así, le había hecho pasta a Chris y de postre un pastel de zanahoria.
— Tal vez debería enseñarnos de su gastronomía — dijo el chef — He estudiado un poco, pero no me atrevo a cocinarle algo.
— Sería un placer, tal vez la próxima semana pueda venir.
Bueno, estoy haciendo planes y no sé si seguiré la próxima semana aquí.
— El placer sería mío, majestad.
— no sé muchas cosas, pero si lo arruinamos, sería juntos.
— Excelente.
— Bueno... debo irme a cambiar, me dio gustó conocerlos a todos.
— Fue un honor majestad.
— Ameliaaaaaaa — recalqué— será un secreto.
Les guiñé el ojo antes de salir de ahí.

Ya solo faltaba menos de una hora para poder bañarme y recibir a Chris, le había pedido el favor que me llevaran la comida al comedor más pequeño, no estaba segura de como vestirme, pero sé que a Chris le gustaba cuando usaba vestidos pegados, así que me puse uno, me hice una cola baja y me fui al comedor a esperarlo. Le había dicho a Sandra que le mandara mensaje a Melody para avisarle que lo esperaré en el comedor, le pedí a todos que nadie estuviera cerca por cualquier cosa, había mandado a casa a Sandra y a los demás, estaba nerviosa demasiado nerviosa.
Pasó media hora y Chris no llegaba, la comida ya se estaba poniendo fría, no era propio de él llegar tarde, otra media hora tarde y nada, a las 8:30 pm Daniel apareció.

— ¿No ha llegado?
— No.
— es demasiado raro.
— Le mandaré mensaje.
Le escribí y recibí respuesta inmediata.
— llegará como a las 12, se atrasaron — dije algo triste, quería tener algo lindo antes que todo exploté.
— Lo lamentó.
— Ya no importa ¿quieres cenar conmigo? No me gusta desperdiciar la comida.
— Claro.
— Solo que ya está frío.
— No importa ¿vino?
— Obvio.

If you wanna be my Lover?

Majesty [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora