Capitulo 38

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Amelia

Iba a hacer mi última aparición, así que no quería ir como sea, me decidí ponerme un vestido beige que tenía perlas incrustadas. Salí para encontrarme con Chris en el pasillo.

— Te ves bien.
— ¿Nos vamos? — En ningún momento lo miré, no quería hablar con él.
— Claro, pero antes... toma — me entrego los anillos — Creó que deberías usarlos.
— Como digas.
Los agarré y me los puse, se había sentido extraña mi mano sin aquellas joyas, pero tenía que acostumbrarme.
— si no tienes más que decir, deberíamos irnos.

Él me ofreció pasar primero.

La seguridad se había doblado y triplicado por los últimos ataques se han dado en otros países, es el aniversario de la ciudad, por eso toda la gente estaba reunida, hicimos un recorrido en el auto hasta llegar en donde sería el evento, cuando llegamos ya estaban ahí Daniel y Grace, pero esta solo se quedó hasta que se inauguraron los puestos.

Íbamos a recorrer varios puestos de varias de las tiendas locales, saludamos al señor del primer puesto.

— Majestades, mi empresa es sobre...

Dejé de escuchar al hombre, estaba triste. Iba a extrañar a la gente, su cariño, era curioso que muchos nos decían que éramos la pareja perfecta, que tan lejos estaban de eso, si ellos supieran. Tenía ganas de gritar que todo era una farsa, que Chris había roto mi corazón y que está sería la última vez que me verían; él también actuaba bien, me hacía participar con las personas de los puestos, en algún momento pensé que me pondría a llorar, pero no sucedió, cuando agarraba mi espalda para seguir caminando se sentía tan extraño ese toque.
Me quedé en un puesto, tenía que poner un poco de distancia entre Chris y yo, no soportaba estar cerca de él.

— ¿Cuándo nos vamos a Ibiza? — Daniel se me acercó, mientras Chris veía uno de los puestos que estaban a dos metros de nosotros
— Déjame checar mi agenda.
— "La importante" — se burló Daniel.
— soy la reina, aunque te duela.
Él empezó a reír.
— ven, vamos a probar esto — llegamos a un puesto.

Él del puesto nos saludó y nos explicó sobre la bebida alcohólica artesanal de la cual Daniel me había dado un vaso y él ya había tomado.
— Gracias, pero es demasiado temprano para mí.
— Una probadita no te hará daño.
Hice como que probé, pero en realidad no tome nada.
— Deliciosa — mentí.
— te lo dije.

Miré a Chris que seguía en el puesto en el que lo había dejado y estaba rodeado de seguridad, a lo lejos vi un puesto de postres que estaba casi enfrente de la bebida artesanal, logrando escabullirme para allá, le di una última mirada a Daniel que también se había ido al puesto de alado, donde también había licor, que bueno que hui de ahí, vi que también se encontraba solo, no se habían dado cuenta de lo que hicimos y es que había mucha gente.

— Este es de vainilla — dijo la muchacha — y este de chocolate.
— lo voy a probar — agarré una magdalena.

Estaba a punto de probar la magdalena, cuando se escuchó un estruendo fuerte y la gente empezó a correr, ahora se escuchaban disparos, todos empezaron a gritar, lo que hizo que cayera sobre mis nalgas, como pude me puse a un lado del puesto para no ser aplastada, mire a todos lados buscando a los de seguridad, vi cómo se llevaban a Chris, pero este empezó a decir algo desesperado.

— Majestad — me dijo la muchacha que ya estaba a mi lado, más disparos se escucharon — por aquí — señaló el camino detrás de ella.

Eche un último vistazo antes de irme con ella, pude ver a los tipos que disparaban contra los de seguridad y policía, vi a Daniel que a tiempo me vio entre toda la gente, movió la cabeza para que no me moviera, asentí, le hice señas tratándole de decir que podríamos salir de mi lado.

— Majestad — insistió la muchacha con voz baja — tenemos que irnos.
— Daniel — le dije desesperada — ve tú.
Ella tenía mucho miedo para quedarse, así que me dio una última mirada y se fue, volví a mirar a Daniel.

Él empezó arrastrarse para llegar donde estaba, pero lo que no pudo ver es que alguien de los que disparaba contra la gente, logro verlo, apunto a él, lo primero que hice fue salir corriendo para impedir que le dieran, se escuchó un disparo; sentí un dolor a un costado, pero no era tan doloroso, otros disparos se escucharon, volteé a ver y el tipo se había resguardado porque un guardia le estaba disparando, eso nos daba unos minutos para salir corriendo.

— ¿Estás bien, Morenita?
Asentí con mi cabeza rápido.
— debemos correr — le dije a Daniel — ¡ahora!
Cómo pude me levanté y corrimos calle abajo, antes que el tipo nos vuelva atacar con disparos o matara al guardia.
— Por aquí — dijo Daniel.
Se volvió a escuchar un estruendo y disparos, nos guardamos en un callejón — el dolor se había vuelto más fuerte por haber hecho el esfuerzo de correr, toque la parte donde sentía dolor para presionar, pero me dolía mucho que al querer tocarlo, casi gritó.
— Tenemos que llegar al palacio — Daniel miraba a la calle.
— estamos algo lejos y no creó llegar — tenía la respiración acelerada, aguantando el dolor, él me miró y se dio cuenta de la mancha roja que había aparecido en mi vestido.
— ¡Amelia, dios mío! ¡Aguanta! — sacó su celular y empezó a marcar números que no contestaban — ¡mierda!
Yo empezaba a sentirme débil y empecé a llorar.

Mi bebé.

— No quiero morir — le dije llorando a Daniel, lo agarré cómo pude, vi que lo manche de sangre con mis manos que estaban llenas de ella.
— No, no, tranquila, sostén la herida.
— Duele — me quejé.
Me ayudó a acostarme en el pavimento, el movimiento hizo que doliera mucho más, me mordí el labio para no gritar.
— buscaré ayuda.
— No me dejes sola — le dije desesperada, lo tomé como pude de las manos.

Empezaba a sentirme más débil y tal vez tiene que ver la sangre que estoy perdiendo, sabía que si moría moriría mi bebé, sentía mojado mi rostro por las lágrimas, las respiraciones fuertes hacían que mi herida doliera, con una mano sin soltarme saco su celular y empezó a marcar.

— Nadie contesta — dijo furioso — Buscaré ayuda.
— No, no, no me dejes — dije con voz queda, quería cerrar mis ojos porque tenía sueño.
— No te duermas, Amelia.
Mis ojos pesaban, nunca había sentido un dolor así, incluso cuando Chris me rompió mi corazón, tal vez porque no era en el mismo lugar, ya no sabía que era peor.
— yo... Teee tengo...
— ¡Amelia, despierta! — gritó lo que hizo que abriera los ojos de golpe — Quédate conmigo.
— Solo...
Volvió a desaparecer de mi vista, sentí presión en la herida, un golpe en la cara fue lo que hizo que abriera un poco los ojos.
— ¡Amelia, maldita sea! — Daniel se veía desesperado, quería decirle que estaría bien, que todo iba a estar bien, pero no me salieron las palabras, eran muy pesadas para decirlas, le iba a decir que estaba embarazada.
— Mi...b... — mi bebé dije, sonreí.

No podría aguantar más, sentía dolor y la oscuridad me aliviaba del dolor, ya no quería sentir nada, no quería sufrir más ¿Será correcto dejarse llevar? Se sentía tan bien.

Me voy a dejar ir...

Es bueno sentirse bien.

— Callejón.

Logré escuchar antes que de irme.

Adiós Dani... Le dije no estaba segura si había salido de mi boca o no.

No quiero sufrir, demasiado he sufrido y dolía como más de mil corazones rotos, no podré conocer a mi bebé, pero se irá conmigo

¿Era buena idea?

Claro que lo era, dejé que la oscuridad... me envolviera.

Majesty [EN CORRECCIÓN]Where stories live. Discover now