Capitulo 61

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Amelia

- entonces ¿te has tomado unas vacaciones después de 4 meses de presidencia?
- Correcto me estaba abrumando todo.
Me miró, nos encontramos sentados viendo el atardecer en el sillón.
- ¿qué dice tu gente?
- Nada, a las personas le gusta quedar al mando, no pensé que fuera tan pesado ser presidente.
- ¿Creíste que era súper fácil? - reí.
- Pensé que solo sería la cara y que otros harían mi trabajo, pero me equivoqué.
- ¿solo querías tener poder?
- Para ayudar a los demás, Regina quiero ser la diferencia entre otros. Conozco como se siente estar abajo.
- Si lo quieres, lo harás.
- Así como tú.
- No hago gran cosa.
- Le has dado educación a jóvenes que lo necesitaban.
- Yo y todas las demás personas que apoyan.
- pero tú lo hiciste posible y con el dinero de la corona.
- ¿por qué siempre te menos precias?
- No lo sé.
Él acarició mi mejilla, aclare mi garganta.
- Debería irme - me iba a levantar, pero me detuvo.
- lo siento, si te quedas dejaré de coquetear contigo.
- ¿estabas coqueteando?
- Si.
- Que forma de hacerlo.
- Muchas han caído.
Puse los ojos en blanco.
- Si como no.
- Sé que soy sexy y guapo ¿o no?
Vacile un poco.
- ¿Quieres que te diga la verdad?
- Si.
Guarde silencio unos segundos.
- No - el abrió los ojos sorprendido - puedo negarlo.
Sonrió de oreja a oreja.
- lo sabía.

Encendió un cigarro.

- Acabas de matarme.
Él me miró confuso.
- Odio el cigarro y el olor, me provoca náuseas.
El el lugar de apagar su cigarro, le dio un sorbo y me tiro el humo en la cara.
- Eso fue muy grosero.
Empezó a reír.
- Lo sé, pero no soy de las personas de las que le gustan que le digan que hacer y se que estas acostumbrada a que hagan lo que quieres,sin embargo yo no lo haré.
- ¿así?
- Si.

Me levante de rodillas y empecé a tratar de quitarle el cigarro.

- apaga eso.
- No.

Forcejeamos hasta que en un movimiento caí encima de él, estábamos tan cerca que podía saborear el cigarro que se había llevado a la boca minutos antes, él sin esperar más, me besó, no deje que siguiera y me alejé corriendo adentro de la casa para buscar mis cosas.

- Mia Regina
No le hice caso, camine a la salida.
- Lo siento, Amelia.
Me detuvo poniéndose adelante de mi.
- Tengo que irme.
- No tienes que irte.
- Si lo tengo.
- Lo siento, no pude resistirme desde el principio me atrapaste incluso antes de conocerte.
- Estoy casada.
- No me importa, dame otro motivo que realmente valga la pena y te dejaré en paz, seguiré siendo tu amigo.
- Yo... todo es muy complicado.
- No me convence ¿te gustó?
No sabía que contestar a eso, porque Leonardo era guapo, muy guapo, tenía una belleza exótica, sus ojos color miel, su barba...
- Debo irme.
- Contesta no es tan difícil.
- No sé.
- ¿No sabes qué? ¿No te gustó?
- No es eso es que...

No me dejo terminar la frase, me dio un besó que hizo que abriera la boca para que su lengua invadiera la mía, sentía mi corazón a mil por hora, a pesar de que tenía un sabor a tabaco también me supo a dulce, agarró mi nalgas para acercarme más a él.

- Estoy esperando que me detengas - dijo mirándome con sus ojos de deseo.
- Yo también...

Volvió a besarme, esta vez me cargo y puse mis piernas alrededor de su cintura, no pude evitarlo por más que mi cerebro y corazón peleaban una gran batalla, no pude detenerme y tampoco quería mucho hacerlo, estaba atrapada en este hombre italiano, soberbio, descarado, guapo, sexy y que me deseaba.

Me quitó mi vestido cuando llegamos al sofá dejándome en traje de baño, yo le quite su camisa viendo su fornido abdomen, mordí su carnoso labio inferior, empezó a besar mi cuello para ir hasta llegar a mi pecho, con rapidez me quitó la parte de arriba de mi bikini dejándolos descubiertos, sin dudarlo se metió uno a la boca para chuparlo y morderlo lo que hizo que gimiera de placer, con una mano empezó a masturbarme mientras jugaba con mis pechos, fue bajando sus besos hasta llegar a mi parte íntima, desató de los lados la parte de abajo, ahora estaba completamente desnuda ante el, empezó a lamer mi clitoris mandándome unas fuertes sensaciones de placer, su lengua jugaba conmigo una mano la tenía en mi pecho mientras yo me retorcía de placer.

- Quiero que te vengas para mi, mia Regina - dijo con voz ronca sus ojos tenían lujuria, siguió lamiendo esta vez metió uno de sus dedos y ahora eran dos cosas que me atacaban, no aguanté y me vine, él me miró sonriendo - Deliciosa - mordió mi labio.

Me dio la vuelta poniéndome en posición de cuatro me dio una nalgada metiendo un dedo otra vez dentro de mi, mordió una de mis nalgas para luego introducirse dentro de mi, grité de placer, me agarró fuerte de las caderas sus movimientos eran rápidos y duros, él era salvaje en el sexo y me gustaba.

- Me das cosquillas - me quejé.
Él me sonrió y volvió a besar mis tres cicatrices en el abdomen.
- Eres irresistible - volvió a mirarme y me dio un besó en la punta de la nariz, se acostó a mi lado, nuestros cuerpos estaban envueltos en las sábanas de la cama.
- ¿por qué nada más te dejaste este? - con un dedo tocó el tatuaje debajo de mi seno derecho.
- Porque no se veía en público.
- No puedo creer que te quitarás tus tatuajes.
- Bueno, iba hacer reina y no sería bien visto que una reina tuviera tatuajes.
- ¿Cuántas cosas tuviste que dejar?
- Algunas.
- ¿No te importó?
- Si.
- Conmigo no hubieras dejado nada.
- No quiero hablar de nada de eso.
- Lo siento.
- En algún momento voy a tener que regresar a Londres.
- Lo sé y yo a Italia, pero puedes venir conmigo.
- No es fácil.
- Te lo he dicho.
- ¿soy tu aventura de Ibiza?
- Algo así.
Me reí.
- Eres mala.
- Sabias que en algún momento teníamos que hablar de esto después de...
- 3 días de sexo.
- Si después de eso.
- ¿qué quieres hacer?
- No lo sé.
- ¿Lo amas?
- No puedo mentirte.
- ¿pero quieres estar conmigo?
- Es una locura todo esto - dije desesperada.
- No me importa ser el amante.
- ¿amante?
- Si, no me importa, si terminas conmigo en la cama después de todo.
- ¿Entonces solo quieres sexo conmigo?
- No, pero te lo estoy poniendo fácil mientras tomas una decisión.
- ¿cómo se supone que seremos amantes cuando tú estás en Italia y yo en Londres?
- podemos tener un punto intermedio entre los países, puede ser Ibiza.
- el país que nos queda en medio es Francia.
- Si, pero tú no tienes motivos para ir a Francia, en cambio aquí tienes una casa.
- tienes razón.
- Siwmpre, tengo que regresar a Italia me he tomado dos días de más para estar contigo ¿tu que harás?
- Me estoy quedando sin dinero.
- Puedo dejarte.
- No, creó que regresaré dentro de 3 días es el cumpleaños de Charles.
- Por cierto me han invitado.
- ¿en serio?
- Si, me ha llegado la invitación hace 3 semanas ¿no sabías?
- No.
- ¿vas a ir?
- Si para verte.
- solo no seas obvio.
- Claro que no.
Agarró su guitarra y empezó a tocar. 
- ¿qué canción es?
- grande amore

Majesty [EN CORRECCIÓN]Where stories live. Discover now