Capitulo 66

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Amelia

- Feliz Cumpleaños Charles Christopher - le di unas palmaditas en el hombro, me miró sonriente, fue más rápido que yo y me cargo dándome vueltas.
- Creó deberías bajarme.
- Lo siento.
Se acercó al caballo que su cabello brillaba más que el mío.
- es bellísimo.
- Lo sé - dije acariciando al animal, lo miré y estaba viéndome, carraspee - Bueno, debo irme.
Su cara reflejaba desilusión.
- ¿quieres cabalgar?
- No lo creó...
- Por favor, solo por hoy.
- No estoy vestida para cabalgar.
- Yo tampoco.
Dude un rato.
- Por mi cumpleaños.
- Está bien.
- ¿Unas carreras?
Asentí.

Le hizo señas al trabajador para que ensillara a Maximus y a su nuevo caballo.

Chris me ayudo a subir a Maximus, tiro al blanco.
- Muy bien Maximus, vamos a ganarle a este señor.

Hice que Maximus corriera cuando él aún se estaba subiendo a su cabello, no tardo mucho en alcanzarme.

- Eso fue trampa.
- Nadie dijo que se iba a jugar limpio.
- ya entendí, Amelia no es necesario que digas que tienes a alguien más para herirme.
Lo mire confusa.
- Christopher no te mentí, pensé que solo sería una cabalgata sin hablar.
Le di la orden a Máximus de regresar y lo hizo a toda velocidad, me baje del caballo porque no había nadie para ayudarme.
- No te creó
- ¿Cuántas veces quieres que te lo diga?
- ¡No te puedo creerte! - Dijo molesto, cuando llegó se bajo rápido del caballo y me alcanzo antes que me fuera - Dime.
- ¿Qué?
- Si es verdad.
Suspire cansada.
- Si es verdad ¿quieres que te lo diga por señales? ¿Te mando un texto?
- ¿Quién es?
- No te diré.
- ¿lo conozco?
- Si.
- Voy averiguar quién es y lo voy a matar.
- Tu no tienes derecho a hacer nada.
- ¡SOY TU ESPOSO, MALDITA SEA!
- ¿eres mi esposo? ¡PERO MIRA QUE BUEN ESPOSO TENGO! ¡EMBARAZASTE A OTRA MUJER! NO TIENES NINGÚN VALOR MORAL A DECIRME NADA.
- ¡NO QUISE HACERLO!
- ¡PERO LO HICISTE! ¡MALDITA SEA! - las lágrimas ya estaban saliendo - Dos balas no me pudieron matar, pero tu lo has hecho, me mataste. No lo merecía y lo sabes ahora encontré a alguien que me hace sentir mejor de lo que me siento cuando estoy aquí solo esperando por ti a qué esta vez las cosas las hagas bien, ahora solo te pido tiempo.
- ¿mientras te revuelcas con otro?
- Tu hiciste lo mismo con Ella y ve lo qué pasó.

Di media vuelta caminando lejos de él.

- ¡DILE QUE SE CUIDE! - gritó antes que me alejara lo suficiente.


Me iba a poner un vestido de corsé sin mangas, pero al ver que ni con maquillaje se cubría los moretones, decidí por uno con aplicaciones de flores de mangas largas, me recogieron el cabello en un chongo bajo.

- ¿Lista? - Chris no me miró.
- Si.
Abrieron la puerta para que pudiéramos pasar al gran salón, todos le aplaudieron a Christopher cuando entró, estaba buscando a Leonardo con la mirada, mi mirada cayó en la de él que me sonreía mientras aplaudía, me guiño el ojo y sonreí de oreja a oreja.


- Lamentó mucho lo ocurrido, majestad.
- Gracias muy amable.

Creó que me arrancaré mis orejas si vuelvo a escuchar otra disculpa, el señor se alejo de mi.

- Lo siento majestad - Volteé a verlo - pero no puedo dejarla de ver - dijo bajo para que nadie pudiera escucharlo.
- Señor presidente - dije en italiano - un gusto volver a verlo - le sonreí.
- Lo mismo digo reina - me sonrió.
- ¿como ha estado su vuelo?
- Ansioso por aterrizar y que diera la noche.
- ¿por qué?
- Necesitaba ver a alguien.
- ¿alguien especial?
- Si, majestad, muy especial.
- Reina Amelia - miramos a Drew que se acercó a nosotros sacándonos de nuestra pequeña plática - No piensas presentarme.
- Señor presidente, él es Drew Walsh mi mejor amigo.
- Mucho gusto, Leonardo Marchetti.
- Lo sé, mucho gusto.
- Está comprometido y se va a casar dentro de dos meses - dije evidenciando a Drew.
- Si, pero no con alguien tan guapo como usted.
- ¡Drew! - sabia que Drew solo bromeaba, le encantaba hacerlo y más con los guapos.
- Gracias, supongo y ¡Felicidades!
- Gracias Leonardo, pienso ir a Italia para mi despedida de soltero.
- ¿en serio?
- Si, pero aquí su majestad no quiere.
- Eso fue antes de todo, ahora si quiero.
- Si van, me encantaría que me visitaran.
- Será un placer Leonardo, tal vez nos puedas enseñar de tu bella Italia.
- Si viene la reina Amelia, sería todo un placer.
- Claro que va a ir, ella es mi dama de honor.
- Entonces, ya quedamos.
- Claro - dijo Drew animado.

Se le escapo a Leonardo un mechón de su cabello y sin pensarlo se lo acomode, él me miró como diciendo ¿qué estas haciendo? al darme cuenta de mi acción, baje rápido la mano.

- Debo ir a felicitar al rey - hizo reverencia - con permiso.

¡Mierda!

Ojalá nadie se haya dado cuenta, obviamente Drew si lo vio.

- ¿qué fue eso? - Dijo Drew entre risas.
- ¿qué? - lo que me quedaba era hacerme a la tonta y antes que dijera otra cosa escape con el pretexto de ir a saludar al primer ministro.

Antes de la cena la orquesta como de costumbre tocó por una hora música clásica, en la cena actúe normal aunque en ratos miraba a Leonardo, me excitaba verlo hablar con sus gruesos labios que me daban ganas de morderlos.

Chris pidió atención.

- Quiero agradecerles a cada uno de ustedes por venir hoy a celebrar conmigo, muchas gracias, quiero pedirle a mi bella esposa si me concede la primera pieza.
- Claro - dije algo sorprendida, no sabía que íbamos a bailar, se le ocurrió de última hora.

Tomé su mano extendida a mi y me guió a la pista de baile, él me tomó firme de la cintura, la música empezó y la reconocí cuando empezaron a cantar, Every breath you take inundó la sala, pero en una versión lenta para bailar.

- ¿tu no puedes ver qué me perteneces? - dijo en mi oído siguiendo la canción, la canción obviamente no fue al azar, bailábamos dando despacio una vuelta en nuestro mismo lugar.
No podía decir nada, miré a Leonardo que me quedó enfrente, disimulaba su enojo.
- Cada pasó que des estaré viéndote - cantó.
Cuando termino la canción me sonrió y me besó como esa vez en público - Eres mía y que todo el mundo lo sepa, en especial él.
Dijo en mi oído, como si compartiera un secreto conmigo, reí para disimular.
- A él no le importa compartir - le di la más tiernas de mis sonrisas, sabía que moria por hacer su rabieta, pero no podía. El que se lleva se aguanta, para rematar le di un pequeño beso en los labios.
Acabó la canción todos nos aplaudieron, me disculpe con el pretexto de querer ir al sanitario, cuando me dirigía al baño sentí que alguien me jaló, entramos a una las habitaciones innecesarias que tenía el palacio.

- Te extrañe.
Sin esperar respuesta, Leonardo me arrincono en la pared y me besó metiendo su lengua en mi boca la cual saboree por que ansiaba que lo hiciera, a pesar de mi extenso vestido pude sentir su erección, él como pudo alzó el vestido, acarició mi clitoris sobre mi braga, la hizo aun lado, separé las piernas para darle más acceso, mordí su labio mientras introdujo un dedo en mi, gemí de placer los saco para llevárselos a la boca.

- Deliciosa mía Regina - me gustaba cuando me hablaba en italiano, lo atraje para besarlo de nuevo y sin pensarlo la puerta se abrió de golpee.

- ¡Mierda!

- ¡Mierda!

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Majesty [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora