Capitulo 21

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Chris

"Reina Amelia dueña de nuestros corazones."

"La reina Amelia tan caritativa que nos conquistó."

"Todo sobre las visitas oficiales de los reyes."

"Única y sencilla ¿En realidad así es la Reina Amelia?"

"Todos los outfits de la reina Amelia durante sus visitas que nos han enamorado."

Me gustaban los titulares, le pase la revista a Lia, pero ella no le prestó atención, en la primera parte de nuestra gira había hecho lo que nunca nadie, visitó los orfanatos y hospitales de las ciudades dónde íbamos, sin que le importe los protocolos, mi esposa con el corazón de oro.

— Ya casi no me importan, Chris.
Le sonreí porque me gustaba qué pensará así, me acuerdo cuando al principio se afligía por todo lo negativo que decían de ella, estaba concentrada leyendo los papeles sobre la asociación.

Llegamos al palacio justo para la cena.

— Cariño, no tengo hambre.
— ¿Quieres un refrigerio?
— Lo que quiero es acostarme y que me abraces.
— Entonces vamos.
Ella me sonrió satisfecha.
— Majestad, disculpa que lo interrumpa, pero el primer ministro necesita hablar con usted.
— ¿Ahora?
— Si.
— Te alcanzo en un rato ¿Sí?
— Bueno — dijo desanimada.

Le un besó para que cada quien tomara caminos opuestos.

Hable con el primer ministro sobre un problema de impuestos, cuando salía de mi oficina mi madre apareció.

— Hola, Charles.

Estaba muy arreglada.

— Hola, madre — la saludé con un besó — ¿Saldrás?
— No, vengo de un evento, me enteré de que llegaron y quería verte.
— Tiene más de una hora que llegamos — dije viendo mi reloj
— ¿Les fue bien?
— Si.
— He visto la televisión y periódicos, muchos comentan de Amelia.
— Eso es bueno.
Ella hizo una mueca.
— ¿Qué pasa?
— Charles, tú eres el rey, deben hablar de ti y las cosas qué haces, no de tu esposa
No entendía.
— Madre, Amelia es reina igual.
— Es tu esposa ¿alguna vez viste que yo brillase más que tu padre? El importante eres tú, Charles. Las reinas servimos para acompañar a nuestros esposos.
— Eso es algo misógino.
— Es la corona, así nos hemos manejado siempre ¿Por qué crees que hemos durado tanto tiempo?
— todo está bien — la abrace para tranquilizarla, la mire a los ojos — Todo está bien — le repetí.
— Bien, no digas que te lo dije, cuando explote todo en tu cara.
— No lo hará, vamos te acompaño a tu habitación.

Caminamos juntos del brazo hasta su habitación, cuando llegué a la mía por supuesto que Amelia ya estaba dormida, tenía los papeles en su pecho, los cogí poniéndolos en la mesita de noche, me cambié y me metí a la cama con ella.

— Feliz, feliz cumpleaños a ti, a ti, feliz, feliz cumpleaños a ti, a ti.
Abrí los ojos lo primero que apareció fue la sonriente de mi esposa.
— Buenos días, viejito — me dio un beso — ¿Quién cumpleaños hoy? — dijo aplaudiendo.
— ¿Mi regaló? — dije poniéndome sobre ella.
— Debes esperar a la noche, en la fiesta.
— Solo te quiero a ti — empecé a acariciar su pierna desnuda, ella me detuvo.
— alto ahí comisario.
— ¿Quién dijo que yo sería tu regalo?
— Yo, es lo único que quiero todo un día contigo aquí en la cama haciendo el amor.
— ¡Dios mío! — ella puso cara de sorprendida — ¿Te imaginas cómo quedará mi vagina? — Empecé a reír — ¿Es en serio?
— no podría hablar más en serio cariño — le di un besó en la mejilla.
— Bueno, aunque después tendré que comprar crema para rozaduras, lo que ordene mi rey, sírvase.
— Eres imposible, mi amor.
Le dije en español, ella sonrió.
— por más que tú idea sea buena, nos queda un día lleno de actividades al igual que la semana.

Majesty [EN CORRECCIÓN]Onde histórias criam vida. Descubra agora