Majesty [EN CORRECCIÓN]

Capitulo 33

Amelia

Daniel me venía a ver casi todos los días, no sé si empeoraba las cosas o no, pero no dejaré de hablar con él, porque no hay nada entre nosotros, aparte era el único al que tenía aquí en el palacio.
La reina se había vuelto mi propio infierno, sabía que ella tenía mucho que ver con todo y con la actitud de Chris hacía conmigo, pero ni piense que me va a ver derrotada, no le voy a dar el gusto.

Mi celular sonó, el número de Daniel apareció en la pantalla y conteste.
— vístete que te tengo una sorpresa.
— ¿Qué sorpresa?
— es sorpresa ¿Por qué siempre preguntas?
— No lo sé.
— Solo vístete.
— Pero como sabré como vestirme.
— Ponte pantalones o yo qué sé, algo cómodo.
— ¿Qué tan cómodo? ¿Formal cómodo? O ¿Casual cómodo?
— mmm... Casual fashion cómodo.
Empecé a reír
— Ok Daniel, lo haré.
— En menos de 30 minutos, voy por ti.
— Pero eso es poco tiempo.
— Lo siento, así son las cosas.
— Bien.

Colgué, fui a mi armario a buscar algo Casual Fashion Cómodo, me puse un conjunto de falda con saco y una blusa, como había un poco de frío me puse unos botines, me deje el cabello suelto y me lo ondule un poco mi cabello. Estaba lista, cuando tocaron la puerta de mi habitación abrí y era Daniel.

— ¿Qué te hiciste?
— ¿No te gusta?
— No es eso, solo que...
— ¿Me veo mal?
— No, te ves bien en serio, solo que es raro ¿No te dijeron nada?
— en realidad desde ayer en la noche empezaron hacerlo, como mi cabello era natural fue un poco rápido y nadie me ha visto, pedí que me trajeran todo.
— Van a pegar un grito en el cielo.
— ¿Tú crees?
— Si morenita.
— Me da igual, a mí me gustó.
— te dije que te quedaba.
— Lo sé.
— Ahora ¿si estás lista?
— no lo sé.
— Ya vamos que se nos hará tarde.
— Bien.

Tomé mi celular y lo puse en mi bolso, a tiempo que salíamos de mi cuarto Chris lo hacía, él miró a Daniel y después me miro, se detuvo más en mí, puso los ojos en blanco y nos dio la espalda para irse, lamentablemente íbamos al mismo camino.

— ¿En serio me veo bien? — le dije en susurro a Daniel.
— Si, tranquila.
El camino a la entrada se me estaba haciendo eterno ¿acaso Chris igual iba a salir?
— hoy escuché a los cantantes que escuchas.
— Y me gustó esta — Daniel agarró su celular y puso la canción.
— la última vez que la vi ella andaba con un tipo por ahí — cantó Daniel, sabía por qué lo hacía — si tu esposo te termina yo tengo la mejor medicina.

Con la cabeza empecé a negar para que guardara silencio, él empezó a reír. Por fin nos separamos, nos subimos al auto de Daniel y Chris al suyo.

— Eres malo.
— No me importa, él se está comportando como un idiota.
Puse los ojos en blanco.
— ¿Me vas a decir a dónde vamos?
— Lo verás al llegar.
Él puso a los Jonas Brothers.
— ¿Desde cuándo escuchas los Jonas?
— ¿Qué tiene?

Arrancó el carro, por más que le preguntaba cuál era la sorpresa no me decía, llegamos aún lugar donde había mucha gente, pude ver bien el lugar.

— ¡Oh DIOS MÍO! ¡NO LO CREO, NO LO CREO! — lo miré — ¿¡ES EN SERIO!?
Él empezó a reír.
— sí.
Grité como loca.
— Me has destrozado el oído.
— Lo siento.
Mostró un papel en la entrada del estacionamiento que se veía que era privado y lo dejaron pasar.
— ¡DIOS! ¡NO PUEDO CREERLO!
No podía ocultar mi felicidad, brincaba cuál adolescente.
— Actúa como reina Amelia, me avergüenzas.
— ¡ay cállate! — aplaudí — esta parte de mi vida se llama felicidad — dije imitando a Will Smith.
— Ya entremos.
— ¡¡¡DIIIOOSSS!!!
— ponte esto.
Me puso un collar que tenía un gafete.
— ¿Lista?
— Obviamente.

Entramos por pasillos en dónde había gente que nos miraba porque de seguro nos reconocían.

— Buenas noches su majestad, alteza real — nos saludó el representante que obvio sabía su nombre — Bienvenidos mi nombre es Phil.
Mi adolescente interior brincaba, estaba desatada, le ofrecí la mano rápidamente.
— Mucho gusto — le dije sonriente era puras sonrisas.
— Un placer — lo saludo Daniel.
— Me imagino que quieren ver a los chicos antes del concierto.
¡OBVIOO! Quise gritar, pero tenía que comportarme había mucha gente aquí.
— Síganme es por aquí.
Seguimos a Phil por unos metros más hasta llegar a una puerta donde sabía que estaban mis 3 amores de adolescencia, él tocó y el de seguridad abrió la puerta.

¡Me voy a desmayar!